sábado, 3 de diciembre de 2016



Lorenzo Mendoza: del pozo cervecero al pozo petrolero

Carlos E. Lippo




Según la revista Forbes, en el 2014, año en el cual obtuvimos la nada honrosa distinción de estar entre los diez primeros países del mundo que más gastaron en cervezas, cada venezolano gastó por este concepto la considerable cantidad de 444,60 dólares estadounidenses (1); de forma tal que si tomamos en consideración que para ese año éramos ya 29 millones de habitantes, se tiene que por consumo de cervezas se gastaron en Venezuela durante ese mismo año, casi 13.000 millones de dólares. Del dato anterior puede inferirse que en ese mismo año el monto de los ingresos de la Cervecería Polar, sólo por la venta de las cervezas, ascendió a la astronómica cifra de 10.000 millones de dólares estadounidenses.

Para poder darnos una idea de lo que representa esta monstruosa cantidad de divisas es conveniente compararla con la cantidad ingresada por PDVSA ese mismo año por concepto de venta de sus productos (petróleo crudo, derivados, productos petroquímicos y otros), la cual ascendió a 105.271 millones de dólares estadounidenses (2). Es decir, que en el año 2014 el ingreso de las empresas de Lorenzo, sólo por concepto de venta de cervezas, representó casi el 9,5 % de los ingresos por operaciones de nuestra empresa estatal petrolera.

Si se toma en consideración que un barril de petróleo equivale a 159 litros, podríamos decir que en ese mismo año 2014 del que hemos estado hablando, la producción cervecera de Polar, que ascendió a la astronómica cifra de 1.600 millones de litros, fue equivalente a un poco más de 10 millones de barriles. ¡No deja de tener sentido entonces aquella aseveración de sus áulicos de que Lorenzo tiene un verdadero pozo cervecero!

Es indudable que resulta realmente patético que con tal nivel de ingresos, Lorenzo haya llorado tanto por haber tenido que solicitar en préstamo la cantidad de 35 millones de dólares, a uno de sus bancos relacionados, para aplicarlos a la producción de las cervezas que tanto beneficio le reportan, a comienzos  de este año y más patético aún que haya pretendido que para pagar ese préstamo el gobierno le otorgase esa misma cantidad de dólares a la tasa DICOM, como si el gobierno participase directamente en este mercado, que como es sabido es un mercado de oferentes privados. ¡Terribles miserias de este seudo empresario parásito, felón, chantajista y embustero!

Ese pozo cervecero, que algunos analistas económicos aseguran que es el sostén básico del conglomerado Polar, lo dota de manera directa e indirecta, de una extraordinaria liquidez monetaria ya que tanto las bebidas como los alimentos son especies que se comercializan con pago en efectivo. Este exceso de liquidez, que según un principio básico del capitalismo debe ser aplicado a otro tipo de inversiones, ha llevado a La Polar a intentar conectarse directamente al “chorro petrolero”, del cual siempre ha dependido el crecimiento de nuestro empresariado privado parasitario y felón.

Ya en el año 1982, siendo Lorencito un mozalbete de 17 años, Polar comenzó a succionar importantes recursos del sector de hidrocarburos, por medio de su participación en Grupo Zuliano C. A., empresa privada propietaria junto con Petroquímica de Venezuela S. A. (PEQUIVEN), de las empresas petroquímicas productoras de polímeros y resinas plásticas denominadas: Estizulia, Polilago, Plastilago y Resilín, ubicadas todas en el Complejo Petroquímico El Tablazo.

En la actualidad, en el mismo sector petroquímico y por medio de Grupo Zuliano C. A., Polar tiene participación accionaria en las siguientes empresas productoras de resinas termoplásticas: Profalca, Provilven y Polinter; también es accionista de Metanol de Oriente S. A. (METOR), junto con PEQUIVEN y Mitsubishi y si no tiene participación directa en Fertilizantes Nitrogenados S. A. (FERTINITRO), fue porque Lorenzo transfirió sus acciones a su empresa testaferra Gambrinus Corporation, con el propósito de poder demandar al estado venezolano de manera encubierta ante el CIADI, con motivo de la expropiación ordenada por el presidente Chávez en el año 2008, tras los reiterados y comprobados abusos en materia de precios y suministros por parte de dicha empresa (3). ¡Otra de las miserias de este seudo empresario parásito, felón y embustero, que esta vez salió con las tablas en la cabeza al ser desestimada su malhadada y absurda demanda!

Finalmente Lorenzo pudo ver satisfechas sus aspiraciones de comenzar a participar de manera directa del chorro petrolero en el marco de aquella estrategia descaradamente privatizadora de nuestros hidrocarburos que la PDVSA de Luis Giusti y los meritócratas petroleros que dirigieron el paro sabotaje de 2002-2003, llamaron la “Apertura Petrolera”, que comenzó con la privatización de las actividades de exploración, explotación, distribución y comercialización de los mismos, en abierta violación de la Constitución de 1961, la Ley de Hidrocarburos vigente para aquellos días y la Ley Orgánica de la Administración Central, entre otros instrumentos legales.
Como se recordará, la dichosa “Apertura” debía circunscribirse sólo a la autorización de convenios con empresas privadas nacionales para la explotación de campos inactivos o marginales de PDVSA, pero progresivamente, el Gobierno, el Congreso y las empresas privadas que participaban fueron entregando al capital extranjero transnacional buena parte de nuestros recursos naturales, incluidos el petróleo de la Faja Petrolífera Hugo Chávez y el gas natural costa afuera, con el agravante de que el estado vería reducida su cuota de participación en las ganancias derivadas de la explotación de dichos recursos a niveles inferiores a los de la época de las operadoras extranjeras, por la aprobación de un impuesto que en el mejor de los casos contemplaba una participación del 35 %, y al propio tiempo hacía una ominosa entrega de soberanía, ya que se aprobó que cualquier controversia surgida con motivo de la interpretación de los contratos o de su ejecución sería resuelta mediante el procedimiento de arbitraje establecido por la Cámara Internacional de Comercio de París y no por la legislación nacional. ¡Afortunadamente llegó El Comandante y mandó a parar, mediante el establecimiento un nuevo marco legal que garantiza una auténtica soberanía petrolera!

Volviendo al tema que nos ocupa es oportuno apuntar que es a mediados de 1997, en el marco de la tercera ronda de convenios operativos de la “Apertura”, que Lorenzo pudo ponerle las manos a una parte de nuestro petróleo, por medio de su participación en un consorcio conformado por las siguientes empresas: Atlantic Richfield Company (ARCO), empresa gringa con operaciones en USA, Indonesia, el Mar del Norte y el Mar  Meridional de China; Inemaka, S. A. empresa filial de Inelectra C. A., ambas empresas venezolanas y Empresas Polar, al que fueron acreditados los campos colindantes de Kaki y Maulpa, situados al sur de Anaco, en el estado Anzoátegui, con una superficie de más de 305 km2. Siendo oportuno apuntar que según el plan operativo diseñado por Inemaka, empresa que pasó a dirigir las operaciones, se aspiraba a producir 7.500 barriles diarios, en una primera etapa y 13.000 barriles a mediano plazo.

Para poder darnos una idea de cuánto representa este volumen de producción es conveniente tomar en cuenta que el Zumaque-1, que fue el pozo con el cual se inició la producción comercial de petróleo en el país, tenía una producción de apenas 245 barriles por día. Entonces, no puede haber duda alguna en relación a que la participación protagónica de Lorenzo en el paro sabotaje, como explotador petrolero y como procesador y distribuidor de alimentos y bebidas, tuvo su principal motivación en la perspectiva cierta de no poder seguir aumentando, ni tan sólo seguir conservando, esta grosera apropiación de un bien que por ley es propiedad de todos los venezolanos.

A finales del año 2005 y en el marco de la nueva legislación de hidrocarburos, Polar acordó formar parte de la empresa mixta Petro Kaki, con arreglo a la siguiente composición accionaria: Corporación Venezolana del Petróleo (CVP), filial de PDVSA, un 60 %; Inemaka S. A., un 22,6 % e Inversiones Polar C. A., un 17,3 %, para operar en campo Kaki, con una producción inicial de 900 barriles diarios y 37 millones de pies cúbicos diarios de gas líquido asociado (4); de igual forma se constituyó Petro Maulpa, para operar el campo del mismo nombre. En ambos casos se trata de una participación sustancialmente mayor del estado venezolano, que según el antiguo régimen de convenios operativos de la “Apertura”, no podía participar en ningún caso con más del 35 %.

Como es sabido, Lorenzo Mendoza Giménez ha seguido aumentando su participación en el mercado nacional de alimentos y bebidas, logrando detentar auténticos monopolios en varios rubros, lo que le ha permitido ocupar la tercera posición entre los hombres más ricos del país según el ranking de la revista Forbes del 2015, con una fortuna calculada en USA $ 1.500 millones (5); sin embargo, como sigue aspirando a una mayor participación directa en la renta petrolera y sabe que ello no es posible con arreglo al marco legal vigente, no deja de conspirar, siendo uno de los actores protagónicos confesos de la guerra económica, ya que aspira a ser presidente de la república.

Si se vinculan las desmedidas aspiraciones de Lorenzo en relación a la industria petrolera nacional a su coincidencia con Ricardo Hausmann en relación a que para “reconstruir” el país a la manera neoliberal, haría falta obtener del FMI y otras fuentes crediticias internacionales, préstamos por un orden de USA $ 60.000 millones (6), es muy fácil llegar a la conclusión de que se pretendería que el pago de tales préstamos se hiciese a expensas de la privatización de PDVSA, lo cual sería una razón más que suficiente para evitar que este bandido tenga el más mínimo chance de asumir la presidencia de la república. Esto último plantea, como ya lo señalásemos en nuestro artículo anterior (7), la necesidad imperiosa de acabar con los mitos de La Polar y de Lorenzo Mendoza Giménez, de una buena vez.



¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!


Caracas, diciembre 03 de 2016

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