domingo, 16 de septiembre de 2018


Una vez más hemos derrotado al imperio en el seno de la OEA
 Carlos E. Lippo

 “En relación a Venezuela hay una narrativa que se quiere imponer, es la narrativa del estado fallido.
Fabrican el problema de la migración para “securitizar” un problema social y económico, esa es la nueva narrativa”
Samuel Moncada, representante permanente de Venezuela ante la OEA




La existencia de una crisis humanitaria en Venezuela ha venido siendo una profecía autocumplida  compartida por el general John Kelly, anterior jefe del Comando Sur de los Estados Unidos y por el almirante Kurt Tidd, actual jefe de ese comando unificado de seguridad que es responsable de velar por los intereses del imperio en 31 de las naciones que conforman la América del Sur, la América Central y el Caribe; siendo oportuno recordar que una profecía autocumplida o autorrealizada es una predicción que, una vez hecha, es en sí misma la causa de que se haga realidad.

La intensificación de la guerra de cuarta generación en sus variantes económica, financiera, monetaria y psicológica que el imperio nos viene aplicando desde hace más de una década, al haber asumido niveles de altísimo impacto desde finales del 2015, cuando el general Kelly lanzase su profecía, así como la emisión de sanciones económico-financieras sobre Venezuela que representan un auténtico bloqueo, después de que el almirante Tidd también la hiciese suya, demuestran bien a las claras los extremadamente grandes esfuerzos que ha venido haciendo el gobierno del imperio por cuidar la reputación de estos dos de sus grandes operadores militares, en lo que a Venezuela se refiere.

En fecha ya tan lejana como el 27 de enero de 2016, la Asamblea Nacional de Venezuela de abrumadora mayoría opositora, actualmente en condición legal de desacato sancionado por el Tribunal Supremo de Justicia, siguiendo el guion impuesto por su verdadero jefe, que no era otro que el general Kelly, decretó la crisis humanitaria en Venezuela en el sector salud (1), con base en una proposición del médico y diputado José Manuel Olivares, como si una crisis de cualquier alcance y mucho menos una de esta naturaleza pudiese ser instaurada en un país por medio de un decreto parlamentario.

Afortunadamente, a poco menos de 3 años del lanzamiento de la profecía de Kelly, aún no se ha producido la anunciada y promovida crisis humanitaria en nuestro país, y ello no por falta de empeño de las autoridades del imperio, ya que: en agosto de 2017 emitieron una serie de sanciones de carácter financiero que en opinión de Peter Koening (2), economista y analista geopolítico de origen estadounidense, ex funcionario del Banco Mundial, “… son las más amplias sanciones económicas de la historia, son representativas de una guerra financiera directa que prácticamente debería paralizar a Venezuela y constituyen además un crimen de guerra, ya que ponen en peligro y amenazan las vidas del pueblo venezolano”; paralelamente coordinaron un brutal ataque a nuestro signo monetario que casi ha logrado pulverizarlo por completo, obligando a convertir nuestro Bolívar Fuerte en el Bolívar Soberano, resultante de la eliminación de cinco ceros; emitieron nuevas sanciones económico-financieras el 21 de mayo de este año, al día siguiente de la reelección del Presidente Maduro (3); y finalmente, han presionado descaradamente a media humanidad para que también nos sancionase. A pesar de todo lo cual siguen acusando impúdica y falazmente al Gobierno Revolucionario de ser el causante de esta curiosísima situación de “no crisis”.

Sin embargo, el impacto de estas agresiones ha sido tal que aun no habiendo podido generar la buscada crisis humanitaria, debido fundamentalmente al altísimo grado de conciencia alcanzado por el pueblo revolucionario y no en mucho menor grado a las medidas proteccionistas dictadas por nuestro gobierno, se ha producido un innegable deterioro del nivel de calidad de vida que habíamos alcanzado después de 17 años de revolución, lo cual ha llevado a algunos exponentes de las capas medias opositoras a emigrar hacia los países vecinos.

Aun cuando las autoridades de Colombia y en menor grado las de Brasil, países limítrofes con Venezuela, así como las de Perú, Ecuador y Chile, no paran de hablar abiertamente de que se trataría de una verdadera avalancha de refugiados venezolanos la que está cruzando sus fronteras, ninguna de ellas ha aportado cifras oficiales de tan inusitado movimiento migratorio y ello a pesar de habérseles solicitado en más de 40 notas en las últimas semanas, según lo ha señalado esta semana Delcy Rodríguez, vicepresidenta ejecutiva de la república en unas declaraciones (4) en las cuales señaló además que Venezuela es el segundo país receptor de migrantes de Suramérica, mientras  que Colombia, nuestro mayor detractor en ésta y otras muchas materias, sigue siendo el país suramericano con el mayor número de desplazados internos y migrantes de la región.

Lo que realmente está ocurriendo es que desde hace meses, y con mayor intensidad durante las últimas 4 semanas, Venezuela ha venido siendo víctima de una poderosísima campaña propagandística desarrollada por el imperio y sus aliados, dirigida a imponer la narrativa de la existencia de una "crisis de refugiados" como producto de la inusitada emigración venezolana que se encuentra en desarrollo. Siendo tan corrosiva y falaz esta campaña que se ha llegado al extremo de asegurar impúdicamente, sin la más mínima ponderación, que la “crisis migratoria” venezolana podría llegar a superar a la de Siria, el hermano país árabe que desde el 2011 está resistiendo estoica y exitosamente los desmanes de una guerra mercenaria, de naturaleza y composición terrorista, financiada por los Estados Unidos y la OTAN.

Unos datos aportados a comienzos de esta semana por el vicepresidente de comunicación, cultura y turismo, Jorge Rodríguez, servirán para ilustrar suficientemente esta situación; a este respecto ha dicho Rodríguez (5), que durante los últimos 30 días la frase “crisis humanitaria”, relacionada con Venezuela ha sido mencionada en la red social Twitter, sólo en sus versiones en español e inglés, en unas 140.599 oportunidades; mientras que en relación a Siria, la misma frase sólo ha sido mencionada 29.989 veces, algo que el mismo funcionario ha calificado de "brutal, absurdo e increíble".

Algunos datos estadísticos de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y de la Organización Internacional para las migraciones (OIM), recogidos por el prestigioso portal web misionverdad.com (6), habrán de servirnos para colocar el supuesto “éxodo masivo” de venezolanos, en una más justa dimensión.

Es el caso que un reporte de ACNUR fechado en junio de 2018 refleja que sólo 5.661 venezolanos habían sido reconocidos como "refugiados" por los principales países receptores de la región; si se compara este dato con el de la migración venezolana en general reconocida por la misma ACNUR desde el año 2014 (1,5 millones de venezolanos en promedio), quedarían satisfactoriamente despejadas todas las dudas sobre si Venezuela se encuentra inmersa en una "crisis de refugiados" similar a la de Siria, Libia o Myanmar, como se ha querido hacer ver con la funesta campaña orquestada por el imperio, ya que estaríamos hablando de que sólo una cantidad mucho menor del 1 % de los migrantes totales habría sido reconocida como refugiados en los países de acogida.

Otro informe situacional presentado a mediados de agosto de 2018 por la OIM, refleja que desde 2015 hasta 2018, sólo 600 mil solicitudes de visados temporales u otros mecanismos de regularización han sido presentados por los venezolanos en los países receptores de América Latina y el Caribe; dato que conduce a pensar que las cifras anteriormente presentadas por ANUR y la ONU sobre la cifra total de emigrantes venezolanos (de 1.5 millones a 2.3 millones, aproximadamente) podrían ser mucho menores, echando por tierra la narrativa de un "éxodo masivo" de venezolanos, que se quiere implantar.

Pero lo más resaltante es que tanto ACNUR como la OIM, reconocen que la migración venezolana está motivada por razones económicas, factor que poco o nada tiene que ver con la condición de "refugiados" que se intenta proyectar hacia el mundo.

Antes de entrar en el tema medular del presente trabajo debo decir que otro tema compartido por el anterior y el actual jefe del Comando Sur, es el de que la pretendida intervención militar multilateral sobre Venezuela debería ser ejecutada bajo los auspicios de la Organización de Estados Americanos (OEA) y/o de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), siendo en procura de tal apoyo que el departamento de estado gringo ordenase la celebración durante esta semana de una sesión extraordinaria del consejo permanente de la OEA, el día miércoles 5, con el propósito de declarar la “crisis migratoria” venezolana como un caso violatorio de la seguridad regional y la de los propios Estados Unidos, que ameritaría una  intervención militar conjunta.

Previa a la reunión del consejo permanente de la OEA, el ahora “modocito” Ecuador de Lenin Modero accedió por órdenes del imperio a convocar una supuesta reunión de carácter técnico bautizada con el más que pomposo nombre de "Reunión regional sobre movilidad humana de ciudadanos venezolanos en las Américas", a la cual asistieron además del anfitrión nueve de los más conspicuos miembros del Cartel de Lima (Argentina, Brasil, Costa Rica, Colombia, Chile, México, Panamá, Paraguay y Perú), países amigos como Bolivia, y otros como la República Dominicana y Uruguay, que han venido siendo al menos neutrales en los últimos tiempos. Después de dos días de “cantinfléricas” deliberaciones, no pudieron abordar a conclusión práctica alguna, pues los representantes del Cartel, cual mesa redonda de borrachos peleándose por una botella vacía, no pudieron ponerse de acuerdo en la cuantía de la ayuda a solicitar al imperio para poder echarse al hombro el “bacalao” de la “migración venezolana”; y es que a estos redomados cipayos se les olvida que sólo países totalmente incondicionales como Israel y Colombia, califican para recibir una ayuda de esta naturaleza.

Unas destempladas declaraciones del Carlos Trujillo, el mandado incondicional del senador “Narco” Rubio y representante permanente de Estados Unidos ante la OEA, referidas el día lunes 3 por nuestro representante permanente, Samuel Moncada (7), en las cuales este pichón de halcón ofendía a los hermanos gobiernos del Caribe, miembros del ALBA-TCP y signatarios del acuerdo Petrocaribe, tildándolos de corruptos sólo porque se siguen negando a aceptar las órdenes de agresión dictadas por el imperio, daba a conocer que el imperio, por enésima vez, no contaría con los 24 votos necesarios para condenarnos.

En lo adelante la sesión extraordinaria convocada por el secretario Almagro para condenarnos, esta vez con la excusa de que la supuesta crisis “migratoria venezolana” comportaba un severo peligro para la seguridad regional perdió toda su importancia, al punto de que el inefable Trujillo ni siquiera se hizo presente en ella para no ser testigo de la clamorosa victoria venezolana apuntalada en las firmes convicciones antimperialistas y en la lealtad de nuestros valientes aliados del ALBA-TCP  y Petrocaribe.

La derrota del imperio fue de tal magnitud que no le fue posible proponer resolución alguna en contra de Venezuela; siendo necesario señalar que tal hecho tuvo su principal causa, a juicio de William Castillo,  viceministro de comunicación internacional de nuestra cancillería, en las profundas diferencias surgidas entre los miembros suramericanos del Cartel de Lima sobre la forma de manejar los fondos a ser aportados por EE UU y Europa para la gestión de la supuesta “crisis migratoria” (8). Y es que entre los gobiernos de estos países no existe nada en común como no sea el odio hacia la Revolución Bolivariana, existiendo además profundas diferencias inspiradas por los celos en sus relaciones con el imperio.

Finalmente y para intentar no perderlo todo, al secretario Almagro no le quedó más remedio que nombrar, a título personal, un “grupo de trabajo sobre la migración venezolana” (9), con la pretendida misión de elaborar un informe y captar fondos para el “auxilio” de los supuestos migrantes. El dichoso grupo habrá de ser dirigido por David Smolansky, el exalcalde terrorista del municipio El Hatillo (Caracas) que se encuentra prófugo de la justicia y es agente del sionismo internacional, siendo uno de sus miembros el diputado José Manuel Olivares, el mismo que intentó decretar la crisis humanitaria en el sector salud a finales de enero de 2016. En relación a dicho grupo nuestro representante permanente en la OEA, Samuel Moncada, ha dicho que se trata de un grupo intervencionista con el cual se estaría tratando de imponernos la aceptación de un “canal humanitario”, iniciativa que hemos rechazado y seguimos rechazando por considerar que facilitaría la invasión al permitir la entrada de fuerzas militares extranjeras en nuestro territorio.

Esta nueva victoria diplomática no debe envanecernos, pues si bien debe servir para posponer por algún tiempo la inminente invasión, al haber evidenciado la falsedad de la supuesta crisis migratoria venezolana y sus supuestas implicaciones sobre la seguridad regional, no la conjura en modo alguno, ya que seguirán insistiendo con el mismo tema en el seno de la OEA y también en la ONU, donde el tema será llevado por Estados Unidos de manera informal al consejo de seguridad el próximo lunes 10, según ha declarado Nikki Haley (10). Y es que en el caso de que se llegase a agotar el tema, gracias a iniciativas como la de la  promoción de la vuelta a la patria de los migrantes que lo soliciten, adelantada exitosamente por el Gobierno Revolucionario en los últimos días (11), el imperio tiene a mano otros temas para intentar justificarla, como lo es el del “falso positivo colombiano”, ampliamente referido en trabajos anteriores.

Que la amenaza de invasión está muy lejos de haber sido conjurada es algo que queda demostrado por unas declaraciones del representante permanente de los Estados Unidos en la OEA, Carlos Trujillo, el día de ayer, cuando trataba de hacer “control de daños” en relación a la derrota y a unas más que infelices declaraciones que hiciese a comienzos de la semana, en el marco de una entrevista concedida a la agencia France Press. El caso es que al ser interrogado sobre si está descartada la opción de una intervención militar en Venezuela, este “pichón de halcón” disfrazado de diplomático respondió casi automáticamente: “La Casa Blanca y el presidente han dicho en varias ocasiones que todas las opciones están sobre la mesa”.

Es por ello que aprovechando esta aparente tregua no declarada y aun estando plenamente convencido de la mayor capacidad y disposición del pueblo revolucionario y la FANB para enfrentar la invasión, me voy a permitir hacer las siguientes recomendaciones:

  • A los partidos integrantes del Polo Patriótico y los Movimientos Sociales de la Revolución: que coordinen con sus homólogos de los países aliados el alistamiento de unas brigadas de voluntarios internacionales dispuestos a venir a nuestro territorio para acompañarnos en la lucha.
  • Al más alto gobierno: que aun entendiendo que nosotros podemos no tener la misma importancia estratégica que Siria para la Federación de Rusia, se gestione el apoyo militar de ese país amigo al más alto grado posible; gestiones que deben hacerse extensivas también al resto de las potencias amigas, tales como China, Irán y Turquía.
¡Ha llegado la hora de luchar para defender la integridad de la Patria!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
Caracas, septiembre 08 de 2018

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