lunes, 22 de mayo de 2017

NEUTRALIZANDO LA INVASIÓN IMPERIAL I: “parándole el trote al gobierno burgués colombiano”

Carlos E. Lippo



Al día de hoy es un hecho comprobado que el imperio intenta conducirnos de forma acelerada a un conflicto fratricida, cuyas nefastas consecuencias, sumadas a los estragos ya causados por la guerra de cuarta generación que nos han venido aplicando desde hace años, le permitiría justificar ante la opinión pública internacional una intervención militar en nuestro país con el apoyo de la canalla mediática nacional e internacional.
Está absolutamente claro que siendo tan cobarde y vergonzante como para asumir los costos sociales, militares, políticos y económicos de esta intervención, el imperio preferiría ejecutarla por medio de una fuerza multinacional latinoamericana organizada y coordinada en apariencia por la Organización de Estados Americanos (OEA). Esto es, que estarían intentando aplicarnos, ni más ni menos, que el mismo escenario ejecutado en su totalidad en contra de Libia, en el año 2011 con el apoyo de la OTAN, que además es similar al que han estado intentando materializar en Siria, desde el mes de julio de ese mismo año.
En apoyo a la veracidad del planteamiento anterior podemos señalar los reiterados intentos del secretario general de la OEA por aplicarnos todo tipo de sanciones, pasando incluso por encima de la propia legalidad de esa organización, así como la insistencia de Donald Trump, lindante ya con la obsesión, de tratar el “tema venezolano”, personal y/o telefónicamente con los presidentes de los países latinoamericanos que le son más afectos: Colombia, Perú, Méjico, Argentina, Chile y Brasil, solicitándoles su ayuda para “resolverlo”, naturalmente que a la manera gringa, esto es, a sangre y fuego.
En verdad nos cuesta creer que los gobiernos de Perú, Méjico, Argentina, Chile y Brasil, por más cipayos que estos sean, se atrevan a conformar una fuerza militar conjunta para invadirnos. No es que dejarían de hacerlo por respeto a sí mismos o por solidaridad con Venezuela; considero que se excusarían de participar en esta infamia por el inmenso temor que le tienen a una previsible reacción de sus oprimidos pueblos, cuyas vanguardias sociales y políticas han venido dando claras demostraciones de solidaridad con Venezuela y su revolución.
No es éste el caso del narcoparamilitar gobierno burgués colombiano, totalmente intervenido por el imperio desde que acosado por las fuerzas militares revolucionarias y con la excusa de combatir el narcotráfico que realmente promueve, suscribió los infamantes acuerdos de tutelaje militar conocidos con el nombre de “Plan Colombia”, con arreglo al cual ha entregado íntegramente la soberanía a cambio de miles de millones de dólares anuales en “ayuda militar”. Y es que para ese altamente impopular gobierno, el obedecer ciegamente al imperio es una verdadera cuestión de vida o muerte.
La participación del ejército regular colombiano en una aventura bélica en contra de Venezuela, satisfaciendo exigencias del imperio, es un hecho más que probable en momentos en los cuales los más de 20.000 hombres que conformaban las FARC-EP, quienes podrían accionar sobre su retaguardia en caso de un eventual conflicto, se encuentran en proceso de desmovilización con arreglo a los acuerdos de paz suscritos. Pero es que además esa malhadada aventura bélica ya se ha iniciado mediante las células paramilitares que han venido participando en las jornadas terroristas de las fuerzas de la contra, fundamentalmente en los estados fronterizos.
A quienes tengan alguna duda sobre lo escrito anteriormente habría que preguntarles cómo es que  interpretan las coincidencias del presidente Santos con Donald Trump, en relación al diagnóstico sobre el  “problema venezolano” y su oferta de ayuda para “resolverlo”, durante el desarrollo de la misma rueda de prensa en la que el máximo jerarca formal del imperio señaló petulantemente que haría "lo que sea necesario para arreglar eso", en referencia a la situación venezolana.
Compartimos íntegramente la caracterización del gobierno colombiano hecha por nuestro gobierno en el reciente comunicado de rechazo a las acciones injerencistas de Santos y Trump en ocasión de la rueda de prensa antes mencionada, en la que se señala textualmente que: “Resulta sorprendente que el presidente Trump se dice preocupado por Venezuela al lado del presidente del país que es el principal productor de drogas del mundo, que ostenta las mayores fosas comunes del continente, que cuenta con nueve mil quinientos presos políticos y sesenta mil seiscientas treinta personas desparecidas en los últimos 45 años; donde según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), uno de cada tres niños vive en condiciones de pobreza multidimensional, donde el 80% de los niños no tienen acceso a la educación inicial, donde la mitad de los trabajadores están en el sector informal, donde el 42% de hogares rurales vive en condiciones de inseguridad alimentaria, donde los paramilitares y el narcotráfico controlan la vida política, económica y social del país, y donde además, Estados Unidos tiene siete bases militares que amenazan la paz regional”.
Interpretando este planteamiento como una señal inequívoca de que el gobierno revolucionario se propone pararle el trote al gobierno burgués colombiano, nos permitimos sugerir a la Secretaría General del Consejo de Defensa de la Nación, la consideración de las siguientes medidas, encaminadas a dar la más oportuna respuesta a la problemática existente:
  1. Decretar la ruptura de relaciones comerciales con Colombia: ni un litro de gasolina más para el ingrato país que amenaza con invadirnos.
  2. Decretar el cierre total e indefinido de la frontera terrestre con Colombia, como una medida efectiva para neutralizar el accionar bélico colombiano en lo referente a los ataques continuados en materia de guerra económica y monetaria vía contrabando de extracción de bienes y papel moneda, así como también para evitar el paso los elementos paramilitares frecuentemente contratados por la contrarrevolución.
  3. Diseñar e implantar, con la urgencia del caso, un agresivo plan de reclutamiento y formación que nos conduzca a disponer de un cuerpo de milicias de no menos de un millón de efectivos, al más breve plazo posible.
  4. Continuar desarrollando y profundizando, la segunda fase del Plan Zamora 200, recientemente activada con el envío de efectivos de la GNB y tropas de acciones especiales al estado Táchira.
  5. Iniciar las acciones requeridas para activar los mecanismos contemplados en todas las alianzas estratégicas de carácter militar acordadas por el país.
¡No podemos permitir que nuestro país sea obligado a seguir el mismo camino seguido por Siria!
¡Prohibido fallarle a la Patria, prohibido fallarle a la Revolución… prohibido fallarle a Chávez, carajo!
¡El presente es de lucha, el futuro nos pertenece!
¡Venceremos!
celippor@gmail.com
Caracas, mayo 21 de 2017

No hay comentarios:

Publicar un comentario