sábado, 22 de julio de 2017

Está próxima la entrada en escena del paramilitarismo extranjero de la contra
Carlos E. Lippo




Con muchísima pena y con nada de gloria la contrarrevolución terrorista dio inicio el pasado día 20 a lo que sus máximos voceros han dado en llamar la “hora 0”, mediante un supuesto paro cívico de 24 horas que sólo se tradujo en un gran secuestro de sus ya muy menguadas bases, las cuales se vieron impedidas de circular libremente para salir de sus urbanizaciones de clase media a desarrollar su vida normal, en aquellos municipios del país en los cuales con la complicidad de sus alcaldes y bajo el manto de la impunidad que ha promovido el ministerio público de Luisa Ortega, se han venido realizando las acciones terroristas, por todos conocidas, desde hace ya 112 días.

Al igual que en el golpe de estado de abril de 2002 y en el paro sabotaje petrolero de 2002-2003 también se trataba en este caso de un cierre patronal (lockout), que sin embargo esta vez no fue asumido de manera explícita por los gremios empresariales (FEDECAMARAS, CONINDUSTRIA Y CONSECOMERCIO), puesto que ellos, sin convocar el paro, se limitaron a señalar que no tomarían medidas en contra de los trabajadores que dejaran de asistir al trabajo durante ese día; no estando de más señalar que el dichoso “paro” tampoco fue convocado por ninguna organización sindical del país. Curiosa dirigencia oligárquica la nuestra, que en su estrategia para alcanzar el poder por vías ajenas al voto popular, pretende hacer uso de esa tradicional y genuina arma del proletariado mundial que es la huelga general. ¡Y es que en el seno de la contrarrevolución venezolana, nada es realmente lo que sus voceros dicen que es!

Una medida de lo poco que el “paro” del día 20 logró afectar a la producción nacional de bienes y servicios, que era su propósito declarado, puede deducirse de unos datos suministrados por el Presidente Maduro en una sesión del “Consejo Nacional de la Economía Productiva”, celebrado en la sede central de PDVSA el día de ayer con asistencia, con asistencia de casi 1.000 empresarios nacionales y extranjeros, según los cuales ese día se mantuvieron activos: un 95 % de los establecimientos industriales privados; un 100 % de los establecimientos industriales públicos y un 50 % de los establecimientos comerciales.

A juicio de sus promotores, en lo que sí debió haber tenido éxito el “paro”, fue en su terrorífico nivel de violencia, ya que ese día se produjo la mayor cantidad de muertes de estos 112 días que lleva ya el sangriento aquelarre de la MUD, habiéndose registrado la pavorosa cifra de 7 muertes, al menos tres de ellas a causa de disparos de armas de fuego convencionales; siendo necesario señalar que hubo además una cantidad importante de funcionarios de orden público (GNB y PNB), que también resultaron heridos por disparos de arma de fuego.

Sin embargo, no por ello este secuestro ciudadano masivo ordenado por Freddy Guevara, al señalar el día anterior desde su cuenta twitter: "… el paro de mañana implica que nadie salga de su casa, o que si alguien sale sea para trancar la calle" (1), podría ser balanceado como un triunfo político de la contrarrevolución, ya que semejante demostración de barbarie sirvió para enajenarle el apoyo de una porción significativa de la poca base social que aún conserva, tal como quedó demostrado por la escualidísima asistencia de adherentes al acto de juramentación de los 33 magistrados usurpadores del TSJ, celebrado el día de ayer en la Placita Alfredo Sadel de Las Mercedes (2), que hizo de la sesión extraordinaria que la asamblea nacional en desacato convocase para tal efecto, fuese un acto celebrado en familia, y más aún por la ausencia de manifestantes a la marcha convocada para hoy, con el propósito de apoyar a los pseudo magistrados, pretendiendo llegar hasta la sede del TSJ, ya totalmente extinta, en lo que se refiere a manifestantes pacíficos, al momento en que me dispongo a escribir estas líneas (3).

Es así que hubiésemos podido decir que la actividad inicial de la “hora 0” de la contra fue simplemente  más de lo mismo, de no ser por la circunstancia de haberse registrado a lo largo de su desarrollo dos eventos, si no inéditos, al menos muy poco usuales en estos 112 días: el primero de ellos fue protagonizado por un valiente grupo de trabajadores de Venezolana de Televisión (VTV), que salieron a repeler exitosamente la agresión de la que estaban siendo objeto las instalaciones del canal de todos los venezolanos; y el segundo, ocurrido durante esa misma acción, fue la presencia de un terrorista identificado a posteriori como Damien Bustillos (4), portando un fusil semiautomático AR-15, que es una versión para uso civil del fusil militar gringo M-16, de ingrata recordación para los vietnamitas, que es usualmente utilizado por los asesinos múltiples que con muchísima frecuencia sacuden la conciencia de los que aún la tienen en el frívolo y estúpido país del norte, y que puede adquirirse allá muy fácilmente en cualquier armería.

No se trata de que los terroristas de la contra no se hubiesen exhibido antes portando armas de fuego de alta potencia; para comprobar que ya lo han hecho y en demasía, bastaría con revisar el prolífico material gráfico con el que la agencia Reuters ha inundado a los medios de desinformación internacionales, en abierta y descarada promoción de estos asquerosos sujetos. Se trata sí de que esta exhibición de armas de fuego aunada al hecho de que durante el mismo día las acciones de la contra generaron no menos de 3 asesinatos causados por arma de fuego y una cantidad significativa de heridos de bala en el seno de las autoridades de orden público, parece evidenciar que la contra intenta desarrollar una nueva estrategia terrorista, más sangrienta aún que la desarrollada hasta ahora, pero con menos costos políticos internos, si es que esto es posible, para lo cual deberán incorporar nuevos actores que vendrían a sumarse a los mal llamados “guarimberos” que accionan demencialmente, taqueados de droga y alcohol hasta los tuétanos.

Estando obligada la contrarrevolución, como efectivamente lo está, a evitar a toda costa la celebración de las elecciones del 30 de julio y a proveer un “territorio liberado”  que pueda ser asiento del gobierno paralelo ficticio que están tratando de implantar para que solicite la intervención extranjera, así como a realizar esta nada fácil tarea de una forma que al menos no le genere un mayor repudio de sus bases, considero que van a intentar una estrategia que incluya elementos tales como: la ejecución de asesinatos selectivos de dirigentes chavistas, escogidos fundamentalmente entre los que se encuentran actualmente en campaña; la generación de falsos positivos que al ser replicados casi al infinito por sus medios de desinformación, nos lleven a cometer errores por acción u omisión que puedan resultar potencialmente fatales, y finalmente, por el aseguramiento bajo su control de una o varias zonas del país.

Considero que el desarrollo de esta nueva estrategia, que supongo que irán adelantando simultáneamente con sus ya habituales “trancazos”, para tratar de implantar un clima de zozobra generalizado, habría de descansar en elementos paramilitares extranjeros, principalmente colombianos, algunos de las cuales ya se encontrarían en el país, junto a los instructores árabes de los cuales han hablado algunos de los terroristas apresados (5), eventualmente combinados con fuerzas militares gringas, de esas especializadas en ejecutar acciones “quirúrgicas”, en determinados puntos y situaciones estratégicas.

Es indudable que el despliegue de los más de 230 mil efectivos militares de la FANB, adscritos a la Operación República 2017, habrá de constituirse en un disuasivo importante para la ejecución de los fulanos “trancazos”; a pesar de ello considero que las fuerzas del orden público designadas para neutralizarlos, no pueden seguir presentándose desarmadas sino que deben estar preparadas para hacer  uso cabal y extensivo de la violencia proporcionada que les permite la ley.

La neutralización de los paramilitares extranjeros debe estar a cargo de las fuerzas especiales, pero estimo que al menor signo de que pudiesen ser rebasadas, no hay que dudar en aplicar el Plan Zamora 200 en todo el territorio nacional. ¡Y es que Rondón no se puede entregar sin haber peleado!

¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o muerte!
¡Venceremos!





celippor@gmail.com

Caracas, julio 22 de 2017

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