¡Se va estrechando
el cerco comercial, económico y financiero gringo en contra de Venezuela!
Carlos E.
Lippo
Como
mencionásemos en un artículo anterior publicado a comienzos de año en éste y
otros portales web revolucionarios (1), un
verdadero cerco económico-financiero aplicado a nuestro país por entes internacionales
de carácter no estadal, en connivencia con las más altas autoridades el imperio,
ha sido parte nada desestimable de la guerra de cuarta generación que éste nos
ha venido imponiendo desde hace ya muchos años, tantos como los años
transcurridos desde que el Comandante Chávez declarase de manera expresa el
carácter anti imperialista de nuestra revolución, a mediados del año 2.004.
Artífices
de primer orden en el despliegue solapado de este cerco han venido siendo las más
connotadas empresas calificadoras de riesgo financiero (Moody’s, Standard &
Poor's y Fitch), que a fuerza de mantener el llamado “riesgo país” de Venezuela en niveles desmesuradamente altos, a
espaldas de toda racionalidad económica-financiera, nos han causado daños
importantes al promover la inhibición de la participación del “capital productivo internacional” en
proyectos de inversión no vinculados a la producción de hidrocarburos y al
mismo tiempo encarecer la deuda externa en divisas que se ha visto precisado a
contraer el país con los agentes del mercado internacional para financiar
proyectos de inversión, por medio de la emisión de bonos del estado (bonos
soberanos) y bonos de PDVSA, mecanismo de financiamiento al que hemos tenido
que recurrir por tener muy poco o ningún acceso a créditos de los organismos
multilaterales controlados por los Estados Unidos (Fondo Monetario
Internacional, Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo), por negarnos
a aceptar las condiciones de entrega de la soberanía económica que tales
organismos exigen.
Es
cierto que como resultado de este cerco a nuestro país hasta ahora no se le han
restringido sus actividades comerciales a nivel internacional como tampoco se
le ha impedido el desarrollo de proyectos de cooperación económica en dólares y
otras divisas convertibles con países emergentes como Rusia, China e Irán: así
mismo, tampoco se le ha embargado activo alguno en ninguna parte del mundo.
Sin
embargo, cuando un actor de tanto peso económico internacional como el FMI se
refiere a unas cifras de inflación, de desempleo y de caída del PIB en
Venezuela, evaluadas fuera del más elemental contexto económico y con base en
los informes de un conjunto de consultoras y agencias que trabajan directamente
para los centros de poder financiero, así como de otros sujetos privados, algunos
de ellos terroristas financieros confesos, como “Dólar Today”(2), se
logra proyectar una imagen de país en banca rota, con la cual se alcanza a
cumplir algunos de los principales objetivos del imperio en esta materia, esto
es: impedir que Venezuela pueda acceder a préstamos internacionales, implantar
la matriz de opinión de un probable impago de la deuda soberana y torpedear una
eventual renegociación de la deuda soberana y la de PDVSA en condiciones
favorables para el país.
Pero
sin duda alguna el componente más importante del cerco del cual estamos
hablando lo constituye la infame Orden Ejecutiva de fecha 09 de marzo de 2015,
que fuese recientemente prorrogada por un año, ya que la declaración de
emergencia nacional por “inusual y
extraordinaria amenaza” en ella expresada, es una categoría contenida en el
cuerpo legal estadounidense dedicado a Poderes Económicos de Emergencia
Internacional. De manera que luego que un país es declarado amenaza a
la Seguridad Nacional de los Estados Unidos, se activan las atribuciones
legales del presidente que le permiten establecer restricciones y prohibiciones
comerciales y financieras e inclusive hasta de confiscación de los activos de
los nacionales de dicho país que se encuentren en jurisdicción estadounidense (3); en
suma, que le permiten decretar hasta un bloqueo económico, financiero y
comercial, similar al de Cuba, en contra del país objeto de la declaración.
Es
más, considero que en nuestro caso no ha sido necesario decretar formalmente un
embargo financiero amparado en la Orden, pues su sola emisión ha bastado para
impedir que el país y PDVSA tengan acceso a los mercados internacionales para
obtener dinero fresco, así como para impedir que se haya podido lograr una
reestructuración de la deuda que permita aliviar su pesada carga para el año
próximo.
Durante
las dos últimas semanas han ocurrido hechos de carácter económico y financiero
que aunque aparentemente aislados, tienen que estar relacionados, a juicio
nuestro, con una estrategia encaminada a estrecharnos el cerco, pues es del
todo improbable que sus protagonistas los hayan podido generar sin haberlos consultado
con el gobierno estadounidense, a diferentes instancias; tales hechos, en orden
cronológico, son los siguientes: la presión de los gobiernos neoliberales de
Argentina, Brasil y Paraguay para que el gobierno uruguayo no entregue a
Venezuela la presidencia pro témpore de MERCOSUR, como legalmente le
corresponde; el cierre patronal de la empresa Kimberly Clark y la suspensión
por parte del Citibank, de los servicios de corresponsalía que venía prestando
esa institución al Banco Central de Venezuela (BCV) y al Banco de Venezuela. A
continuación habremos de referirnos a cada uno de ellos con más detalle:
- Como es sabido por muchos, el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) es un mecanismo de integración regional fundado en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay; posteriormente se ha incorporado Venezuela, que habiendo firmado el protocolo de adhesión en el 2006, fue admitida como miembro pleno en el 2012 y además Bolivia, que habiendo firmado el protocolo de adhesión en este último año, aún no ha adquirido el estatus de miembro pleno, por lo que tiene voz, más no tiene voto. La presidencia del bloque corresponde, por períodos de seis meses, a cada uno de los presidentes de los países miembros y la rotación se hace por orden alfabético. Además de los países miembros, existe una categoría de “Estados Asociados” (Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Guyana y Surinam) y otra de “Estados Observadores” (Méjico y Nueva Zelanda) (4).
La
presidencia actual la ejerce el gobierno del Uruguay y el caso es que
correspondiéndole la presidencia a Venezuela, los gobiernos títeres de Argentina
y Brasil lo vienen presionando para que no la entregue sino que se comience una
nueva rotación a partir de Argentina; el gobierno del Paraguay llega aún más
lejos, al proponer la suspensión de Venezuela como miembro pleno, a partir del
absurdo de que ha habido en nuestro país una interrupción del orden constitucional.
Hace
un par de días el Presidente Tabaré Vázquez ratificó la decisión de su gobierno
de traspasar la presidencia pro tempore a Venezuela (5) y
la propuesta del Paraguay no soporta el más mínimo análisis serio, sin embargo
el juego continúa trancado aunque sin haber causado mayores impactos adversos en
lo económico, aunque si en lo político, amenazando con lesionar severamente el anhelado proceso de la
integración latinoamericana.
- La Corporación Kimberly-Clark es una de las empresas líderes a nivel mundial en la fabricación de productos de higiene (pañales, toallas sanitarias, papel higiénico, servilletas, etc.), con más de 55.000 empleados, cuya casa matriz se encuentra en Dallas, Texas, USA.
En
Venezuela tenía más de dos décadas de
operación y obviamente, como toda transnacional, tiene que haber recibido
cantidades importantes de divisas preferenciales para importar maquinarias e
insumos y para repatriar ganancias; en el año 2013 además recibió del estado
37,1 millones de dólares que solicitó con el propósito declarado de ampliar su
planta en Maracay, cosa que evidentemente nunca hizo. A pesar de ello había
venido siendo un actor destacado de la guerra económica, induciendo el
desabastecimiento de los rubros que producía, al grado de haber reducido de 11
a 1 sus líneas de producción operativas. La semana pasada cerró la planta,
abandonando a los trabajadores a su propia suerte, además intentó desmontar
toda la maquinaria para trasladarla a otro país, intento que fue frustrado por
la rápida acción de sus trabajadores. Según un despacho de la empresa Reuter (6), el
pasado sábado 09 anunció "la
suspensión indefinida" de sus operaciones en Venezuela debido al "persistente deterioro de las
condiciones económicas, la alta inflación y las dificultades para acceder a las
divisas en el país”.
Es
más que probable que la decisión de K-C haya tenido como propósito último el
generar una suerte de estampida en el seno de las transnacionales del ramo y
del sector alimentos, que en caso de haberse producido, obviamente con la
anuencia del gobierno gringo, sin duda que habría comportado importantes consecuencias
negativas de orden económico y social.
Afortunadamente,
con una oportunísima acción conjunta del gobierno y los trabajadores se ha
logrado mantener en funcionamiento la planta, que según declaraciones del
Vicepresidente Pérez Abad cuenta con un inventario de materias
primas que le permite cubrir seis meses de producción (7).
Es
oportuno señalar también, que a decir del propio Pérez Abad, “… el Gobierno no expropió las instalaciones
de la empresa, la ocuparon porque sus propietarios violaron las leyes del país
cuando decidieron paralizar operaciones y despedir masivamente a los
trabajadores”.
- El Citibank de Venezuela, único banco totalmente extranjero que opera en el país, habrá de cumplir en noviembre del año próximo, 100 años ininterrumpidos de actividades en Venezuela, siendo una de las más de 3.200 sucursales de Citibank, división de consumo de la corporación de servicios financieros Citigroup, con sede en la ciudad de Nueva York. A lo largo de los 17 años de revolución ha sido el agente coordinador líder de una buena parte de las colocaciones de bonos soberanos y de PDVSA en los mercados internacionales y ha venido desempeñándose como banco corresponsal (encargado de recibir los ingresos y emitir los pagos en divisas), del Banco Central de Venezuela (BCV) y el Banco de Venezuela, en diferentes países a nivel mundial.
El
pasado lunes 11, el Presidente le informó al país sobre las intenciones que
tiene esa entidad bancaria estadounidense de cancelar, en un plazo de 30 días,
varias de las cuentas pertenecientes al estado, a través del BCV y del Banco de
Venezuela. Citibank señaló que tomaba esta decisión con base en nuestra elevada
calificación de riesgo, lo cual no es más que una burda excusa en momentos en los cuales el riesgo
país ha disminuido en más de 1.000 puntos, a causa del repunte del precio de
nuestro petróleo en los mercados internacionales.
Aunque
en principio se dijo que Citibank suspendería en 30 días el servicio de
corresponsalía, lo cual podría impedir a la nación el honrar oportunamente sus
compromisos de deuda así como otros pagos diversos, aun teniendo el dinero para
hacerlo, como efectivamente lo tiene, aunque luego se informó que el Citi
continuaría prestando sus servicios para pagos propios del BCV (8).
Esta
decisión de Citibank, que no pudo ser tomada sin la anuencia de las autoridades
estadounidenses en materia económica y de relaciones internacionales contribuye
en forma importante a apretarnos el cerco económico-financiero y puede
causarnos daños de importancia si tomamos en consideración que la apertura de
una cuenta dólares en cualquier banco internacional, puede llevarse hasta 180
días debido a las regulaciones impuestas por el departamento del tesoro de los
Estados Unidos, con alcance mundial.
Considero
que el gobierno revolucionario ha manejado apropiadamente cada uno de estos
casos, aunque sólo el de Kimberly-Clark ha sido totalmente resuelto de manera
satisfactoria y con el beneficio adicional de haber sentado el importante
precedente de “empresa cerrada, empresa tomada por sus trabajadores con el apoyo del
gobierno revolucionario”, que habrá hacer que más de una empresa
nacional o extranjera que haya estado pensando en seguir ese ejemplo, desista
de ello.
El
caso de MERCOSUR aún en pleno desarrollo, independientemente de que pueda
llegar a tener un resultado favorable a nosotros en la reunión de Cancilleres
del próximo 30 de julio, reviste una gravedad que a mi juicio estriba en que
por primera vez se han incorporado actores estatales, como lo son los gobiernos
neoliberales títeres de Argentina, Brasil y Paraguay, a la tarea de intentar
aislarnos en términos económicos, financieros y comerciales, formando parte
activa en el despliegue del cerco del que venimos hablando.
El
caso del Citibank plantea en lo inmediato la necesidad de contratar a otro
banco corresponsal, si es que ya no lo tuviésemos, que fuese tan inmune a las
presiones del gobierno gringo como ello fuese posible. A corto y mediano plazo
se trata de diseñar un esquema que nos permita garantizar la propiedad de los
activos materiales y financieros que la nación mantiene en el exterior, con consideración
de medidas tan audaces y de tanto potencial de éxito como aquella repatriación
de las reservas internacionales de oro monetario que ordenase el Comandante
Chávez y se completase en enero del año 2012.
Lo
que debe quedar completamente claro, después de la ocurrencia de estos hechos, es
que el imperio luce encaminado a imponernos más temprano que tarde un bloqueo
comercial, económico y financiero de características similares al que mantiene
sobre la revolución cubana desde hace más de 50 años; en consecuencia debemos
prepararnos desde ya, gobierno y pueblo revolucionario, para atenuar sus efectos
con medidas tales como: la potenciación al máximo de las relaciones comerciales
con los países miembros de los diferentes convenios comerciales que hemos suscrito,
el ALBA-TCP y Petrocaribe, fundamentalmente, así como con los más importantes
países amigos inmunes a las presiones del imperio (Rusia, China e Irán); la intensificación
de los procesos productivos de participación popular que hemos venido adelantando
desde hace algún tiempo, fundamentalmente los CLAPS; la sustitución de nuestros
viejos esquemas de consumo inspirados en los antivalores capitalistas por otros
acordes con los valores que deben inspirar a una sociedad que se propone
construir el socialismo y lo que es más importante, la renovación permanente de
nuestra determinación de no ser más nunca una colonia de ningún imperio.
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
Caracas,
julio 17 de 2.016
clippor@yahoo.com
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