¡Por ahora
no, a la pretendida reapertura de la frontera con Colombia!
Carlos E.
Lippo
El
09 de septiembre de 2015, a escasos veinte días de haberse iniciado el cierre
progresivo de la frontera occidental, decíamos en un artículo publicado en este
mismo portal: “Resulta más que evidente
que las recientes medidas de cierre de los pasos fronterizos legales, con el
desarrollo de las operaciones militares asociadas, en el estado Táchira,
cubriendo apenas unos 160 de los 2.219 km. de la línea fronteriza con Colombia,
han comenzado a rendir frutos tangibles en beneficio de la calidad de vida de
los habitantes decentes de este lado de la línea fronteriza, tanto en lo
atinente a su seguridad personal como a su acceso a los bienes y servicios
esenciales, derechos que venían estando
seriamente restringidos desde hace más años de los que quisiera acordarme, por
el accionar de las mafias narcoparamiltares que controlaban el contrabando de
extracción en dicha frontera”.
Y un
poco más adelante en el mismo artículo, después de listar algunos de los
importantes beneficios económicos y sociales asociados a la medida de cierre,
alcanzados ya a esa temprana fecha, señalábamos: “Considero sin embargo que el mayor beneficio que ha generado este
cierre de la frontera tachirense junto al resto de las acciones tomadas en el
marco del estado de excepción decretado, es
el haber comenzado a restituir el imperio de la ley en esa frontera, logrando
acabar con asentamientos ilegales, una base paramilitar entre ellos,
establecidos de manera ilegal en flagrante violación de la Zona de Seguridad
Fronteriza adyacente al río Táchira; repatriando a su país de origen, con la
dignidad del caso, a un poco más de un millar de ciudadanos que se encontraban
en situación de ilegalidad y neutralizando a una cantidad importante de
efectivos paramilitares de alto rango, entre ellos dos de los que atacaron
alevosamente a nuestros compatriotas el pasado 19 de agosto”.
Dos
portales web colombianos: “La Silla Vacía”
e “InSight Crime”, insospechables
ambos del más mínimo sesgo chavista, por estar financiado el primero de ellos
por la Fundación Open Society, de George Soros (1), y
el otro por la misma Fundación Open Society y la American University Center 's,
de Estudios Latinoamericanos y Latinos (2),
han dado fe recientemente del importante éxito de la medida de cierre de la
frontera en lo atinente al combate al contrabando de extracción. En efecto:
- Una nota de “La Silla Vacía”, fechada el 12 de junio del presente año (3), señala que según reportes de la Policía Fiscal y Aduanera de Colombia, el contrabando ha disminuido en un 70 por ciento, desde el cierre de la frontera. La misma nota registra que son muy pocos “los cambistas” que quedan la frontera, ya que de los ochenta que trabajaban en el puente que conecta con San Antonio del Táchira solo quedan cinco. Debe recordarse que estos “cambistas”, amparados por las leyes colombianas, son los mismos delincuentes que pulverizaban día a día nuestro signo monetario y definían la tasa cambiaria de la página Dólar Today.
- Otra nota de la organización “InSight Crime”, de fecha 04 de marzo de 2016 (4), recoge que funcionarios de ciudades colombianas en la frontera con Venezuela han reportado una gran disminución en el contrabando después de seis meses de que fueron cerrados los pasos fronterizos legales, que incluye una disminución del 90 % en el contrabando de gasolina, según dijeron las autoridades de Cúcuta al diario “El Tiempo” de Bogotá.
Sin
embargo, en las mismas notas se señala que al mismo tiempo que ha disminuido el
contrabando, se ha incrementado el accionar delictivo de los ejércitos
paramilitares que ellos eufemísticamente han dado en llamar BACRIM (bandas
criminales emergentes), tales como “Las Agilas
Negras”, “Los Rastrojos” y “Los Urabeños”, descendientes directos
de aquellas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), ampliamente promovidas por
Uribe Vélez, organizaciones que según ellos han pasado a controlar el
contrabando de extracción de manera exclusiva.
Leyendo
con detenimiento ambas notas es inevitable llegar a la conclusión de que el par
de organizaciones que las emiten a través de sus respectivos portales web,
fieles exponentes del sistema narcoparamilitar en el cual medran, llegan al
extremo de culpabilizar al cierre fronterizo decretado por el gobierno
revolucionario venezolano de ese incremento de la criminalidad ejercido por
organizaciones que como se sabe vienen haciendo vida en la frontera desde los años
2005 - 2007, en los casos de “Las Aguilas
Negras” y “Los Rastrojos” y desde
el 2011, en el caso de los Urabeños y como si el neutralizarlas del lado
colombiano no fuese responsabilidad de
su gobierno, sino del nuestro. No nos sorprende para nada esa enorme dosis
de histrionismo inverosímil, propio de los estados forajidos, de sus gobiernos
y de sus demás instituciones de soporte, según la caracterización de John Rawls,
el filósofo estadounidense creador de este relativamente nuevo concepto.
A
poco menos de un año de haberse implantado el cierre de los pasos fronterizos
legales con Colombia, considero que su narcoparamilitar gobierno no ha hecho el
más mínimo esfuerzo por derogar o al menos corregir en parte aquellos instrumentos
legales que favorecen abiertamente la extracción ilegal de recursos monetarios
y materiales de nuestro país, tales como la disposición que permite a las casas
de cambio de frontera hacer operaciones de cambio con bolívares a tasas viles
para nosotros, distintas a la TCRM calculada por la Superintendencia
Financiera, especie de banco central colombiano, de aplicación en el resto del
país; así como aquel adefesio legal según el cual sólo se considera como
contrabando el ingreso de mercancía ilegal cuyo valor supere la cantidad de 30
millones de pesos colombianos, unos 10.233 dólares estadounidenses, calculados
al cambio de hoy de 2.931,66 pesos colombianos por dólar.
Considero
también que el gobierno Santos no ha hecho mayores esfuerzos en la dirección de
controlar la delincuencia organizada en la frontera, o si los ha hecho no ha
obtenido logros de significación, como ha quedado demostrado por el creciente
accionar delictivo de las BACRIM, avalado por las fuentes noticiosas
colombianas ya mencionadas, así como por la existencia de unos 247 pasos
ilegales de frontera a lo largo de los 2.219 kilómetros por cuales se extiende
la línea divisoria entre Colombia y Venezuela, 50 de los cuales están en el
Departamento Norte de Santander (5), aunada al hecho de que las
BACRIM cuentan con toda la maquinaria pesada requerida para reabrir en otra
localización las escasas trochas que las fuerzas del gobierno logran inutilizar.
En
resumen, que estamos muy lejos de haber construido o estar en vías de construir
la ansiada “Frontera de Paz” a la que hacía referencia el Presidente Maduro, en
septiembre de 2015, como condición sine qua non para levantar la medida de
cierre de la frontera.
Por
todo lo anterior es que he leído con el mayor estupor unas declaraciones del
gobernador del Táchira, del pasado jueves 07, según las cuales se está
preparando la apertura de la frontera con Colombia “bajo un clima de reciprocidad y paz, ya que el objetivo es dinamizar
ambas economías” (6). Sólo el hecho de no
haberle escuchado al Presidente Maduro ningún planteamiento sobre el tema, a
pesar de que Vielma Mora señaló en las mismas declaraciones, que se harían
anuncios sobre ello en la alocución especial con motivo del ascenso a subtenientes
de más de mil cadetes de las academias de la Fuerza Armada Bolivariana, al
final de la tarde de ese mismo día, me ha generado alguna tranquilidad.
Es
factible que esta situación en torno a una eventual reapertura de la frontera
se esté generando porque el gobierno gringo en medio de su doble juego de
ofrecernos un diálogo para tratar de restablecer las relaciones diplomáticas y
al propio tiempo renovar las sanciones ya aprobadas contra nosotros y cometer
todo tipo de nuevas acciones injerencistas, esté tratando de imponernos la
realización de negociaciones con el gobierno títere colombiano con ese
propósito, pero esto es sólo una hipótesis que no voy a intentar demostrar.
En
todo caso considero que el momento actual es mucho menos que propicio y hasta pudiera
resultar peligroso, para intentar levantar la medida de cierre y digo esto basándome
en los siguientes hechos comprobados:
· El
cierre ha mostrado ser un instrumento eficaz para reducir el contrabando de
extracción a niveles más o menos soportables; el ahorro en dinero por concepto
de haber disminuido en 90 % el contrabando de combustibles es apreciable y si
no se ha logrado atenuar en mayor medida la escasez de bienes esenciales es
porque ha habido simultáneamente un recrudecimiento importante de la guerra
económica. En todo caso, considero que desmontarlo ahora, cuando todavía
pudiese rendir mayores frutos, sería un error de gran monta.
· El
gobierno colombiano ha dado suficientes muestras de no poder y de no querer
controlar la actividad de los paramilitares en la frontera, los mismos que el
narcotraficante # 82 ha dicho sin tapujos y tratando de ironizar, que podría
utilizar para “salir rápido de Maduro y
de esa tiranía” (7).
· El
gobierno colombiano lejos de mostrar interés en establecer unas fructíferas
relaciones de colaboración con el gobierno venezolano a propósito del tema
fronterizo, no desaprovecha oportunidad alguna para demostrar su apoyo a la
contrarrevolución, como lo han puesto en evidencia unas muy infelices declaraciones
de la cancillera Holguín a propósito de la incursión a Colombia, con fines
propagandísticos y de agitación, de unas damas opositoras tachirenses, que
ataviadas de blanco, a la usanza de las gusanísimas “Damas de Blanco” cubanas, lograron traspasar el cordón militar que
pretendía impedir su paso. En esa oportunidad dijo textualmente la Señora
Holguín: “Nosotros no vamos a dejar que
nuestros hermanos venezolanos pasen problemas de hambre o necesidades de
medicamentos. Si hay que ampliar el corredor humanitario, lo ampliaremos” (8);
frases
insidiosas que a pesar de su grave carácter injerencista y manipulador de los
medios, resultan risibles después de observar la contextura de las rollizas
damas de blanco gochas, que además regresaron de Colombia con grandes bolsas
contentivas de rollos de papel higiénico y no muchos alimentos.
· La
contrarrevolución ha dado muestras de necesitar una frontera abierta, por el
empleo que frecuentemente hacen de paracos colombianos, para intentar cumplir
su propósito de derrocar al gobierno revolucionario, como lo demuestra el hecho
de que al día siguiente de las elecciones legislativas del 06 de diciembre, los
parlamentarios electos de la MUD por el Táchira señalaron que el nuevo
parlamento tendría entre sus prioridades restablecer el paso entre Colombia y
Venezuela (9), como si ello estuviese entre sus
atribuciones constitucionales, al igual que tantas otras medidas que han
intentado implantar de manera fraudulenta.
· Estamos
en presencia de lo que parece ser una reedición de la estrategia terrorista de “La Salida”, esta vez promovida por la
esposa del “Monstruo de Ramo Verde”,
con un uso intensivo de hampa paramilitarizada nacional y extranjera, según se
desprende de unas muy recientes declaraciones del ministro González López (10).
Cuando
estoy por terminar estas notas leo en el escualidísimo portal web notiminuto (11) que
el gobernador Vielma Mora ha informado que permitirá el paso de un grupo de
mujeres hacia Colombia este domingo, para evitar "cualquier tipo de confrontación" y además que él estaría
proponiendo que próximamente se abriese la frontera entre las 6 de la mañana y
las 6 de la tarde. La primera de las medidas podría compartirla a regañadientes, él sabrá
por qué la toma y en cualquier caso tendrá que asumir su responsabilidad al
respecto, pero la apertura parcial de la frontera, que considero como un
auténtico Caballo de Troya detrás del cual inexorablemente se colaría una
apertura total, mucho más temprano que tarde, la consideraría en el caso de que
se materialice, un claro acto de traición a la revolución y por ende de
traición a la patria.
Como
ya hemos dicho en otras ocasiones, no debemos sacrificar a toda nuestra
población por respetar los intereses
particulares de unos pocos “pelucones” que exportan de manera legal, no sé qué
vainas a Colombia, así como los de un minúsculo grupo de pobladores de la
frontera, la mayoría de ellos colombianos con doble nacionalidad, que
argumentan que tienen derecho a desarrollar algunas de sus actividades
laborales, educacionales y recreativas del otro lado de la frontera. ¡Que corran
o se encaramen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
Caracas,
julio 10 de 2.016
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