Con la presidencia de Trump, ¿no
estaremos saliendo de Guatemala para entrar en Guatepeor?
Carlos
E. Lippo
Unas
recientes declaraciones brutalmente injerencistas del nuevo secretario de
estado de los Estados Unidos, Rex Tillerson, ofrecidas en una entrevista
difundida por el medio Latin America Goes Global a finales de la pasada semana,
que a su vez son extremadamente coincidentes con lo respondido por él en el
cuestionario escrito presentado ante el senado norteamericano en la audiencia de
confirmación celebrada el pasado 11 de enero, cuando entonces era sólo un nominado
para el cargo por el presidente Trump, sirven para poner en evidencia que la
política del nuevo gobierno del imperio en relación a Venezuela será cuando
menos una continuación de la agresiva política adelantada por el trío
Obama-Clinton-Kerry en contra de la revolución bolivariana, entre los años 2008
y 2016.
Una
selección de los principales señalamientos hechos por el nuevo canciller del
imperio, según lo recogen sendos despachos de TeleSur (1) y
del Diario Las Américas, de Miami (2), citados
textualmente a continuación, habrán de ser más que suficientes para demostrar
el anterior planteamiento:
- “Creo que estamos totalmente de acuerdo en cuanto a la calamidad que ha sucedido en Venezuela, en gran medida debido a la incompetencia y la disfunción de su Gobierno, primero, con Hugo Chávez y ahora con su sucesor designado, Maduro. De ser confirmado, insto a una estrecha cooperación con nuestros amigos en el hemisferio, en particular con los países vecinos de Venezuela, Brasil y Colombia”.
- “…así como también cooperaremos con organismos multilaterales como la Organización de Estados Americanos (OEA), para buscar una transición negociada a la democracia en Venezuela”.
- “Debemos continuar denunciando las prácticas antidemocráticas de Maduro. Debemos pedir que se liberen los presos políticos (entiéndase políticos presos) por hechos de corrupción o por actos criminales y reforzar las sanciones a los violadores de derechos humanos en Venezuela y a los narcotraficantes”.
- “Al final, se reconstruirán las instituciones políticas, encabezadas por valientes defensores de la democracia y de los derechos humanos, que allanarán el camino para el tipo de reformas necesarias para poner a Venezuela en el camino de la recuperación económica”.
- “Se van a cumplir las sanciones impuestas por el Congreso (…) vamos a continuar apoyando los esfuerzos del secretario general de la OEA, Almagro, en la búsqueda de la invocación de la Carta Democrática Interamericana para promover la normalización de la situación en Venezuela y el restablecimiento de las situaciones democráticas”.
Es
indudable que comparado con este nuevo personaje, pendiente aún de ser
confirmado para el cargo por el senado norteamericano, el inefable John Kerry,
último canciller de Obama, luce como un émulo de San Francisco de Asís, el
santo aquel que no era capaz de matar ni siquiera a una serpiente venenosa.
Aunque
a la fecha de publicación de estas notas este aspirante a canciller aún no ha
sido confirmado oficialmente, su confirmación se da como un hecho debido a que dos influyentes senadores republicanos,
John McCain y Lindsey Graham, ambos redomados halcones, anunciaron el pasado domingo
que lo están respaldando.
Según
las informaciones recogidas esta audiencia de confirmación debió ser en algunos
pasajes un auténtico aquelarre en contra de Venezuela, promovido por el
aspirante a canciller, con el beneplácito de algunos legisladores tanto
republicanos como demócratas, conocidos enemigos de nuestra revolución, que se
pronunciaron a favor de sanciones a nuestro país por un supuesto tráfico de
alimentos, liderado a juicio de ellos por el ejército venezolano. Muestras de lo
anterior son este terrible e infundado señalamiento del senador demócrata Ben
Cardin, miembro de alto rango de la comisión de relaciones exteriores: “Cuando el Ejército lucra con la
distribución de comida mientras el pueblo venezolano sufre cada vez más hambre,
la corrupción ha alcanzado nuevos niveles de perversión que no pueden quedar inadvertidos”;
así como otro no menos terrible del republicano Marco Rubio, presidente del
subcomité de relaciones exteriores para la América Latina, quien dijo muy tranquilamente,
como quien se come un pasapalo: “Esta (la
aplicación de sanciones) debería ser una de las primeras acciones del
presidente Trump (3).
La
hermana república de Cuba y su gloriosa revolución tampoco salieron ilesos del mencionado
aquelarre fascista, habiendo sido objeto de duros ataques durante esta
maratónica audiencia de confirmación de más de 9 horas; tan es así, que ante
los tendenciosos comentarios y las incisivas preguntas vinculadas a sus
posiciones acerca del futuro de las relaciones oficiales con Cuba que le
formulasen el senador demócrata Bob Menéndez y el senador republicano Marcos
Rubio (ambos radicalmente opuestos a las políticas hacia ese país desarrolladas
por el ahora ex presidente Barack Obama), Tillerson se apresuró a afirmar,
entre otras cosas que, en caso de ser aprobado como secretario de estado él “le recomendaría” al presidente Trump que
vetara cualquier decisión del Congreso estadounidense orientada a eliminar el
embargo contra Cuba”.
De
esta primera aproximación al conocimiento de la política exterior del nuevo
gobierno del imperio en relación a Venezuela, es posible inferir que al menos por
ahora se habrá de seguir desarrollando la agenda del Comando Sur contenida en
el plan estratégico denominado “Operación
Libertad Venezuela 2” (4),
al cual nos hemos referido tantas veces en artículos anteriores, así como última
fase del “Plan Rock An Roll” (5),
que habiendo sido diseñada por los laboratorios de guerra no convencional del
imperio para ser desarrollada por las huestes terroristas de la
contrarrevolución, fue iniciada el pasado 10 de noviembre con fecha de terminación
indefinida, asociada a la supuesta negada defenestración del Presidente Maduro.
Y
es que no podría ser de otra manera, ya que la guerra a muerte contra la
revolución bolivariana es un evidente tema de estado, sobre el cual están
totalmente de acuerdo los dos grandes partidos del imperio, como lo evidencia
el hecho de que Obama, quizás tratando de congraciarse con el nuevo inquilino
de la Casa Blanca, decidiese desbrozarle parte del camino, renovando por un año
más la vigencia de la infamante Orden Ejecutiva que nos declara una amenaza
para la seguridad interior de los estados Unidos, cuando aún le quedaba casi
dos meses de vigencia. Afortunadamente al oportuno rechazo de
nuestro gobierno a este malhadado acto del “premio nobel de la guerra
norteamericano”, se ha unido el de instancias tan reconocidas e influyentes a
nivel planetario como el MNOAL y el G77+China, así como el de la V Cumbre de la
CELAC que actualmente se está celebrando en la República Dominicana (6).
A
cuatro días de la toma de posesión de Trump, ese excelente diplomático en el
que se ha convertido nuestro Presidente señalaba que había que esperar a ver
como habrá de desenvolverse este fuertemente criticado personaje como
gobernante de los Estados Unidos, señalando además que “Trump no puede ser peor que Obama” (7).
En esa misma oportunidad el Presidente terminó diciendo: "Esperemos, vienen grandes cambios en la política mundial, uno de
los cambios seguramente que será muy importante será lo que llaman 'la era
Trump'… yo creo que los cambios de la geopolítica mundial van a estar marcados
por la pluripolaridad y el multicentrismo, la época del mundo unipolar se acabó
y Venezuela está en la ola de esos cambios".
Sin
embargo, como yo no soy diplomático ni estoy obligado a observar la necesaria y
encomiable prudencia de nuestro Presidente, me siento obligado a decir que
aunque resulte difícil imaginarse que algún presidente del imperio pueda ser
peor que aquel que en tan sólo 8 años promovió tres golpes de estado en nuestra
región: Honduras (Zelaya, 2009), Paraguay (Lugo, 2012) y Brasil (Dilma, 2016);
que intentó defenestrar a Correa y a Evo; que lo ha intentado todo menos la
intervención armada en contra nuestra; que ha intentado no recuerdo cuántas “revoluciones de colores”, tanto en
países de credo fundamentalmente musulmán como en países laicos, la mayoría de
ellas cruentas y no tan “coloreadas”;
que ha perpetrado dos grandes y cruentas invasiones, prolongando más de lo
necesario otras dos y que finalmente, ha confesado sin rubor el haber ordenado
miles de ejecuciones a distancia, sin términos de juicio, todo apunta a que en
el estado actual de deterioro del imperio, que yo no dudo en calificar de pre
implosionario, es altamente probable que los poderes reales del imperio (el
“estado profundo” al que se refiere Atilio Borón en su más reciente artículo (8)),
sean capaces de engendrar un nuevo y más letal “premio nobel de la guerra”. De esta
apreciación deriva el que haya decidido titular estas notas a partir un antiguo juego de palabras, debiendo hacer
énfasis en recalcar que lo único que hemos hecho nosotros para cambiar nuestra situación
es el insistir en querer seguir viviendo en una patria justa, igualitaria, libre
y soberana.
Dos
hechos objetivos de muy distinta naturaleza refuerzan la consideración
anterior, tales son:
- El hecho de que el “estado profundo” parece estar muy activo desde ya, evidenciado por los más que cuestionables antecedentes éticos y políticos de la inmensa mayoría de los propuestos para ocupar altos cargos, empezando por el ya mencionado Rex Tillerson que viene de ser gerente general de la Exxon Mobil, la corporación petrolera privada más grande del mundo, lo que forzosamente tiene que comportar un importante conflicto de intereses y añade una preocupación adicional para nosotros por su conocida animadversión en contra del chavismo; siguiendo con un auténtico sociópata, el general James Mattis, de muy ingrata recordación para millones de iraquíes y afganos, cuyo expresivo sobrenombre (“Perro Rabioso Mattis”) del cual parece estar muy orgulloso, lo dice todo, para la secretaría de defensa, y terminando por ahora con John Kelly, anterior capataz de la cárcel de Guantánamo y jefe de del Comando Sur, aquel imbécil que decía recordarnos todos los días en sus oraciones al mismo tiempo que amenazaba con invadirnos por razones humanitarias, nada menos que como secretario de seguridad nacional.
- El llamado de alerta que tiene que representar para nosotros el contenido de un muy reciente comunicado de la cancillería de la Federación de Rusia (9), mundialmente reconocida por su prudencia y buen tino, en el cual se califica el escenario actual del país como un “escenario colorido que por desgracia no es nuevo”, en clara alusión a las cruentas “revoluciones de colores” que tanto promoviese en el pasado reciente el trío Obama-Clinton-Kerry (9).
Para
finalizar debo decir que me inspira gran confianza y serenidad, en primer
lugar, el saber que contamos con una Fuerza Armada en la cumbre de su apresto
operacional, estrechamente hermanada a un poderoso movimiento popular
organizado, como quedó evidenciado por el clamoroso éxito alcanzado en el
reciente ejercicio cívico militar “Zamora
200”, culminado el pasado sábado 14 y en segundo término el hecho confirmado
de que contaremos con el apoyo de las potencias militares amigas, en el caso
que ello sea necesario.
Sin
embargo, no debe tranquilizarnos para nada, al punto de hacernos bajar la
guardia, el hecho cierto de que la contrarrevolución se encuentre en uno de los
peores momentos de su historia, pues la desesperación es muy mala consejera y
nuestro triunfo sobre ella debe ser lo menos cruento posible; mucho menos debe
hacernos bajar la guardia el avanzado estado de deterioro del imperio.
Recordemos que el imperio romano tardó varios siglos en desmoronarse desde que
se iniciaron los signos visibles de su decadencia.
¡Prohibido fallarle a la Patria,
prohibido fallarle a la Revolución… prohibido fallarle a Chávez, carajo!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(7)
http://eltiempo.com.ve/venezuela/politica/maduro-dice-que-trump-no-puede-ser-peor-que-obama/234936
(8)
http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/01/20/trump-presidente-las-palabras-y-los-hechos/#.WIdPlFzpXZI
(9)
https://www.ensartaos.com.ve/es/2017/01/22/rusia-advierte-de-una-escalada-de-violencia-en-venezuela
celippor@gmail.com
Caracas,
enero 25 de 2017