martes, 28 de febrero de 2017



¡Alerta, que la política intervencionista de Trump en contra de Venezuela está siguiendo ahora su curso inexorable!
Carlos E. Lippo




A comienzos de este mes de febrero que hoy termina publicábamos en este mismo portal un artículo (1) por medio del cual pretendíamos demostrar que la política intervencionista de Trump en contra de Venezuela se encontraba ya en pleno desarrollo. Infortunadamente, una serie de hechos que comenzaron a producirse a los pocos días de esa publicación han puesto en evidencia que dicha política ha venido siguiendo su curso de manera inexorable; tales hechos, generados todos durante el período comprendido entre el 11 y el 24 del mes en curso, son los siguientes:

  • Sendas conversaciones telefónicas celebradas a solicitud de Trump con los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos (2); Perú, Pedro Pablo Kuczynski (3), y Argentina, Mauricio Macri (4), en las cuales aparte de las cuestiones particulares de índole protocolar se trató casi como tema único el de “la preocupación por la situación de Venezuela” y la necesidad de formular una estrategia conjunta para tratar de resolverla. En relación a lo anterior estimo que no está de más observar que los dos primeros países, enemigos probados de la revolución bolivariana, son miembros fundadores de ese engendro geopolítico gringo denominado la “Alianza del Pacifico”, que la Argentina de Macri está optando por ser miembro del mismo, y que todos ellos fueron abandonados a su suerte por el gobierno de Trump al denunciar recientemente el Acuerdo Transpacífico  (TTP por sus siglas en inglés).
  • Las infamantes sanciones impuestas al Vicepresidente de la República, Tareck El Aissami, por parte de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) (5), dependiente del departamento del Tesoro de los Estados Unidos, al imputársele un supuesto delito de narcotráfico con base en una investigación viciada, profusamente difundida por la canalla mediática nacional e internacional.
  • La descarada acción injerencista perpetrada por el mismo Trump al transmitir desde su cuenta Twitter personal, el siguiente mensaje: "Venezuela debería permitir que Leopoldo López, un prisionero político y esposo de Lilian Tintori, salga de la cárcel inmediatamente", acompañado de una fotografía de él con la esposa del dirigente opositor en el Despacho Oval (6). En relación a la forma como fue emitido dicho mensaje considero oportuno señalar, tal como ha sido señalado por Eva Golinger (7), que Trump sigue utilizando su teléfono personal y su cuenta personal de Twitter, en plena violación de las normas de seguridad establecidas para los presidentes y altos funcionarios estadounidenses, quienes solo deberían utilizar aparatos asegurados.
  • La reunión sostenida en la Casa Blanca con Pedro Pablo Kuczynski, presidente del Perú, el pasado 24 de febrero, durante la cual a pesar de que el mandatario peruano dice que “el tema Venezuela sólo se trató de manera tangencial”, dijo también que Trump señaló, como muestra de lo que ya parece haberse convertido en una obsesión fatal: “Tenemos un problema con Venezuela, lo está haciendo muy mal” (8). Es oportuno señalar, que en lo que parece ser un “cumplimiento express” de las órdenes imperiales asociadas a esta reunión, el cipayo Kuczynski corrió a la ONU a señalarle a su nuevo secretario general, cuestiones de tanta trascendencia como ésta: “Venezuela no quiere interferencias, eso es natural, pero también hay un peligro de una emigración masiva hacia Colombia, hacia Curaçao y otros países de América Latina”; y lo que a mi juicio es más grave, por la amenaza potencial que lleva implícita: “(en Venezuela) puede haber graves problemas de salud, entonces tenemos que estar dispuestos un grupo de países a ayudar. No a interferir, pero sí a ayudar” (9).

Al listado anterior habría que añadir, en caso de ser comprobada su autenticidad, la emisión de un supuesto comunicado de la cancillería gringa de fecha 18 de febrero, de corte groseramente injerencista, presuntamente suscrito por un funcionario interino de esa dependencia de nombre Mark Toner (10), cuyas referencias las he conseguido sólo en fuentes de la canalla mediática tales como miamidiario.com y notiminuto.com, sin tampoco haber podido encontrar en la red el natural comunicado de rechazo de nuestra cancillería, que tamaña acción injerencista hubiese generado. Si lo he incluido a pesar de estas consideraciones es sólo para ilustrar la fuerte presión que sobre “el tema Venezuela”, pretenden generar sobre Trump, la canalla mediática internacional y la contrarrevolución local.

De todos estos hechos, los que a mi juicio revisten mayor significación, son las ya manidas y casi obsesivas solicitudes de Trump a los presidentes de Colombia, Perú y Argentina, naciones latinoamericanas cuyos gobiernos actuales son sumisos aliados del imperio y fuertemente detractores de la revolución bolivariana, para que incurran en acciones injerencistas y se sumen a una eventual estrategia armada conjunta en contra de Venezuela.

Con ellas se revela a juicio nuestro el que sería el escenario de invasión más probable, que no sería otro que el iniciado por una fuerza multinacional conformada por las fuerzas armadas de éstas y otras naciones latinoamericanas, o por las fuerzas armadas de Colombia, sobre la base de un falso positivo fronterizo, cualquiera de las cuales sería ejecutada con el beneplácito de la corrupta y cipaya OEA, pudiendo ser seguida o no de una invasión con las propias fuerzas del imperio.


A estas alturas debo confesar que me he visto impelido a difundir este análisis, de carácter muy preliminar dado el escaso tiempo de ejercicio de la nueva administración gringa y a tan corta distancia temporal del análisis referido al inicio de este trabajo, por la inquietud que me causa el que dos de los más connotados líderes de nuestra revolución hayan emitido declaraciones tendientes a desvincular a Trump de acciones injerencistas de tanta trascendencia como las recientes sanciones impuestas al Vicepresidente El Aissami (11), señalando que se trata de “coletazos” de las últimas acciones injerencistas del expresidente Obama.

Podría convenir en que declaraciones de esta naturaleza sean diplomáticamente apropiadas, si se toma en consideración las fuertes presiones a las que debe estar sometido Trump por parte de los poderes fácticos del imperio y el hecho cierto de que para que él pueda cumplir su más importante promesa de campaña, de hacer otra vez grande a Estados Unidos o a América como ellos llaman pedantemente a su país, deberá entre otras muchas cosas reformular la política exterior estableciendo el criterio de la paz como su principio fundamental. Sin embargo, como yo no soy diplomático puedo decir que considero que lo hecho hasta ahora por Trump en contra de Venezuela, más que coletazos de la política de Obama parecen representar su más absoluta continuidad, a tal punto que en poco más de un mes de gestión se ha logrado agudizar en alto grado los conflictos ya existentes, no sólo con Venezuela, sino con Irán, Siria, Irak y Rusia, al mismo tiempo que se han potenciado las relaciones con Israel, con la carga altamente conflictiva que ello representa para su región, y comienzan ya a perfilarse nuevos conflictos con China y Méjico.

Juzgo que es altamente riesgoso el que con argumentos más o menos parecidos al anterior, algunos analistas nacionales usualmente muy acertados en sus análisis comiencen a decir, de manera más que temeraria porque lo que está en juego es la pervivencia de la patria, que bajo la gestión de Trump no ocurrirá aquí lo ocurrido en Irak bajo la gestión de George W. Bush, ni lo ocurrido en Libia o Siria con el gobierno de Obama, cuando ocurre que la administración Trump está plagada de reconocidos enemigos de Venezuela de la talla de Rex Tillerson y John Kelly; está fuertemente influida por corruptos halcones políticos del pelaje de los senadores Marco Rubio, Ileana Ros-Lethinen y Bob Menéndez, también connotados enemigos de nuestra revolución y el propio Trump, disparando a todo y a todos, está muy cerca de convertirse en la amenaza global más peligrosa que la humanidad ha enfrentado en muchos años.

Resulta oportuno y conveniente analizar que, si teniendo en contra a connotados especímenes de la canalla mediática como CNN, Fox News y The New York Time, entre muchos otros, Trump se ha estado comportando de manera tan agresiva en relación a Venezuela, cuántas otras cosas será capaz de hacer ahora que está recibiendo entusiastas elogios de asquerosos pasquines como The Washington Post (12), que al felicitarlo por su fuerte postura en relación con Venezuela, en un reciente artículo publicado el 23 de febrero con el título “El sorpresivo apoyo de Trump a Venezuela”, decía barbaridades como las que paso a señalar a continuación: “Castigar a los líderes venezolanos corruptos y apoyar a los opositores moderados, no violentos como López, debería ser una decisión simple para Estados Unidos, dado el catastrófico declive de Venezuela, la agenda antiestadounidense y el creciente aislamiento en la región”, así como esta otra que no tiene desperdicio “El gobierno de Estados Unidos debe seguir con las sanciones especialmente contra los generales envueltos en ganancias provenientes de la especulación por la escasez de alimentos y el encarcelamiento de los líderes políticos. Debe haber un lobby en la Organización de Estados Americanos para ir contra el régimen de Maduro mediante la Carta Democrática Interamericana”.

No podría finalizar estas notas sin antes decir enfáticamente que a pesar de lo crudo y amenazante que pueda parecer este análisis, soy decididamente optimista en relación a las posibilidades reales de retrasar al máximo la inexorable invasión, que es en el fondo de lo que se trata, y de que una vez producida ésta, podamos salir airosos.

Debo decir también que considero que no se trata de un simple optimismo voluntarista sino de uno profundamente racional, basado, entre otros, en los siguientes hechos:

  • Que la relativa paz y la estabilidad de la cual disfruta la región se deben en muy buena medida a la revolución bolivariana, por lo que como ha dicho nuestro Presidente (13): “Aquellos que conspiran contra Venezuela desde el exterior tienen que pensarlo hasta tres veces. La Venezuela bolivariana, la Venezuela revolucionaria, nuestra Venezuela chavista es un punto sólido de apoyo, de respaldo a la estabilidad y a la paz de todo el continente, Venezuela es la base más sólida de estabilidad económica, social, política, militar de Suramérica y del Caribe”. ¡Esto aplica fundamentalmente para el gobierno forajido de Colombia, que aún en los actuales momentos no ha dejado de mandarnos amplios contingentes de desplazados por causa del incumplimiento de sus obligaciones!
  • Que recientemente hemos recibido el apoyo solidario del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) (14), conformado por más del 70 % de los países agrupados en la ONU, en contra de las presiones injerencistas del imperio, en general, y en especial de rechazo a las sanciones aprobadas en contra del Vicepresidente El Aissami; siendo necesario resaltar la contradicción de que dos de los países escogidos por el imperio para presionarnos, Colombia y Perú, son miembros de pleno derecho de este movimiento.
  • Que contamos con el decidido apoyo político, militar y económico-comercial de grandes potencias (Rusia, China e Irán), así como de los numerosos países de la región latinoamericana y del caribe, agrupados en el ALBA-TCP y Petrocaribe.
  • Que la contrarrevolución se está mostrando cada vez más incapaz para generar el estado de violencia generalizado que habría de servir de excusa para una eventual intervención extranjera, debido a sus múltiples problemas de orden interno, al escaso apoyo que viene recibiendo de sus adherentes y a su manifiesta falta de destreza para materializar sus habituales acciones terroristas, como lo evidencia el fatídico saldo y el reducido impacto de sus recientes intentos de sabotaje sobre el Sistema Eléctrico Nacional.
  • Que nuestra unión cívico-militar está viviendo un momento estelar como lo evidencia el elevado nivel de apresto operacional mostrado en los recientes ejercicios militares “Zamora 200” y el poder contar con la inmensa ventaja de controlar de manera legítima y legal la mayoría de los poderes públicos.

¡Prohibido fallarle a la Patria, prohibido fallarle a la Revolución… prohibido fallarle a Chávez, carajo!
¡El presente es de lucha, el futuro nos pertenece!
¡Venceremos!


celippor@gmail.com
Caracas, febrero 28 de 2017

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