Ganamos una
importante batalla, pero la guerra continúa
Carlos E.
Lippo
No
tengo la menor duda en relación a que la jornada desarrollada por la
contrarrevolución el pasado 1ro. de septiembre, la misma a la que poco faltó
para que sus promotores, parafraseando a Sadam Hussein durante la primera
guerra del golfo llamasen “la madre de
todas las tomas de Caracas”, terminó en el más absoluto fracaso.
Si
alguien me interrogase sobre la justificación de una afirmación tan tajante me
bastaría con invitarle a observar la fotografía que ilustra estas notas, tomada
en la tarima de la concentración opositora de la avenida Francisco de Miranda,
en momentos en los que los principales promotores se disponían a cerrar la jornada con muchísima más pena que gloria.
No
haré mención de la no tan sorda disputa que debió llevar a que un sudoroso (a)
El Chúo tuviese que ser quien leyera de un arrugado papelito cuáles eran las
futuras acciones. Me limitaré a destacar el lenguaje corporal de los dos
precandidatos presidenciales presentes: Capriles R., en primer plano, tratando
de robar cámara y Ramos Allup, encaramado en no sé qué trasto, para con el
apoyo de Simón Calzadilla tratar de destacar por encima de ambos; y a reseñar
la ausencia de los otros dos: María Machado, que al parecer no fue invitada
pero que en todo caso no se mezcla con la chusma más de lo necesario y Leopoldo
López, bien preso en Ramo Verde. Más atrás quedaría el muchacho encargado de
llevarle el maletín de armas a López, quien siendo el que más amenazó a Maduro
con defenestrarlo, a esas horas ya había recibido un impresionante regaño de
algunos de sus más frustrados adherentes (1). ¡Qué
clase de joyas son los “máximos líderes” de la contrarrevolución!
Para
quien así lo quiera ver, del lado de la contra, quedará el registro de una masa
sustancialmente mayor de la que había venido asistiendo a sus convocatorias de
los últimos años, aunque no menos de cuarenta veces menor de lo que sus voceros
dijeron al día siguiente, paseando en variopinta romería por algunas avenidas
de la ciudad rumbo a lo que ellos llaman su gueto del municipio Chacao, para
concentrarse en un tramo de la avenida Miranda, por una parte, y el grupito de
activistas tarifados que, en medio de la frustración de no haber podido
defenestrar a Maduro, sin ni siquiera haberlo intentado, para no perder la
costumbre quemaron un vehículo del estado, esta vez de la alcaldía de Baruta y
lesionaron levemente a cinco funcionarios policiales.
Del
lado nuestro habría que balancear un llenazo de la avenida Bolívar y sus amplias
caminerías laterales, con desborde hacia las calles laterales y de la paralela
avenida Méjico-Universidad, así como un contingente de cerca de 10.000 trabajadores
motorizados (mototaxistas, mensajeros, obreros, etc.), encabezados por Ricardo
Molina, ministro de transporte, que para llegar a la avenida Bolívar
atravesaron tres de los municipios del este (Sucre, Baruta y Chacao), a través
de la autopista francisco Fajardo, haciendo caso omiso de la hostilidad
manifiesta de los activistas opositores (2).
Como
dijimos al comienzo de estas líneas, a juicio nuestro la jornada opositora del
1ro. de septiembre fue un total fracaso en todos sus aspectos: organizativo, mediático,
político y conspirativo, y ello se debió no sólo a su acostumbrado proceder
errático, sino a los innegables aciertos del gobierno y el pueblo
revolucionario en respuesta a su convocatoria. Ante la importancia que tiene para
el diseño de las próximas acciones destinadas a repeler esta ofensiva de la
contra, que por supuesto aún no ha terminado, intentaremos analizar cada uno de
estos aspectos a continuación:
Aspecto
organizativo
A
pesar de haber sido un evento anunciado con más de cuatro semanas de antelación
y que fue publicitado ampliamente durante ese período a través de todos sus
medios impresos y radioeléctricos, así como por las redes sociales, no lograron
acercarse ni remotamente a la cantidad de personas que han logrado mover para
los eventos de cierre de todas sus campañas presidenciales y mucho menos se
acercaron a aquel torrente de gente que movieron para el 11 de abril y las
sucesivas convocatorias de diciembre de 2002 y enero de 2003. ¡Si
esto no es un fracaso organizativo, se le parece bastante!
En
esta baja respuesta tiene mucho que ver el desencanto experimentado por las
bases opositoras, a las que en los días posteriores al 06 de diciembre se les
hizo creer que el gobierno estaba caído
o en vías aceleradas de caer. Tiene mucho que ver también ese tratamiento de
imbéciles que les dan sus principales voceros, como muestra del cual el
inefable Capriles R., afirmó al término de la misma que “la
Toma de Caracas es la movilización más
grande de la historia de Venezuela” (3) y
el no menos inefable (a) Chúo señaló al día siguiente, al calificarla de
exitosa, que “… la Gran Toma de Caracas
contabilizó un millón cien mil personas” (4).
Mientras
tanto el pueblo revolucionario que acusando el impacto del látigo de la
contrarrevolución no ha dejado la calle desde el 06 de diciembre y había venido
realizado impresionantes manifestaciones en Caracas y numerosas ciudades del
interior realizó tal movilización en Caracas y en otras capitales que dicha
actuación da pie para pensar en una avanzada recomposición de las fuerzas
chavistas.
Aspecto
Mediático
La
actividad fue concebida con un elevadísimo componente mediático tanto en el ámbito
nacional como en el terreno internacional y prueba de ello es que desde semanas
antes la canalla mediática internacional se refería a ella a diario como la
puntilla que daría al traste con esa “feroz
dictadura” que nos agobia, con mucho mayor espacio que el concedido a sus
propios problemas nacionales como en el caso de la España, carente de gobierno
legítimo desde finales del pasado año.
Según
la agenda golpista, la portada que todos buscaban para el día 02 debía mostrar
una descomunal protesta de la contra infructuosamente reprimida por las fuerzas
del régimen o unos heroicos opositores firmemente asentados en una porción de
territorio venezolano liberado; los más amantes de la necrofilia aspiraban
también a mostrar una carnicería humana producida por las fuerzas militares de
la “dictadura”. Si los hechos no
ocurrían como ellos querían, allí estaban los cineastas expertos en guerra
sucia capaces de hacer el mejor de los montajes. ¡Nada de esto ocurrió ni pudo ser
simulado!
La
morbosísima canalla mediática tuvo que conformarse con una foto maquillada de
la “toma de la avenida Francisco de
Miranda”, en lugar de la “toma de
Caracas” y con unas tediosísimas fotos de los pupilos de Freddy Guevara
quemando una grúa de la alcaldía de Baruta y tirándole piedras a las
autoridades.
Nacionalmente,
el fracaso mediático fue tan grande que hasta las muy alebrestadas TELEVEN y
Globovisión terminaron pidiendo prestada la señal de VTV para transmitir nuestra
gran marcha de la Avenida Bolívar. Es más, sólo la segunda de ellas transmitió
en vivo la “alocución” de (a) Chúo y después de ello tuvo que pedirle al
renegado Vladimir a la 1 Villegas, que se exprimiese el coco para que tratase
de remendarles el capote.
Aspecto
político
El desarrollo
de la jornada es en sí mismo el más categórico desmentido de que el gobierno
revolucionario es una feroz dictadura carente de todo apoyo popular. En efecto,
marcharon en cambote por calles y avenidas de este de Caracas sin ser
reprimidos de manera alguna por los funcionarios de orden público; hicieron su
concentración ocupando dos cuadras de la Francisco de Miranda, finalmente jodieron
un rato, los violentos encapuchados de siempre y se les dejó hacer su catarsis
hasta cuando la situación amenazaba con salirse de control, siendo entonces
reprimidos dentro del marco de la ley, hasta por las policías del opositor
estado Miranda. Nada o muy poco de esto trascenderá puesto que la canalla mediática
nacional e internacional se encargará de ocultarlo.
Para
el anecdotario de la revolución podría quedar el comentario que me hizo una
vecina, furibunda opositora por cierto, en relación al comportamiento de una
curiosa dictadura que permite la publicación del artículo de un opositor preso, refiriéndose
al artículo de Leopoldo López llamando a la toma de Caracas, publicado en el “Nuevo País” el 31 de agosto pasado (5). De más
estaría decirles que mi vecina se abstuvo de marchar ese día.
Aspecto
conspirativo
Aunque
jamás habrán de reconocerlo, la actividad estaba inscrita dentro de una gran
conspiración, apoyada en forma directa por el gobierno norteamericano, con la
activa colaboración de los gobiernos cipayos del continente y no pocos gobiernos
lacayos de la OTAN. Ello ha quedado demostrado por la férrea defensa que de los
principales agentes del terror apresados en los días previos (Ceballos,
Goicoechea, Melo, entre otros) y por los que estaban siendo solicitados (Guarate,
Toledo, etc.), hizo el secretario Almagro en un comunicado publicado el día 31,
en el cual además en supremo acto injerencista y con obvios fines intimidatorios
dijo de manera textual: “La Secretaría
General de la OEA hace responsable al Gobierno de Venezuela de asegurar al
pueblo su derecho a manifestarse pacíficamente, su derecho de asociación y su
derecho de libre expresión sin sufrir ningún tipo de violencia e intimidación; será completamente inaceptable para la
Secretaría General cualquier abuso de autoridad. La Secretaría General hace
responsable al Gobierno de toda víctima, que espera no tener que lamentar”
(6).
Si
alguien tuviese alguna duda sobre la existencia y alcance de la conspiración
subyacente en la “pacífica toma” le
invito a leer las declaraciones del ministro Reverol y a observar las
fotografías contenidas en una nota de prensa de este mismo portal titulada ¡DE ESTA FORMA SE LOGRÓ ABORTAR LA AGENDA DE
TERROR DE LA CONTRA! (7).
En
esta oportunidad terminó por imponerse el ala menos terrorista de la contra que
obviamente no lo hizo actuando por convicción, sino presionada por los logros
alcanzados por los organismos de inteligencia y los cuerpos de seguridad del
estado en los días previos y no sin antes comprobar que con el escuálido contingente
que lograron convocar no podían tomar ni el minúsculo municipio Chacao y no
tenían posibilidad de activar nuevos grupos paramilitares en sustitución de los
apresados y dados de baja recientemente.
Las
acciones anunciadas por la MUD para los próximos días: marchas hacia todos las
sedes nacionales del CNE, para el 07 de septiembre en flagrante desacato al TSJ;
toma de todas las capitales de estado para el día 14 y tomas de las calles del
país por períodos de 6 horas, 12 horas, etc., anunciada por un vocero cuyo
nombre no recuerdo en este momento, revelan bien a las claras que planean
persistir en la línea insurreccional, tal como se los tiene que estar exigiendo
el imperio, que para eso los ha provisto de ingentes recursos financieros en
divisas.
Por
parte nuestra sólo queda el seguir profundizando en el combate a la guerra
económica pues sólo venciendo en esta área podremos iniciar una verdadera
ofensiva revolucionaria que nos permita alcanzar posiciones de avanzada de
mayor estabilidad y al propio tiempo estar prestos como hasta ahora lo hemos
estado para neutralizar cualquier intentona. Esto que se dice fácil habrá de
entrañar sacrificios y esfuerzos importantes pues nuestro verdadero adversario
es el gobierno actual del imperio, cada vez más desesperado pues sabe que se le
está acabando el tiempo y no ha logrado doblegarnos.
Es
un hecho innegable que la próxima asunción por parte de Venezuela de la
Presidencia del Movimiento de Países No Alineados (Mnoal), en la XVII cumbre de
esa organización a celebrarse en Margarita, del 13 al 18 del mes en curso,
habrá de proveernos de un eficaz medio de defensa contra los embates
guerreristas del imperio y sus aliados. ¿Será por eso que el gobierno del imperio se
muestra tan agresivo y desesperado?
¡De pie o muertos, nunca de rodillas!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(3) http://www.el-nacional.com/politica/Capriles-Toma-Caracas-movilizacion-venezolana_0_913708725.html
Caracas,
septiembre 04 de 2016
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