domingo, 4 de septiembre de 2016



Ganamos una importante batalla, pero la guerra continúa
Carlos E. Lippo







No tengo la menor duda en relación a que la jornada desarrollada por la contrarrevolución el pasado 1ro. de septiembre, la misma a la que poco faltó para que sus promotores, parafraseando a Sadam Hussein durante la primera guerra del golfo llamasen “la madre de todas las tomas de Caracas”, terminó en el más absoluto fracaso.


Si alguien me interrogase sobre la justificación de una afirmación tan tajante me bastaría con invitarle a observar la fotografía que ilustra estas notas, tomada en la tarima de la concentración opositora de la avenida Francisco de Miranda, en momentos en los que los principales promotores se disponían a cerrar  la jornada con muchísima más pena que gloria.


No haré mención de la no tan sorda disputa que debió llevar a que un sudoroso (a) El Chúo tuviese que ser quien leyera de un arrugado papelito cuáles eran las futuras acciones. Me limitaré a destacar el lenguaje corporal de los dos precandidatos presidenciales presentes: Capriles R., en primer plano, tratando de robar cámara y Ramos Allup, encaramado en no sé qué trasto, para con el apoyo de Simón Calzadilla tratar de destacar por encima de ambos; y a reseñar la ausencia de los otros dos: María Machado, que al parecer no fue invitada pero que en todo caso no se mezcla con la chusma más de lo necesario y Leopoldo López, bien preso en Ramo Verde. Más atrás quedaría el muchacho encargado de llevarle el maletín de armas a López, quien siendo el que más amenazó a Maduro con defenestrarlo, a esas horas ya había recibido un impresionante regaño de algunos de sus más frustrados adherentes (1). ¡Qué clase de joyas son los “máximos líderes” de la contrarrevolución!


Para quien así lo quiera ver, del lado de la contra, quedará el registro de una masa sustancialmente mayor de la que había venido asistiendo a sus convocatorias de los últimos años, aunque no menos de cuarenta veces menor de lo que sus voceros dijeron al día siguiente, paseando en variopinta romería por algunas avenidas de la ciudad rumbo a lo que ellos llaman su gueto del municipio Chacao, para concentrarse en un tramo de la avenida Miranda, por una parte, y el grupito de activistas tarifados que, en medio de la frustración de no haber podido defenestrar a Maduro, sin ni siquiera haberlo intentado, para no perder la costumbre quemaron un vehículo del estado, esta vez de la alcaldía de Baruta y lesionaron levemente a cinco funcionarios policiales.


Del lado nuestro habría que balancear un llenazo de la avenida Bolívar y sus amplias caminerías laterales, con desborde hacia las calles laterales y de la paralela avenida Méjico-Universidad, así como un contingente de cerca de 10.000 trabajadores motorizados (mototaxistas, mensajeros, obreros, etc.), encabezados por Ricardo Molina, ministro de transporte, que para llegar a la avenida Bolívar atravesaron tres de los municipios del este (Sucre, Baruta y Chacao), a través de la autopista francisco Fajardo, haciendo caso omiso de la hostilidad manifiesta de los activistas opositores (2).        


Como dijimos al comienzo de estas líneas, a juicio nuestro la jornada opositora del 1ro. de septiembre fue un total fracaso en todos sus aspectos: organizativo, mediático, político y conspirativo, y ello se debió no sólo a su acostumbrado proceder errático, sino a los innegables aciertos del gobierno y el pueblo revolucionario en respuesta a su convocatoria. Ante la importancia que tiene para el diseño de las próximas acciones destinadas a repeler esta ofensiva de la contra, que por supuesto aún no ha terminado, intentaremos analizar cada uno de estos aspectos a continuación:


Aspecto organizativo
A pesar de haber sido un evento anunciado con más de cuatro semanas de antelación y que fue publicitado ampliamente durante ese período a través de todos sus medios impresos y radioeléctricos, así como por las redes sociales, no lograron acercarse ni remotamente a la cantidad de personas que han logrado mover para los eventos de cierre de todas sus campañas presidenciales y mucho menos se acercaron a aquel torrente de gente que movieron para el 11 de abril y las sucesivas convocatorias de diciembre de 2002 y enero de 2003. ¡Si esto no es un fracaso organizativo, se le parece bastante!
En esta baja respuesta tiene mucho que ver el desencanto experimentado por las bases opositoras, a las que en los días posteriores al 06 de diciembre se les hizo  creer que el gobierno estaba caído o en vías aceleradas de caer. Tiene mucho que ver también ese tratamiento de imbéciles que les dan sus principales voceros, como muestra del cual el inefable Capriles R., afirmó al término de la misma que “la
Toma de Caracas es la movilización más grande de la historia de Venezuela” (3) y el no menos inefable (a) Chúo señaló al día siguiente, al calificarla de exitosa, que “… la Gran Toma de Caracas contabilizó un millón cien mil personas” (4).
Mientras tanto el pueblo revolucionario que acusando el impacto del látigo de la contrarrevolución no ha dejado la calle desde el 06 de diciembre y había venido realizado impresionantes manifestaciones en Caracas y numerosas ciudades del interior realizó tal movilización en Caracas y en otras capitales que dicha actuación da pie para pensar en una avanzada recomposición de las fuerzas chavistas.


Aspecto Mediático
La actividad fue concebida con un elevadísimo componente mediático tanto en el ámbito nacional como en el terreno internacional y prueba de ello es que desde semanas antes la canalla mediática internacional se refería a ella a diario como la puntilla que daría al traste con esa “feroz dictadura” que nos agobia, con mucho mayor espacio que el concedido a sus propios problemas nacionales como en el caso de la España, carente de gobierno legítimo desde finales del pasado año.
Según la agenda golpista, la portada que todos buscaban para el día 02 debía mostrar una descomunal protesta de la contra infructuosamente reprimida por las fuerzas del régimen o unos heroicos opositores firmemente asentados en una porción de territorio venezolano liberado; los más amantes de la necrofilia aspiraban también a mostrar una carnicería humana producida por las fuerzas militares de la “dictadura”. Si los hechos no ocurrían como ellos querían, allí estaban los cineastas expertos en guerra sucia capaces de hacer el mejor de los montajes. ¡Nada de esto ocurrió ni pudo ser simulado!
La morbosísima canalla mediática tuvo que conformarse con una foto maquillada de la “toma de la avenida Francisco de Miranda”, en lugar de la “toma de Caracas” y con unas tediosísimas fotos de los pupilos de Freddy Guevara quemando una grúa de la alcaldía de Baruta y tirándole piedras a las autoridades.
Nacionalmente, el fracaso mediático fue tan grande que hasta las muy alebrestadas TELEVEN y Globovisión terminaron pidiendo prestada la señal de VTV para transmitir nuestra gran marcha de la Avenida Bolívar. Es más, sólo la segunda de ellas transmitió en vivo la “alocución” de (a) Chúo y después de ello tuvo que pedirle al renegado Vladimir a la 1 Villegas, que se exprimiese el coco para que tratase de remendarles el capote.


Aspecto político
El desarrollo de la jornada es en sí mismo el más categórico desmentido de que el gobierno revolucionario es una feroz dictadura carente de todo apoyo popular. En efecto, marcharon en cambote por calles y avenidas de este de Caracas sin ser reprimidos de manera alguna por los funcionarios de orden público; hicieron su concentración ocupando dos cuadras de la Francisco de Miranda, finalmente jodieron un rato, los violentos encapuchados de siempre y se les dejó hacer su catarsis hasta cuando la situación amenazaba con salirse de control, siendo entonces reprimidos dentro del marco de la ley, hasta por las policías del opositor estado Miranda. Nada o muy poco de esto trascenderá puesto que la canalla mediática nacional e internacional se encargará de ocultarlo.
Para el anecdotario de la revolución podría quedar el comentario que me hizo una vecina, furibunda opositora por cierto, en relación al comportamiento de una curiosa dictadura que permite la publicación  del artículo de un opositor preso, refiriéndose al artículo de Leopoldo López llamando a la toma de Caracas, publicado en el “Nuevo País” el 31 de agosto pasado (5). De más estaría decirles que mi vecina se abstuvo de marchar ese día.


Aspecto conspirativo
Aunque jamás habrán de reconocerlo, la actividad estaba inscrita dentro de una gran conspiración, apoyada en forma directa por el gobierno norteamericano, con la activa colaboración de los gobiernos cipayos del continente y no pocos gobiernos lacayos de la OTAN. Ello ha quedado demostrado por la férrea defensa que de los principales agentes del terror apresados en los días previos (Ceballos, Goicoechea, Melo, entre otros) y por los que estaban siendo solicitados (Guarate, Toledo, etc.), hizo el secretario Almagro en un comunicado publicado el día 31, en el cual además en supremo acto injerencista y con obvios fines intimidatorios dijo de manera textual: “La Secretaría General de la OEA hace responsable al Gobierno de Venezuela de asegurar al pueblo su derecho a manifestarse pacíficamente, su derecho de asociación y su derecho de libre expresión sin sufrir ningún tipo de violencia e intimidación; será completamente inaceptable para la Secretaría General cualquier abuso de autoridad. La Secretaría General hace responsable al Gobierno de toda víctima, que espera no tener que lamentar” (6).

Si alguien tuviese alguna duda sobre la existencia y alcance de la conspiración subyacente en la “pacífica toma” le invito a leer las declaraciones del ministro Reverol y a observar las fotografías contenidas en una nota de prensa de este mismo portal titulada ¡DE ESTA FORMA SE LOGRÓ ABORTAR LA AGENDA DE TERROR DE LA CONTRA! (7).


En esta oportunidad terminó por imponerse el ala menos terrorista de la contra que obviamente no lo hizo actuando por convicción, sino presionada por los logros alcanzados por los organismos de inteligencia y los cuerpos de seguridad del estado en los días previos y no sin antes comprobar que con el escuálido contingente que lograron convocar no podían tomar ni el minúsculo municipio Chacao y no tenían posibilidad de activar nuevos grupos paramilitares en sustitución de los apresados y dados de baja recientemente.

Las acciones anunciadas por la MUD para los próximos días: marchas hacia todos las sedes nacionales del CNE, para el 07 de septiembre en flagrante desacato al TSJ; toma de todas las capitales de estado para el día 14 y tomas de las calles del país por períodos de 6 horas, 12 horas, etc., anunciada por un vocero cuyo nombre no recuerdo en este momento, revelan bien a las claras que planean persistir en la línea insurreccional, tal como se los tiene que estar exigiendo el imperio, que para eso los ha provisto de ingentes recursos financieros en divisas.


Por parte nuestra sólo queda el seguir profundizando en el combate a la guerra económica pues sólo venciendo en esta área podremos iniciar una verdadera ofensiva revolucionaria que nos permita alcanzar posiciones de avanzada de mayor estabilidad y al propio tiempo estar prestos como hasta ahora lo hemos estado para neutralizar cualquier intentona. Esto que se dice fácil habrá de entrañar sacrificios y esfuerzos importantes pues nuestro verdadero adversario es el gobierno actual del imperio, cada vez más desesperado pues sabe que se le está acabando el tiempo y no ha logrado doblegarnos.


Es un hecho innegable que la próxima asunción por parte de Venezuela de la Presidencia del Movimiento de Países No Alineados (Mnoal), en la XVII cumbre de esa organización a celebrarse en Margarita, del 13 al 18 del mes en curso, habrá de proveernos de un eficaz medio de defensa contra los embates guerreristas del imperio y sus aliados. ¿Será por eso que el gobierno del imperio se muestra tan agresivo y desesperado?

¡De pie o muertos, nunca de rodillas!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!

Caracas, septiembre 04 de 2016

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