sábado, 21 de octubre de 2017



¡Alerta con las intentonas secesionistas
de los estados occidentales!

Carlos E. Lippo


 Escrito en mayo del año 2014


Su negativa a suscribir el 5 de julio de 1.811 el “Acta de Declaración de Independencia” junto a siete de las diez provincias que conformaban la Capitanía General de Venezuela y su confirmada adhesión al imperio español, fue la primera acción secesionista exitosa de la Provincia de Maracaibo, actual estado Zulia, en contra de la recién creada República de Venezuela. Esta acción, inspirada por las oligarquías comerciales y agrarias de dicha provincia, basada en los mismos argumentos economicistas que esgrimieron para protestar ante la Corona Española su incorporación a la Capitanía General de Venezuela en 1.777, fue determinante en la pérdida de la “Primera República” en 1.812, pues fue desde allí que los ejércitos españoles invadieron nuestro territorio y organizaron su nueva ocupación. ¡Que demostración tan clara y temprana de la voluntad de sumisión a un imperio extranjero, por parte de sus élites dirigentes!
Casi 10 años más tarde, el 28 de enero de 1.821, cuando deciden declararse independientes de España, con el apoyo decisivo del Libertador y del General Rafael Urdaneta, aunque pretenden incorporarse a la Gran Colombia como un departamento independiente, al mismo nivel que Venezuela, Quito y Cundinamarca, terminan por adherirse a Venezuela. Posteriormente en 1.831 cuando ocurre la desintegración de la Gran Colombia aspiraban a constituir la República del Zulia sólo que por razones fundamentalmente pragmáticas, por encontrarse en medio de dos grandes naciones en conflicto, deciden integrarse a una de ellas, Venezuela. ¡Es el caso de decir que para las oligarquías zulianas se trató desde un principio de un “matrimonio de conveniencias”, ello a pesar de que aún en esa lejana época, ninguna diferencia insalvable de idioma, religión, tradición ni costumbres separaba a un zuliano de cualquier otro venezolano, teniendo todos además los mismos orígenes indígenas, africanos y europeos!

A lo largo de toda la “Cuarta República”, tienen lugar numerosas intentonas secesionistas, promovidas por las mismas oligarquías regionales, bajo la inspiración y con el apoyo del imperio británico primero y del imperio norteamericano, más tarde, siendo oportuno y conveniente destacar las siguientes:

  • La encabezada por el entonces Presidente Constitucional del Estado Zulia, Venancio Pulgar en 1.869, quien “debido a la clara intención del poder central de ejercer el control aduanal y político de Maracaibo” decide la separación del Zulia de la unión nacional, pone en pie de guerra el Estado e invade a Coro para asegurar las fronteras zulianas. El Presidente José Ruperto Monagas declara al Zulia "en sublevación a mano armada contra las instituciones políticas que se ha dado la nación", reconquista Maracaibo y pone en fuga a Pulgar, quien se refugia en un navío de guerra británico que “por pura casualidad”, observaba el alzamiento. ¡Qué duda puede caber de que esta intentona guardaba estrecha relación con el inicio de la explotación de los grandes depósitos de brea del Golfo de Maracaibo, descubiertos por la Sociedad Geológica de Londres, pocos años antes!

  • El intento promovido por los intereses petroleros norteamericanos en el año 1.927, siendo Presidente del Estado Zulia Vicencio Pérez Soto, motivado por la apreciación de las grandes compañías norteamericanas de que el gobierno de J. V. Gómez favorecía los intereses petroleros británicos, desactivado por la rápida acción del gobierno central, el acuerdo entre británicos y norteamericanos para repartirse los yacimientos y mercados a nivel mundial y por el otorgamiento de concesiones a compañías norteamericanas en el lago de Maracaibo.

El sentimiento secesionista se mantuvo en estado de latencia durante los cuarenta años del “Puntofijismo” dándose el caso de que las oligarquías regionales, a pesar de su impúdica participación en el reparto de la renta petrolera de entonces, no dejaban de presionar al gobierno nacional para la obtención de prebendas que eventualmente pudiesen favorecer nuevas intentonas.
Tal es el caso de la aprobación de una sucursal del Banco Central de Venezuela para la ciudad de Maracaibo, decidida por sus máximas autoridades presididas por Benito Raúl Losada, auténtico zar de las finanzas públicas durante el período de Raúl Leoni, en junio de 1.968, según dice la propia información del Instituto, “por estar convencidas de que una dependencia de tal naturaleza podría cumplir importantes funciones, y dejando expresa constancia de que el Zulia representaba una situación especial en cuanto al desarrollo de sus indicadores económicos y financieros, con lo cual se cumplían las expectativas que se habían venido formando en ese sentido” (1). ¿A qué tipo de expectativas estaría haciendo referencia este documento?
Para entender cabalmente el significado de esta decisión de las autoridades del BCV de la época es necesario decir que normalmente un banco central dada la naturaleza de sus funciones, no tiene sucursales. Sin embargo, era tal la importancia que se asignaba a este “engendro” creado en el Zulia que su Gerente ocupaba el tercer lugar de preminencia según el protocolo regional, sólo detrás de las máximas autoridades militares y eclesiásticas. Es oportuno señalar que en la actualidad no existe la sucursal del BCV en Maracaibo, sino una Subsede, con funciones reducidas a la distribución de especies monetarias, la investigación y las estadísticas económicas en la región zuliana y las relaciones institucionales, funciones que a juicio mío podrían realizarse cabalmente desde la Sede de Caracas.
Sin embargo no es el BCV la única institución en el país con sucursales que sólo existen en el Zulia, ya que la inefable Embajada de los Estados Unidos de América cuenta en Maracaibo con la única Agencia Consular, abierta en el año 2.006 por el entonces embajador William Brownfield, instalada en un inmueble de un millón de dólares, comprado por él en una de sus habituales visitas a la “República Independiente del Zulia”, como gustaba de llamar al estado durante su permanencia en el país.

Como era de esperarse la oligarquía terrateniente y  genocida del Zulia, la misma que se apropió de las mejores tierras agrícolas del país después de casi llevar a la extinción a las etnias aborígenes de la zona (Wayúu, Barí y Yukpa), cuyos sobrevivientes fueron expulsados a las tierras más altas y agrestes de la Sierra de Perijá, no tardó en entrar en curso de colisión con la Revolución Bolivariana y ha retomado la cruzada secesionista con renovados bríos. Ello a pesar de que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, promulgada y refrendada en el año de 1999, establece en su preámbulo los principios de la soberanía e integridad territorial, y en el Título II, Capítulo 1, Artículos 10 al 13, se afirma que ni el territorio, ni alguna parte del mismo podrá ser desmembrado, ni arrendado o enajenado por parte de ninguna nación o potencia extranjera, así como sus recursos naturales, siendo más que oportuno señalar que una muy significativa proporción del electorado zuliano (66,82 %) votó a favor de nuestra constitución en el referéndum consultivo del 15 de diciembre de 1.999 y un nada desestimable 53,14 % del electorado, lo hizo a favor del “No” en el referéndum aprobatorio del 2.004. 

Para tener una idea de la intensidad y el alcance de esta auténtica cruzada secesionista basta con acceder a Internet por medio de cualquiera de los navegadores más usuales, con frases como “Secesión del Zulia”. De esta manera se podrá obtener la más variada relación de los actuales movimientos secesionistas y las más sesudas argumentaciones en favor de su separación de Venezuela. Por considerarlo de interés mostraré a continuación algunos resultados obtenidos después de una brevísima “navegación”:

1
·         En el año 2.002, pocos meses antes del “Golpe de Abril”, por decreto del entonces Gobernador Ramón Rosales, el mismo que suscribió el famoso Decreto Carmona en representación de los gobernadores de estado, se instituyó el 28 de enero, fecha conmemorativa de la independencia de la Provincia de Maracaibo del imperio español, como “Día de la Zulianidad”, con el carácter de día feriado regional. ¿Acaso no les da pena celebrar el haber permanecido bajo el yugo español por 10 años más que el resto de lo que hoy es nuestra Venezuela?

·         Durante buena parte del año 2.006, precisamente el año de mayor presencia en la “República Independiente del Zulia” del inefable William Brownfield, tuvo lugar en medio de un gran despliegue propagandístico a nivel nacional e internacional, el relanzamiento de un oscuro movimiento neoliberal y filo fascista llamado “Rumbo Propio”, cuyas vallas mostrando el mapa del estado Zulia segregado del resto del país tapizaron buena parte del territorio zuliano antes de ser recogidas por orden de las autoridades competentes.

·         El pasado 23 de febrero, apenas iniciado el golpe continuado actualmente en desarrollo, un autodenominado Movimiento Autonomista de Derecha Liberal en Venezuela (MDL) convoca, con carácter de urgencia,  a un proceso secesionista en los estados Táchira, Mérida, Lara, Carabobo, Nueva Esparta y Zulia, para, según palabras textuales de un documento titulado “Comunicado Secesionista No. 1”: “contener y poner fin a las masacres que se han sucedido y las que el régimen tiene intenciones de acometer, mediante plebiscito autonomista-secesionista, organizado por cortes electorales de cada estado, en plena autonomía y sin intervención de entes ilegales e ilegítimos como los fabricados por el actual régimen”(2). ¡Habrase visto un mayor nivel de histeria y esquizofrenia secesionista!

Este larguísimo preámbulo antes de entrar en materia ha tenido como propósito el demostrar, como ha dicho ya el Maestro Luis Britto García, que el secesionismo zuliano no es chiste ni exageración: es un plan constante de las oligarquías que sueñan engrandecerse empequeñeciendo su Patria.

Para entrar en materia debo comenzar diciendo que considero que la secesión inducida del estado Zulia, junto a la de estados como Táchira y Mérida que cuentan con un significativo electorado oposicionista podría ser la próxima carta que pase a jugar el imperio para intentar ponerle la mano a nuestros recursos naturales, habida cuenta de que su último intento de promover un gobierno nacional afecto a sus intereses por medio de una intentona militar golpista ha fracasado, al menos por ahora.
Para tratar de implantar la mencionada secesión promoverían un recrudecimiento importante de las acciones terroristas en Maracaibo, San Cristóbal y Mérida, ciudades que ya fueron objeto de acciones terroristas de baja y mediana intensidad durante los pasados meses de febrero, marzo y abril. Bajo esta hipótesis las acciones terroristas serían ejecutadas tomando como base fuertes contingentes de mercenarios que serían introducidos al país desde Colombia a través de la frontera y que contarían con el apoyo  de una “quinta columna” criolla, conformada por los nacionales que han venido siendo entrenados en tácticas paramilitares dentro y fuera del país así como por el “lumpen” que ha venido recibiendo adiestramiento práctico en las acciones de calle previas, actuando como mercenarios.
El escenario ideal para el imperio, al cual concedo una escasísima probabilidad de ocurrencia, pasa porque este variopinto ejército debidamente apoyado desde Colombia, logre controlar las instancias del poder regional, Gobernación y Consejo Legislativo, dando paso a la formación de un gobierno secesionista que se apresuraría a solicitar y obtener el reconocimiento de los gobiernos “amigos” del imperio y del imperio mismo. ¡De producirse este escenario totalmente negado, sería necesario ejecutar acciones de comando, apoyadas en los trabajadores revolucionarios de PDVSA, para impedir la extracción de petróleo de los más importantes de los yacimientos activos!
Estimo que el escenario de mayor probabilidad de ocurrencia en el marco de esta hipótesis es muy parecido al escenario sirio pues dado el abierto apoyo operacional y logístico del imperio y de la “hermana república”, materializado en financiamiento, hombres y armas de la más reciente tecnología, es poco previsible una rápida y definitiva victoria de las fuerzas de la revolución.

En apoyo de esta hipótesis de la secesión inducida, que espero firmemente que no se convierta en una profecía auto realizada, considero conveniente señalar los siguientes hechos:

·         La información contenida en un informe recientemente publicado por el diario “Los Angeles Times”, recogida en un artículo del comprometido escritor argentino Atilio Borón (3), según la cual la estimación del potencial de producción del mayor de los yacimientos de petróleo de esquisto de los Estados Unidos, ubicado en Monterrey, California, 13.700 millones de barriles, era errónea, pues realmente dicho yacimiento sólo garantizaría unos 600 millones de barriles, cantidad que siendo 96 % menor resulta insignificante si tomamos en consideración que sólo alcanzaría para cubrir las necesidades energéticas en USA correspondientes a 33 días.

·         El hecho de que si bien la producción actual del Zulia alcanza apenas a 800.000 barriles diarios, lo cual representa menos de la tercera parte de la producción nacional, el potencial de producción del estado es de 26.000 millones de barriles, cantidad que es superior a la suma de las reservas probadas de Méjico, Ecuador, Colombia y Argentina y que representando casi el doble del potencial que se atribuía erróneamente al yacimiento de esquistos bituminosos que mencioné en el punto anterior, sería suficiente para satisfacer las necesidades energéticas de USA en el corto plazo (4).

·         La circunstancia de contar en el Zulia con reservas estimadas de gas del orden de 7.500 Mmbpe (barriles de petróleo equivalente), reservas de carbón de 1.100 TM, en la Guajira, suficientes para 150 años de producción, las mayores de Suramérica, así como importantes reservas por determinar de otros minerales tales como oro, níquel y uranio (5).

Para finalizar quiero decir que a pesar de todas las campañas adelantadas en las diferentes épocas, la secesión del Zulia jamás ha sido un sentimiento del pueblo zuliano sino una bastarda aspiración de sus oligarquías vendepatria y genocidas, por lo que cualquier intento por implantarla será oportunamente derrotado por las fuerzas de la revolución. Lo mismo se puede decir de los recientes llamados a secesión de los estados andinos (Táchira, Mérida y Trujillo) y de los estados Lara, Carabobo y Nueva Esparta, apoyados neciamente en el hecho de que las alcaldías de las ciudades de mayor población dentro de sus respectivos territorios hayan sido ganadas por la oposición en las elecciones del pasado diciembre.

¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!


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