José Vicente Rangel: nadando en medio de dos aguas…
como siempre
Ensartaos / CEL
El
pasado jueves el camarada Elías Jaua Milano, en el multitudinario acto de
repudio popular a la llamada “Ley de
Estafa Inmobiliaria” recientemente aprobada por la asamblea nacional
adeco-burguesa, denunció que detrás de dicha ley se encontraba el “Banco Activo”, entidad financiera
propiedad de la familia Febres Cordero, fuerte grupo empresarial con gran
influencia en la región los Andes, que es heredera de la “gloria” y por supuesto de los “cobres”
de Ciro Febres Cordero, quien fue uno de los “Doce Apóstoles” de Carlos Andrés Pérez.
Como
muchos habremos de recordar, tal era el nombre con el cual el insigne camarada Pedro
Duno, autor de un libro del mismo nombre, designaba a aquel grupo de empresarios
felones (Enrique Delfino, Édgar Espejo, Concepción Quijada, Julio Pocaterra,
Jesús Muchacho Bertoni, Aníbal Santeliz, Ciro Febres Cordero, Arturo Pérez
Briceño, Ignacio Moreno, Pedro Tinoco y Carmelo Lauria Lesseur) a los cuales el
gocho asignó a dedo los más jugosos contratos de obras y servicios de la “Gran Venezuela” de su primer mandato.
El
plan de estos banqueros de tan deleznables ancestros consiste en conceder
créditos a los adjudicatarios de las viviendas de la GMVV para que puedan pagar
los terrenos y cuando estas personas no puedan pagar porque les van a subir los
intereses, vendrán las inmobiliarias a comprar la deuda para ir desplazando a
las familias de sus casas y así ir convirtiendo los edificios en condominios de lujo.
La
aprobación de ley de maras vendría a ser el pago convenido para quienes en
ejercicio de sus relaciones mafioso-comerciales con Acción Democrática, a
través de Héctor Cedillo y con Primero Justicia, a través de Armando Briquet,
financiaron a dichos partidos en la feroz y voraz campaña legislativa del
pasado año. Se repite pues la historia de los ancestros, que cobraron con
creces por financiar la campaña presidencial de Pérez en 1.973.
El
caso es que Banco Activo es el principal patrocinador actual del programa televisivo
dominical “José Vicente Hoy”, tal como
se menciona momentos antes de comenzar su transmisión. El hecho de ser patrocinado
por tal exponente del empresariado vernáculo no debe causarnos mayor extrañeza,
ya que dicho presentador ha tenido como patrocinador estrella, sin que al
parecer ello le haya causado el más mínimo escozor, hasta a la mismísima Coca
Cola del Grupo Cisneros. No se requiere ser del medio televisivo para imaginar
la intensidad de las presiones de todo tipo que suelen ejercer los
patrocinadores tanto sobre los protagonistas de un programa como sobre el medio
que lo difunde.
Tampoco
resulta extraño que en el programa de ayer José Vicente haya incluido el
resultado de una encuesta del inefable Oscar Schemel, abiertamente contrario a
la ley que pretende dar al traste con la GMVV, al señalar que más del 63 % de
los venezolanos estamos en contra de que los adjudicatarios puedan vender las
viviendas adjudicadas. Es que así es José Vicente: dispara dos misiles
al gobierno y una balita a la contrarrevolución.
Sé
muy bien quien es el verdadero José Vicente, hombre que permanentemente intenta
nadar y al mismo tiempo cuidar la ropa, desde 1.978, cuando pretendiendo ser el
candidato presidencial de la apreciada “Unidad
de la Izquierda” (MAS, MIR, PCV, MEP, CAUSA R y otros), mantuvo en vilo a
todos esos partidos hasta muy poco tiempo antes del inicio de la campaña,
cuando optó por ser sólo el candidato exclusivo del MAS, generando una gran
multiplicidad de candidaturas en el seno de aquella escuálida izquierda.
No
me ocuparía para nada de este habilísimo “político”
de la más genuina estirpe cuartorrepublicana, si no fuese porque prevalido de
la muy alta estima que visiblemente le dispensaba Chávez y de los servicios que
pueda haberle prestado a la revolución, persiste machaconamente en su actitud
de promover un diálogo imposible con el liderazgo de la contrarrevolución. Diálogo
que a mi juicio sólo es posible haciendo entrega de nuestra revolución y que
ineluctablemente conduciría a ello.
1
Como
podrán haber concluido así es Jose Vicente… nadando siempre, de manera
fríamente calculada, en medio de dos aguas.
Caracas,
abril 18 de 2.016
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