¡Alerta,
el Secretario General de la OEA está promoviendo una intervención militar en
Venezuela!
Carlos
E. Lippo
Desde su propia creación la OEA, esa vetusta
organización que habrá de cumplir el año próximo 70 años de infausta existencia,
ha cohonestado todos los golpes de estado promovidos por los Estados Unidos
para derrocar gobiernos legítimamente constituidos que no han sido de su gusto,
no menos de 32 en este período (1), al aceptar en su seno sin mayores trámites a los
representantes de los respectivos gobiernos de facto, comenzando por el golpe
militar propinado a Don Rómulo Gallegos, primer presidente venezolano electo
por votación universal, directa y secreta, en noviembre de 1948, hasta terminar
con el reciente golpe de estado parlamentario propinado a Dilma Rousseff en la
República Federativa de Brasil. Aunque
sólo fuera por esto, la OEA tendría bien merecido el apodo de “Ministerio de Colonias de los Estados
Unidos”, con el cual se refiriese
a ella el excanciller de Cuba Raúl Roa en medio de aquel denigrante proceso que
terminó con la exclusión de su país del sistema interamericano, en enero de
1962.
Pero no es sólo esto, es que diez intervenciones
armadas estadounidenses en países latinoamericanos (1 y 2),
dos de ellas autorizadas por los gobiernos de turno en Colombia (con fuerzas
militares de todo tipo) y en Méjico (con fuerzas policiales), no por
autorizadas menos letales, no provocaron la más mínima reacción de rechazo en
el seno de la OEA. Siendo necesario destacar que: en el caso de la invasión a
la República Dominicana, en 1965, la OEA no sólo dio su beneplácito sino que la
acompaño con fuerzas militares reclutadas entre los países miembros; y algo similar ocurrió en el caso de la
invasión a Haití, en el 2010, producida con la excusa de prestar ayuda
humanitaria en ocasión de un terremoto que muchos dicen que fue generado por
los mismos gringos y que fue sostenida hasta el 2015, “apoyando” al MINUSTAH,
misión de la ONU desplegada en Haití desde el 2004, cuando dieron el golpe al
presidente legítimo Jean-Bertrand Aristide.
Bajo la consideración de hechos como los señalados en
los párrafos anteriores no puede generar extrañeza alguna la hostilidad
manifiesta en contra de la Revolución Bolivariana, demostrada por los secretarios
generales de la organización anteriores a Luis Almagro: César Gaviria Trujillo (Colombia)
y José Manuel Insulza (Chile).
En efecto, Gaviria Trujillo fue comisionado el 13 de
abril de 2002 estando el golpe en pleno desarrollo, para trasladarse a
Venezuela en ayuda del golpista Carmona Estanga sólo que a su llegada, dos días
más tarde, ya el Comandante Chávez había sido restituido en el poder por la
unión cívico militar. Sin embargo, creyéndose un verdadero procónsul del
imperio fungió de “facilitador” de la
mesa que se estableció para dialogar con la oposición representada por aquel
esperpento antecesor de la actual MUD que se llamó la Coordinadora Democrática,
con posiciones descaradamente favorables a ella y se mantuvo entre nosotros
prácticamente de manera permanente hasta después del referéndum revocatorio de
agosto de 2004, al cual concurrieron como observadores (figura que ya no existe
en nuestra legislación electoral), la propia OEA y el Centro Carter.
Y por su parte Insulza, satisfaciendo las exigencias
del imperio propició dos hechos absolutamente rocambolescos para atacar nuestra
revolución; se trata de: la admisión de una falsa denuncia interpuesta personalmente
por Álvaro Uribe Vélez en julio de 2010,
dos semanas antes de dejar el cargo, según la cual existían campamentos de la
insurgencia colombiana en territorio venezolano, argumento que nuestra
delegación desmontó fácilmente puesto que las coordenadas de ubicación de los
campamentos señaladas por Uribe, correspondían a territorio colombiano (3); y un derecho de palabra que intentó conceder a
la dirigente opositora venezolana María C. Machado, para intervenir en el
Consejo Permanente con base en una acreditación que la hacía representante
alterno de Panamá, iniciativa que debía materializarse en marzo de 2014 en
pleno auge de las acciones terroristas perpetradas en Venezuela con el nombre
de “La Salida”, pero que fue bloqueada
por una clamorosa victoria venezolana de 22 votos contra 11 más una abstención (4).
Aun en el marco definido por las actuaciones de
secretarios generales tan cipayos y sumisos al imperio no deja de resultar realmente
excepcional la conducta del secretario Almagro, quien antes de tomar posesión
del cargo, se arrastró impúdicamente ante sus jefes imperiales al fijar su
posición en relación a la infame orden ejecutiva de Obama que nos calificaba de
amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad de su país, que no fue otra que
excusar al imperio con la misma argumentación que lo hizo aquel funcionario de
medio pelo del departamento de estado que aseguró que en realidad no
representábamos tal amenaza sino que se trataba de un problema de redacción,
pues para emitir el dichoso decreto se había utilizado un documento proforma
que es el usual en los casos de amenazas reales. En aquella oportunidad Almagro
declaró a TeleSur (5) en una entrevista celebrada el 09 de abril en el
marco de la VII Cumbre de las Américas en la que Venezuela recibió el apoyo
unánime de los países miembros de UNASUR y CELAC, palabras más, palabras menos,
que el decreto había sido hecho de “manera
automática” ya que se repitió lo mismo que se había dicho en los casos de
otros países.
Juzgo innecesario describir la cantidad de intentos
que ha hecho el secretario Almagro por aplicarnos la llamada “Carta Democrática” de la OEA, que se
traduciría en un tutelaje del país impuesto por una fuerza militar multiestatal,
elaborando para ello cuatro informes totalmente falaces, carentes del más
mínimo rigor ético; en relación a este bastardo proyecto estimo que basta con
señalar que cada vez menos países miembros respaldan las propuestas que a
nombre del imperio ha intentado aprobar tanto el en el Consejo Permanente, como
en la 47° Asamblea General de la OEA, celebrada en Cancún, Méjico en junio del
presente año, en la que la propuesta del imperio fue apoyada por sólo 13 de los
34 países miembros.
A partir de este último fracaso y como quiera que el
amo imperial, que ha dado muestras suficientes de no atreverse a invadirnos por
sí mismos, no cesa de presionarle y él parece haber sentido desde siempre una
especie de obsesión fatal por la Revolución Bolivariana, se ha enfocado en el
logro de dos objetivos que a su juicio habrían de servir de eficaz catalizador
para provocar la intervención militar que está promoviendo; tales objetivos
son: una condena del gobierno de Venezuela en instancias internacionales por el
tema de una presunta violación sistemática de los derechos humanos; y la
conformación de un gobierno venezolano paralelo ficticio, que desde el exterior
del país solicitase la intervención. Después
de tantos fracasos no ha inventado nada nuevo este judas latinoamericano
procedente de la cantera uruguaya, ya que como se recordará ambos argumentos
fueron los más utilizados para justificar la invasión a la Libia de Gadafi en el
2011.
Almagro ha tenido que recurrir a instancias internacionales
diferentes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, dependiente de la
OEA, debido a que desde septiembre de 2013 no formamos parte de este ominoso
tribunal en virtud de la denuncia de la Convención Interamericana de Derechos Humanos que
oportunamente hiciese el Comandante Chávez un año antes (6); siendo
oportuno recordar que los Estados Unidos, como es su costumbre, nunca han
suscrito la citada convención.
Que se encuentra tenazmente abocado a lograr nuestra
condena en instancias internacionales es algo demostrable a partir de los
siguientes hechos:
- El nombramiento del exfiscal jefe de la Corte Penal Internacional, Luis Moreno Ocampo, como asesor especial de la OEA en temas de crímenes de lesa humanidad (7), el pasado mes de julio, con el propósito de elaborar un informe que sirva para sustentar la acusación con base a lo previsto en el “Estatuto de Roma”; siendo oportuno señalar que el tarifado Moreno Ocampo es el mismo funcionario que logró la condena de Gadafi en la CPI (2011) bajo la absurda acusación de que el líder libio suministraba grandes cantidades del fármaco “Viagra” a sus soldados para que procediesen a violar salvajemente a las mujeres libias de los territorios en rebeldía.
- Su comparecencia, hace pocos días, ante la Comisión Europea para la Democracia, con sede permanente en Venecia, para tratar el “tema” de Venezuela, después de haberle enviado sus falaces informes. La extrema complacencia con la que el propio Almagro reseña la noticia se basa en que dicha instancia, íntimamente vinculada a la OTAN, ya se ha pronunciado de manera preliminar en contra de nuestra Asamblea Nacional Constituyente (8).
Que está intentando por todos los medios a su alcance
de instalar un gobierno venezolano paralelo con sede en Washington es algo que
no necesita demostración a partir del reconocimiento público otorgado a un
grupo de abogados venezolanos, prófugos de la justicia venezolana en los
Estados Unidos por haber intentado usurpar las funciones del Tribunal Supremo
de Justicia de Venezuela, que comenzarían a funcionar como el TSJ venezolano en
el exilio desde uno de los locales de la OEA, a partir de esta misma semana (9). Como Almagro
reconoce y aúpa ampliamente a la Asamblea Nacional de Venezuela declarada en
desacato por el TSJ legítimo, sólo le faltaría conformar un gobierno paralelo
ficticio a la usanza del Consejo Nacional de Transición de Libia, para
completar los principales órganos de un pretendido estado venezolano en el
exilio.
En verdad que sólo es posible augurarle al secretario
Almagro el más rotundo fracaso a raíz de estas nuevas gestiones, que
consideramos son producto de la enorme presión que el imperio le genera en
medio de su gran frustración por no haber podido doblegarnos después de tantos
años de la artera guerra de cuarta generación que nos viene aplicando desde que
declaramos el carácter antiimperialista de nuestra revolución.
Decimos que tales gestiones están destinadas al más
rotundo fracaso por las siguientes razones:
- La declaración conjunta sin precedentes en apoyo de Venezuela, suscrita por 63 países en el marco del 36° periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU (10), hace nugatorio el que Moreno Ocampo pueda demostrar con su informe que la situación de los derechos humanos en Venezuela amerite una investigación por parte de la CPI, y más aun a raíz del hecho de que este corrupto funcionario está siendo imputado por la propia CPI, al ser acusado de actuar en contra de los intereses de la misma al defender al magnate petrolífero libio Hassan Tatanaki (11).
- Resulta más que evidente que Venezuela está fuera del alcance de la Comisión de Viena, ya que la misma está conformada por los 47 miembros del Consejo de Europa y otros 14 países: Argelia, Brasil, Chile, Corea del Sur, Costa Rica, Estados Unidos, Israel, Kazajistán, Kosovo, Kirguizistán, Marruecos, México, Perú y Túnez, entre los cuales obviamente no nos encontramos.
- Es muy poco lo que puede lograr en materia de “justificación” de la invasión un gobierno instalado en Washington, sin jurisdicción alguna sobre ninguna porción del territorio venezolano.
A juicio nuestro, el hecho de que el secretario
Almagro debe tener plena conciencia de esta situación, es el que determina que
se haya lanzado sin recato alguno a solicitarle la invasión al propio
comandante en jefe del Comando Sur, el almirante Kurt Tidd, en ocasión de la
celebración de un evento latinoamericano promovido por el gobernador del Estado de
Florida, un obsesivo antivenezolano, tal como orgullosamente lo reseñase el
propio secretario en su cuenta Twitter (12), mostrando la fotografía que ilustra este artículo.
A partir de todo lo expuesto en estas notas es que nos
atrevemos a señalar, como ya lo ha sugerido el Fiscal General de la República Bolivariana
de Venezuela, Tarek William Saab (13), que Luis Almagro está promoviendo una intervención
armada en Venezuela por parte del imperio y sus aliados.
¡Hasta
la Victoria Siempre!
¡Patria
o muerte!
¡Venceremos!
(8) http://www.notiactual.com/luis-almagro-presento-la-comision-venecia-resumen-la-situacion-venezuela/
celippor@gmail.com
Caracas, octubre 09 de
2017
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