martes, 1 de agosto de 2017



Es realmente suicida seguir alojando nuestros portales web en Servidores del imperio
Carlos E. Lippo




En las primeras horas del 31 de julio, muy poco tiempo después de que fuesen divulgados los resultados oficiales preliminares del proceso comicial que sirvió para elegir a los miembros de nuestra soberanísima y plenipotenciaria Asamblea Nacional Constituyente (CNE), los cuales dieron cuenta de que un poco más de 8 millones de electores, buena parte de ellos poniendo en peligro su integridad física ante los últimos estertores de la arremetida terrorista de la contrarrevolución, atendiésemos a la propuesta de paz del Presidente Maduro, dando un fuerte e inequívoco respaldo a la revolución bolivariana, fue intervenido el portal web oficial de ese organismo por un grupo ciber terrorista que se ha identificado con el ridículo nombre de “The Binary Guardians” (1). ¡Gringos o vergonzantes pitiyanquis tienen que ser!

Al  iniciar su acción subieron al portal la asquerosa pantalla mostrada en la figura que ilustra este artículo; antes de ser neutralizados, y haciendo uso del prepotente y estúpido léxico de la contra, subieron una cantidad de mensajes amenazantes tales como: “Venezuela va a arder” y “Esto apenas acaba de comenzar”. Al momento de terminar de escribir estas líneas (las 9,30 pm), el portal aún o había podido ser restaurado, de manera que al intentar acceder a www.cne.gob.ve, en procura de cualquier información oficial del Poder Electoral venezolano, Usted será direccionado a un portal comercial gringo con diferentes ofertas para la administración de un portal web.

También intentaron “hackear” el portal web oficial del canal televisivo del estado venezolano (www.vtv.gob.ve), sin poder lograr éxito alguno. Es evidente que a la contrarrevolución no pudiendo derrotar al valiente pueblo venezolano, ni con los votos, puesto que se abstuvieron de participar en el proceso, ni con las balas, pues la unidad cívico militar logró, si no neutralizar del todo al menos confinar la demencial ofensiva paramilitar que desplegaron, a sólo 5 de los 335 municipios del país, no se le ocurrió otra cosa que tratar de  invisibilizar este clamoroso y esperanzador triunfo de la revolución bolivariana, por esta comodísima vía, puesto que para ello no les basta con tener de su lado a toda la canalla mediática internacional.

Afortunadamente los intentos de intrusión que debieron realizar sobre los sistemas operativos del CNE, tal como lo habían venido haciendo en ocasión de anteriores procesos, fueron nuevamente infructuosos. Imaginemos por un momento cual hubiese sido la posición triunfalista de la contra en el caso de que como producto de un hackeo se hubiesen logrado alterar los datos reales de participación en el proceso, cuando sin soporte técnico alguno, sus voceros más conspicuos, desde Capriles R, y Ramos Allup, hasta Julio Borges y Delsa Solórzano, han tenido los santos riñones de estimar entre el 2,8 y el 9 %, lo que ha sido todo un record de participación para este tipo de evento en nuestro país (41,53 %).

Es también providencial el que hayan fallado en su intento de intervenir el portal de Venezolana de Televisión, eje del sistema público de televisión, ya que los todos los canales televisivos privados que transmiten en señal abierta, a la mejor usanza del 13 de octubre de 2002, cuando silenciaron las acciones ejecutadas por el pueblo chavista para restaurar el gobierno revolucionario del Comandante Chávez, optaron por ignorar casi totalmente tan importante evento noticioso. Imaginemos también por un momento, los falsos positivos que pudieron haber difundido por el único medio televisivo revolucionario de alcance nacional.
Lo dicho anteriormente demuestra la validez de la hipótesis que formulásemos en un reciente artículo titulado ¡Alerta, que están tratando de intensificar la guerra cibernética! (2), fundada de manera general en la experiencia derivada de algunos de los ataques cibernéticos de los que hemos sido blanco desde los albores de la revolución bolivariana y de manera específica, en una serie de recientes ataques que aún se mantienen sobre la plataforma tecnológica de soporte de los medios de pago con tarjeta magnética de los principales bancos del estado, lo cual aunado a la escasez de dinero físico derivada de la extracción de billetes resultante del contrabando de extracción y de la introducción de un nuevo cono monetario requerido para poder manejar la alta inflación generada por la guerra económica, crea un hondo malestar en la población necesitada de adquirir bienes e insumos en el mercado local.

Los éxitos alcanzados con la importante neutralización de algunos de los intentos de intrusión referidos dan fe de que hemos logrado crear algunos de esos ejércitos informáticos de los que hablásemos en ese mismo artículo; persisten sin embargo los riesgos derivados de la presencia de personal técnico comprobadamente opositor y hasta colaborador de la contra terrorista en cargos de responsabilidad en la administración de los sistemas informáticos de nuestras empresas públicas de carácter estratégico.

Sin embargo, jamás podremos reducir el riesgo de ataque sobre nuestros sistemas informáticos a niveles razonables mientras sigamos siendo sujetos inmersos en una feroz dependencia tecnológica del imperio, haciendo un uso intensivo de programaciones (softwares) de procedencia estadounidense, que corren  sobre equipos (hardware) de la misma procedencia, algunos de ellos localizados en el mismísimo territorio imperial.

El uso exclusivo de programaciones libres, esto es, susceptibles de ser ejecutadas, copiadas, estudiadas, distribuidas, modificadas y mejoradas por los usuarios debe ser de obligatorio cumplimiento en las instituciones del estado, tal como lo prevé más de un instrumento legal que habiendo sido promulgados hace algún tiempo, son actualmente letra muerta en la mayoría de las instituciones del estado.

Como la tecnología de fabricación de los equipos es algo que insume mayor tiempo en ser desarrollada y puesta en operación, debemos comenzar a considerar otros desarrolladores distintos a los Estados Unidos, siendo Rusia y China unas reales opciones de cambio, que deben ser implantadas desde ya por conducto de alguno de los programas de cooperación que hemos suscrito con esos grandes aliados. El alojamiento de nuestros portales web de carácter estratégico en servidores localizados en territorio estadounidense es una “facilidad” que debe ser  abandonada desde ya so pena de ser rehenes irredentos de esa injerencista y voraz nación.

Aunque sea una verdad de Perogrullo es necesario reiterar que nuestra información jamás estará segura ni nuestros sistemas, por más robustos que ellos sean, serán razonablemente inmunes a intrusiones mientras sigamos dependiendo de los recursos informáticos del imperio. Demuestra este planteamiento el reciente caso de www.ensartaos.com.ve, portal de genuina estirpe revolucionaria y antiimperialista fundado hace casi 10 años por el profesor José Sant Roz, que como miembro de su equipo editor me voy a tomar la libertad de referir a continuación: hemos permanecido bloqueados desde el pasado miércoles 26 de julio. No se trata de que a lo largo de estos años no hayamos sido víctimas de este tipo de contingencias, que para nosotros ya se habían hecho habituales, junto a las no pocas sanciones de la inefable Google, con cualquier pretexto. Se ha tratado ahora de un ataque despiadado y poco previsible, ejecutado en forma directa sobre el  servidor  de  respaldos  y   consecuentemente  sobre la   base  de  datos,  que  ha  producido  una   pérdida  total  de  los  registros  contenidos en  ella. Actualmente nos mantenemos ejecutando un arduo trabajo de restauración que confiamos que más temprano que tarde nos permitirá ponerlo nuevamente en servicio, al menos en una configuración más elemental.

¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o muerte!
¡Venceremos!



celippor@gmail.com
Caracas, julio 31 de 2017

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