domingo, 27 de mayo de 2018


A una semana de las elecciones del 20 de mayo
Carlos E. Lippo

"El pueblo le ha ganado una vez más la partida a la CIA, que trabaja en Venezuela. Los venezolanos apoyan el camino iniciado por Hugo Chávez, a pesar del hecho de que los llamados 'expertos' estadounidenses en el 'cambio de régimen' han venido llevando a cabo su propaganda allí"
 Alexandr Yúschenko, vicepresidente de la Comisión de Política de Información de la Duma estatal rusa



1.     
Para el extremo beneplácito de los gobiernos y los pueblos de los países amigos de Venezuela, que no son pocos, así como de nuestros pueblos amigos en todos los rincones del planeta; pero al mismo tiempo para la mayor desesperación del gobierno del imperio y de los gobiernos de sus países cipayos, las elecciones presidenciales del pasado domingo 20 fueron celebradas en la más absoluta paz. Sin embargo, se ha podido saber a lo largo de esta semana que para que ello fuese posible fue necesario que los organismos de seguridad e inteligencia del estado venezolano, actuasen eficazmente para neutralizar dos operaciones terroristas planificadas por el imperio para ser ejecutadas con el financiamiento y bajo la coordinación del paramilitarismo colombiano, con la obvia complicidad del gobierno de ese país. En primera instancia se trataba de la llamada “Operación Cisne Negro” (1), prevista para ser desarrollada el día 16, mediante la cual se pretendía liberar a cuatro de los más connotados terroristas de la contra, escudándose para ello en un agente de la CIA de nacionalidad estadounidense detenido en el mismo penal, para tratar de iniciar con ello una nueva serie de acciones terroristas. El segundo de los casos consistía en perpetrar un ataque aéreo sobre el palacio de Miraflores o algún sitio donde se estuviese desarrollando una actividad pública del candidato Maduro en los días finales de la campaña (2). Siendo necesario y oportuno reconocer que ambas acciones, sobre todo la segunda, tenían suficiente potencial para provocar un aplazamiento de los comicios.
2.
Como es conocido por todos, aun en medio de la brutal guerra económica a la que nos tiene sometido el imperio, aquella que como he dicho en anteriores oportunidades convierte en heroica la realización de las más elementales actividades del día a día y amenaza con retrotraernos a la Edad de Piedra, el presidente Maduro obtuvo un clamoroso triunfo, alcanzando el 67,8 % de los votos válidos de una elección que contó con una participación cercana al 48 %, lo que representó una diferencia de 46,8 puntos porcentuales de ventaja sobre su más cercano seguidor, Henry Falcón, que obtuvo sólo el 21 % de los sufragios válidos. Si para que estos comicios tan asediados y vilipendiados pasasen a la historia electoral venezolana no fuese suficiente tamaña diferencia, tan sólo superada por la de 52,04 puntos porcentuales obtenida por el novelista Rómulo Gallegos sobre el socialcristiano Rafael Caldera en 1947, en el marco de las primeras elecciones universales, directas y secretas de nuestra historia, bastaría con agregarle un hecho inédito en la historia electoral universal como lo es que antes de que se diesen a conocer los resultados oficiales el candidato Falcón declarase que no los aceptaría, al mismo tiempo que solicitase la celebración de unas nuevas elecciones para el mes de octubre del presente año (3). No estando de más hacer notar que tan absurdo planteamiento, violatorio además del acuerdo suscrito con el gobierno y los demás candidatos opositores al inicio de la campaña, no sólo que no fue secundado sino que fue públicamente cuestionado por su asesor económico, Francisco Rodríguez (4) y por uno de los más conspicuos asesores políticos de la contra, Carlos Raúl Hernández (5), quienes además reconocieron la validez de los resultados.
3.
Javier Bertucci Carrero, quien es un empresario de poco claros antecedentes empresariales pues ha sido imputado por su vinculación al contrabando de hidrocarburos (6) y es además un ex pastor de una de las tantas iglesias cristianas evangélicas con presencia activa en Venezuela, ocupó el tercer lugar de la contienda con un poco menos del 11 % del total de los sufragios válidos. El día 21 de mayo Bertucci reconoció el triunfo del presidente Maduro en una entrevista concedida a una televisora de alcance nacional, al decir textualmente: “tengo que reconocerlo esta claro (…) es verdad que este candidato del oficialismo hizo una derrota” (7); y el día 23, en respuesta al llamado a diálogo del presidente Maduro, sostuvo una reunión con él en el palacio de Miraflores, en su doble carácter de presidente en ejercicio y presidente electo de la república. Por otra parte, en unas contradictorias declaraciones confesó el día 24 que la ayuda humanitaria que siempre dijo haber solicitado a los gringos durante su campaña, le fue condicionada al derrocamiento de Maduro, siendo que “… yo no tengo armas pa`tumbar a Maduro”… (6), señalando posteriormente el día 25 que una “ayuda humanitaria” vendría de Corea del Sur y sería a través de organizaciones cristianas: “La ayuda humanitaria hay que solicitarla. Nosotros tenemos mucha fuerza en Corea del Sur con organizaciones cristianas” (8). Es el caso de decir que parece estar surgiendo una nueva oposición, lamentablemente sólo diferente de la anterior en algunos aspectos formales y de inmediata táctica política.
4.
La pulcritud del proceso comicial ha sido suficientemente certificada por más de un centenar de acompañantes internacionales entre los cuales destacan la misión Consejo de Expertos Electorales de Latinoamérica (Ceela), así como numerosos representantes de: América Latina (Argentina, Bolivia y Brasil); de Europa (Italia y País Vasco); de África (Mozambique, Nigeria y Túnez); y hasta un representante de los Estados Unidos, el señor Anthony Witherspoon, alcalde del municipio Magnolia, estado de Mississippi, quienes en su condición de “Acompañantes Internacionales”, siguieron el proceso de votaciones desde las auditorías iniciales de las máquinas hasta su conclusión, rindiendo sus correspondientes informes. También dio fe de esa pulcritud una cantidad similar de invitados internacionales especiales procedentes de 56 países, entre los cuales es oportuno destacar la presencia de los expresidentes Rafael Correa (Ecuador) y José Manuel Zelaya (Honduras), así como el ex jefe del estado español José Luis Rodríguez Zapatero, mediador del larguísimo proceso de diálogo con la oposición que fracasase por órdenes directas del gobierno del imperio. Sólo a manera de referencia para algunos señalamientos que habré de reseñar más adelante, diré que la primera de las conclusiones del informe final de la misión del Ceela, resalta de manera rotunda que “las elecciones del 20 de mayo cumplieron con estándares internacionales y la legislación nacional” (9).
5.
Los Estados Unidos y toda su cohorte de países cipayos agrupados en el Grupo de Lima, la Unión Europea, el G-7 y el G-20, se apresuraron a expresar, y en los dos primeros casos a reiterar, su no reconocimiento de los resultados electorales, basados fundamentalmente en un supuesto incumplimiento de los “estándares internacionales”; siendo oportuno preguntarles ¿de cuáles estándares están hablando? o si acaso se trata de los mismos con los cuales se ha elegido a: Donald Trump sacando casi 3 millones de votos menos que Hillary Clinton; a Michel Temer, sacando 0 votos; y a Juan Orlando Hernández que “obtuvo” el 42,95% de los votos, en medio de un escandaloso fraude que ha generado intensas protestas con saldo de numerosos muertos y heridos.
Otro de los argumentos utilizados para denigrar de nuestras elecciones, en especial por el inefable Grupo de Lima, es el de la “escasa” participación, dándose el caso de que una inmensa mayoría de sus actuales presidentes han sido electos en procesos con mucha menor participación, aun en aquellos casos en los cuales a diferencia del nuestro, en el que el voto es un derecho, el votar tiene carácter obligatorio. Los  casos de Juan Manuel Santos en Colombia y Sebastián Piñera en Chile, electos en 2014 y 2017, en procesos en cuya primera vuelta se registraron abstenciones del 59,90 % y 54 % respectivamente, sirven para ilustrar el planteamiento anterior; de igual forma, es oportuno registrar que ninguno de los presidentes actuales de tan deleznable grupo se acercó ni remotamente al porcentaje de votación obtenido por Maduro (67,8 %), siendo el caso que el que más se aproximó a esa cifra fue Mario Abdo Benítez, electo recientemente en el Paraguay con el 46.44 %.
6.
Muy pocas horas después de conocidos los resultados electorales, en la mañana del lunes 21 de mayo, Donald Trump suscribió una nueva orden ejecutiva prohibiendo la adquisición de activos físicos y activos bursátiles venezolanos, así como el pago de deudas resultantes de la venta de hidrocarburos, tanto a sus nacionales como a cualquier persona, natural o jurídica, en el territorio norteamericano (11). Siendo oportuno y necesario señalar que a mi juicio, tal medida constituye un embargo petrolero de hecho, similar al que le hicieron a Cuba en su oportunidad con la cuota azucarera, puesto que ¿qué sentido tendría exportar petróleo a ese país, si no se podrían percibir ingresos en divisas como contraprestación?
Menos tiempo que el tomado por Trump para sancionarnos nuevamente, se llevaron los “perritos falderos” del Grupo de Lima para anunciar que ellos también decretarían nuevas sanciones económicas en nuestra contra, amenazando incluso con una eventual ruptura de las relaciones diplomáticas, que se iniciaría con el retiro de sus embajadores en Caracas para consultas y la entrega de notas de protesta a los nuestros en sus respectivos países; sin embargo, a la fecha en que acabo de escribir estas notas sólo la Argentina ha retirado su encargado de negocios, ya que Macri nunca ha designado embajador en nuestro país.
Por su parte la Unión Europea, a pesar de haber asomado la posibilidad de nuevas sanciones y de haber declarado que las elecciones no cumplieron los estándares internacionales, se ha alejado un poco de la posición del imperio al haber señalado su representante, Federica Mogherini, que la elección presentó “irregularidades”, mas no fue un proceso fraudulento, con lo que además de estar cuidando sus intereses petroleros, fuertemente lesionados por haberse atado incondicionalmente al carro imperial en sus sanciones en contra de Rusia e Irán, pudieran estar reservándose para un eventual papel de mediador en el nuevo diálogo planteado por Maduro.
7.
El martes 22, durante el acto de proclamación por parte del Consejo Nacional Electoral, el presidente  Maduro anunció haber declarado como persona non grata al encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en Venezuela, Todd Robinson, y al encargado de la sección política de dicha embajada, Bryan Naranjo, de quienes señaló tener pruebas de que estaban involucrados en actos de conspiración en el campo militar y político (12). En tal sentido dijo el presidente: “Tengo evidencias. Hay testimonios de que el encargado de Negocios de Estados Unidos, Todd Robinson, se inmiscuyó en los asuntos internos de la política venezolana; que el señor Bryan Naranjo, jefe de la sección política y representante de la CIA en la embajada de Estados Unidos se combinaron para presionar personalmente a todos los que se anunciaban como precandidatos presidenciales”. Como se recordará el inefable Robinson que, desde su llegada a Venezuela en diciembre de 2017 no hizo más que inmiscuirse descaradamente en nuestros asuntos internos, había declarado recientemente, con la prepotencia que le es característica, no tener miedo de ser declarado persona non grata y que tal cosa no era una amenaza para él (13). Al evidenciar mi beneplácito por la medida tomada en contra de Robinson y Naranjo, no puedo menos que reiterar el planteamiento de que se debe cortar por lo sano y ordenar la salida de todo el personal de la embajada norteamericana de una buena vez, pasando a manejar las mínimas relaciones que siempre sería necesario mantener con el imperio, a través de la embajada de un país amigo designado de común acuerdo; pues considero que una medida de esta naturaleza serviría para impedir o al menos dificultar en gran medida el apoyo logístico y financiero que actualmente y desde hace ya bastante tiempo viene prestando descaradamente el imperio a la contrarrevolución a través de su embajada, con base en el abuso de la inmunidad diplomática.
8.
El jueves 24 el presidente Maduro se juramentó como presidente reelecto ante la Asamblea Nacional Constituyente ANC, reafirmando su compromiso con los venezolanos para solucionar los problemas, impulsar el diálogo y lograr la estabilidad económica. En su discurso ante el plenario de la ANC señaló que su nueva gestión estará enfocada en seis líneas de acción para garantizar la defensa de los derechos y el bienestar de la población. Dichas líneas habrán de ser: 1. Diálogo y pacificación de Venezuela; 2. ‎Avanzar hacia un acuerdo económico productivo; 3. ‎Lucha renovada y frontal contra la corrupción; 4. Protección del pueblo; 5. Defensa de la nación frente a los ataques extranjeros; y 6. Ratificación el rumbo hacia el socialismo.
Que la primera de las líneas se encuentra en intenso y acelerado proceso de desarrollo es algo que queda demostrado por la reunión sostenida por el presidente Maduro con el ex candidato Javier Bertucci, el pasado miércoles 23, así como por un conjunto de reuniones celebradas en Miraflores el viernes 25 (14): con el presidente del Banco de Desarrollo de América Latina CAF, Luis Carranza, para tratar temas de la agenda económica; con el nuncio apostólico en Venezuela, Aldo Giordano, sobre la continuidad del papel mediador del Vaticano en el proceso de diálogo con la oposición; y con el senador republicano Bob Corker, presidente del comité de relaciones exteriores del senado estadounidense para ultimar detalles sobre la liberación del estadounidense Joshua Holt procesado por distintos delitos cometidos en el país; queda demostrado también por la proposición formulada por el presidente a la Comisión de la Verdad de la ANC, en el sentido de estudiar los casos de los detenidos por su participación en las últimas guarimbas con miras a su eventual liberación; dicho en palabras del presidente: "Hay personas detenidas por delitos de violencia política; yo quiero que salgan en libertad para un proceso de reconciliación, aquellos que no hayan cometido graves crímenes o asesinatos". Considero propicia la oportunidad para hacer votos en relación a que el resto de las líneas estratégicas alcance pronto un grado de desarrollo similar.
9.
Para terminar una semana plena de acontecimientos trascendentes, el gobierno venezolano anunció la liberación del ciudadano estadounidense Joshua Holt y su esposa, a consecuencia de una medida de beneficio de libertad plena emitida por el Poder Judicial, tras evaluar una solicitud realizada por la Comisión de la Verdad, la Justicia, la Paz y la Tranquilidad Pública de la ANC, que actuaba en respuesta a una demanda hecha por el presidente Maduro como resultado de un proceso de conversaciones y de diálogo sostenido desde hace varios meses con senadores y representantes del congreso de Estados Unidos. Como se recordará Holt es un estadounidense de 24 años de edad, detenido el 30 de junio de 2016 junto a su esposa, Tamara Belén Caleño por presunto porte ilícito de armas de guerra. Agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) capturaron a los implicados en el marco de un operativo destinado a desmantelar bandas criminales paramilitarizadas, luego de la denuncia realizada por efectivos de la Policía Nacional Bolivariana. En la vivienda de la pareja fueron hallados un fusil de asalto AK47, un facsímil de fusil M4, varias municiones, una granada MK2, así como otros elementos empleados por agentes de inteligencia. Ambos estaban siendo procesados por espionaje, violencia y acciones contrarias a lo establecido en la constitución y en las leyes venezolanas. A decir de Diosdado Cabello, Holt era el jefe de la CIA para Latinoamérica, algo perfectamente verosímil a juzgar por el empeño puesto por las autoridades del imperio para liberarlo.
Al igual que en otros casos hubiese preferido que los ahora liberados al menos hubiesen recibido antes una sentencia en primera instancia, que a no dudar hubiese sido condenatoria por haber sido sorprendidos en flagrancia, ya que eso sería lo mínimo compatible con el decoro de nuestro sufrido pueblo y de nuestras autoridades judiciales. Sin embargo, me abstengo de cuestionar abiertamente la medida no sólo por el necesario voto de confianza hacia nuestro liderazgo, sino por la creencia de que algo sustancial debimos haber logrado en contraprestación a esta extemporánea liberación. La desacostumbrada parquedad de Trump al hacer pública la decisión del gobierno revolucionario, limitándose a decir desde su cuenta Twitter: “Buenas noticias acerca de la liberación del preso estadounidense en Venezuela. Esta mañana estará llegando a las 7 pm a la Casa Blanca y se estará reuniendo con su familia. La gran gente de Utah estará muy feliz(15), así como la habitual impertinencia del senador “Narco” Rubio, al señalar que “… su liberación, sin condiciones, ha debido ocurrir hace tiempo” (16), me refuerzan en esa convicción.
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o muerte!
¡Venceremos!
celippor@gmail.com
Caracas, mayo 27 de 2018

lunes, 14 de mayo de 2018


Pero las elecciones del 20 de mayo van, de todas maneras van
Carlos E. Lippo
"No aceptamos a EEUU como tribunal ni autoridad de nada. Somos libres".  
Samuel Moncada, Representante de Venezuela ante la OEA




Tal como he venido señalando en artículos anteriores la oposición venezolana, desde mediados del año 2016, durante todo el año 2017 y al inicio de este 2018, mantuvo entre sus consignas centrales la exigencia de unas elecciones presidenciales adelantadas, a las cuales incluso se les llegó a poner como fecha el 22 de abril de 2018, tal como consta en la cláusula 2 del proyecto de acuerdo que Julio Borges se negase a firmar en la República Dominicana, el día 06 de febrero del presente año.

Testigo de excepción de este último acontecimiento fue el expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, quien habiendo fungido de facilitador del proceso de diálogo gobierno-oposición durante dos años, lo asentó al día siguiente en una carta dirigida a Borges en su condición de jefe de la delegación opositora (1), en la cual señalaba entre otras cosas: "Es por ello que le pido, pensando en la paz y la democracia, que su organización suscriba formalmente el acuerdo que le remito, una vez que el gobierno se ha comprometido a respetar escrupulosamente lo acordado". Otro testigo de excepción lo fue el presidente de la República Dominicana, Danilo Medina, bajo cuyos auspicios se celebró el proceso de diálogo, quien a raíz de la negativa de Borges y una vez reiterada su disposición de seguir auspiciando las conversaciones gobierno-oposición, aseguró que el presidente Nicolás Maduro, expresó su deseo de aplicar los puntos acordados en Santo Domingo, señalando textualmente: “Él está dispuesto a aplicarlo, aun fuera del acuerdo con la oposición”.

He  traído a colación estos hechos, a riesgo de ser considerado altamente reiterativo, porque juzgo necesario dejar absolutamente sentado que la oposición estaba de acuerdo en suscribir el documento al que se dio el nombre de "Acuerdo de convivencia democrática por Venezuela en Santo Domingo", siendo  un hecho indubitable que estaba dispuesta a competir electoralmente en la fecha en él acordada. Si llegado el momento de firmarlo su representante no lo hizo, sin haber dado aviso alguno ni a su contraparte gubernamental ni a los garantes, que se quedaron esperándolo, es porque momentos antes de tener que hacerlo recibió una orden en contrario del amo imperial; siendo totalmente verosímil que la orden le haya sido transmitida por el entonces canciller Rex Tillerson desde Colombia, tal como lo ha asegurado el jefe de la delegación del gobierno, el ministro Jorge Rodríguez (2).  

Considero oportuno y conveniente señalar que a juicio nuestro el imperio toma la decisión de boicotear la firma de un acuerdo tan trabajosamente alcanzado, no sólo por tener plena conciencia de que los resultados electorales le serán totalmente adversos, sino porque la ejecución de su proyecto estratégico, que no es otro que la intervención militar en procura de nuestros recursos minerales de carácter estratégico, requiere que se mantenga el clima de desestabilización por él inducida, así como la extrema pugnacidad actual entre nosotros los venezolanos.

Inmediatamente después de haber boicoteado la firma del acuerdo el imperio da inicio a una intensa campaña mediática internacional, a juicio mío sin precedentes a nivel planetario, de explícito y descarado carácter injerencista, apoyada en falsas denuncias de ilegalidad tanto de la propia convocatoria a elecciones como del proceso electoral venezolano, reconocido hasta por Jimmy Carter como uno de los mejores del mundo, con la que ha pretendido apoyar su decisión de no reconocer los resultados electorales cualesquiera que ellos sean. Campaña a la que ha obligado a sumarse a: los gobiernos de los países del innombrable Grupo de Lima; la burocracia asalariada de la OEA; una buena parte de los sumisos gobiernos  de la Unión Europea; y hasta a la propia burocracia tarifada de la ONU que por ello se ha negado a enviar el grupo de expertos electorales que le solicitase el Consejo Nacional Electoral (CNE), para contribuir a poner en evidencia la pulcritud del proceso comicial a celebrarse.

Con la pretendida excusa de impedir la celebración de unos comicios cuyos resultados sólo a nosotros debe competer, como nación libre y soberana que somos, hemos sido objeto durante las últimas 15 semanas, de las más destempladas acusaciones y amenazas de ese lastimero coro de gobiernos que habiendo entregado su soberanía al imperio no tienen otra opción que obedecer calladamente sus designios; y lo que es más grave, a lo largo de ese período y con la participación protagónica de una contrarrevolución vendepatria, que suma elementos del lumpen delincuencial al empresariado felón de siempre, hemos sido sometidos a un recrudecimiento a niveles siderales de las acciones de guerra económica, cuyos terribles efectos convierten en heroico el desarrollo de las más elementales de nuestras actividades diarias.

Que el impedir la celebración de las presidenciales del próximo domingo es una pieza importante de la estrategia intervencionista del imperio en contra de Venezuela, aunque dista mucho de ser la fundamental, es algo que queda demostrado por la febril actividad desplegada por el alto funcionariado de Washington durante la semana próxima pasada, entre cuyas principales ejecutorias públicas podríamos señalar las siguientes:

·         Una inusitada asistencia del Vicepresidente Mike Pence a la sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA celebrada el lunes 07, en la que como el genuino representante del imperio que es, pronunciase un discurso cargado de amenazas hacia nuestra revolución, así como de exigencias para con los gobiernos lacayos de la región tendientes a aislar a nuestro país y a intensificar su genocida guerra económica; discurso que siendo pronunciado ante menos de dos docenas de los 35 miembros de la organización, entre los cuales no estuvo Venezuela, fue lacayunamente aplaudido por esa escuálida y comprometida concurrencia aunque no pudo ser replicado por no haber sido concedido posteriormente el derecho de palabra (4).
Considero innecesario abrumar a mis lectores con la sarta de amenazas y mentiras que profiriese en la malhadada pieza oratoria; diré sólo que impúdicamente invitó al saqueo de nuestros recursos al decir que “Los Estados fallidos no tienen fronteras” (5), después de haber mencionado que "Maduro ha convertido a Venezuela en un Estado fallido y, por lo tanto, procede la intervención humanitaria".
En cuanto a las exigencias hechas a sus corifeos, habló de bloquear las visas de los funcionarios del gobierno revolucionario y de restringir las operaciones comerciales, así como de la absurda decisión de expulsarnos de una organización de la cual solicitamos nuestro retiro desde hace poco más de un año. Para finalizar debo decir que dicho discurso fue plenamente avalado el mismo día por el secretario de estado Mike Pompeo, quien además instara "a todo el hemisferio a imponer una estricta rendición de cuentas sobre el corrupto y brutal régimen de Maduro", desde la cuenta Twitter @USA en Español (6).

·         La celebración el día 08 de la 48° Conferencia de las Américas, en las instalaciones del departamento de estado en Washington y bajo los auspicios del “Consejo de las Américas”, una reunión prevista para tratar de temas de carácter comercial regional que sin embargo fue aprovechada por la embajadora gringa en la ONU, Nikki Haley y el subsecretario de estado John Sullivan para arremeter en contra de Venezuela con los temas trillados de siempre (dictadura, elecciones ilegales, sanciones etc. etc. etc.), así como por el senador demócrata Robert Menéndez, quien anunció que la semana próxima presentará un proyecto de ley bipartidista en el congreso de los Estados Unidos con el objetivo de denunciar los crímenes contra la humanidad cometidos por el gobierno revolucionario venezolano y recuperar el dinero "robado" por funcionarios oficiales de nuestro país (7), y es que como siempre, se les “olvida” que Venezuela es un país soberano y no un protectorado.

·         Una entrevista concedida por Pence el día 09 de mayo, en la que al ser interrogado sobre si “¿Todavía está la opción militar sobre la mesa cuando hablamos de Venezuela?”, el vicepresidente fue claro e intimidante al responder: “Estados Unidos no mirará a un lado mientras Venezuela se derrumba por la dictadura (…) el presidente Trump está completamente comprometido con hacer lo que sea necesario” (8).

·         Unas declaraciones ofrecidas a la “Voz de América” el día 10 de mayo por el representante permanente gringo en la OEA, Carlos Trujillo, en las que textualmente señala que: "Nadie va a aceptar esas elecciones como legítimas. Yo creo que la reacción va a ser más allá de las personas y el mundo internacional, el presidente Trump no va a aceptar las elecciones y yo creo que van a actuar con más sanciones económicas o contra individuos del régimen de Maduro” (9), para luego reiterar que el gobierno del presidente Donald Trump, está comprometido en lograr el “restablecimiento de la democracia” en Venezuela.

En resumen, persuadido como parece estarlo, de que no podrá evitar la celebración de las elecciones del domingo 20, el imperio nos amenaza con sanciones que aspira a que sean decretadas también por toda su cohorte de gobiernos lacayos y tan bien al mismo tiempo, con una intervención militar que aspira a que sea conjunta con países de la región, avalada por la OEA,  y/o con sus aliados de la OTAN, aun sin el aval del Consejo de Seguridad de la ONU al que no puede aspirar por el seguro veto de Rusia y China en esa importantísima instancia.

Sin embargo, en un desesperado intento por impedirlas el imperio parece haber ordenado a la contrarrevolución venezolana la reanudación de sus actividades terroristas según se desprende de una más que sospechosa jornada de movilizaciones a nivel nacional, convocadas por ese nuevo esperpento llamado el “Frente Amplio Venezuela Libre” para ser realizadas el día 16, apenas a cuatro días antes (10).
Decimos esto, porque si se tratase de unas movilizaciones pacíficas ¿qué sentido tendría que la embajada gringa en Caracas, el día viernes 11 alertase a su personal, por medio de un comunicado divulgado en su cuenta en twitter, sobre la necesidad de mantener un constante monitoreo a los medios de divulgación de noticias, así como a tomar previsiones en relación a los “eventos” que podrían presentarse en atención a los comicios, tales como protestas y cierres de calles? ¡Siendo el caso de decir una vez más que a confesión de partes, relevo de pruebas!

Ya casi para terminar debo decir que estimo que estas elecciones que a no dudarse habrán de ser una rotunda victoria de la revolución bolivariana, deben ser las últimas que realicemos bajo el gastado formato de la democracia burguesa, pues ya basta de tener que condicionar el accionar revolucionario del gobierno a la celebración de este tipo de eventos altamente vulnerable a injerencias y manipulaciones.

El día 21 aunque amaneceremos con un gobierno fortalecido y un pueblo altamente moralizado por la satisfacción de la exitosa jornada cumplida, no debemos distraernos un solo instante de la tarea de librar con renovados bríos el combate decisivo con la contrarrevolución, cuyos agentes económicos nos han venido acorralando cada día más, así como en prepararnos para el combate que seguramente más temprano que tarde tendremos necesidad de librar con las fuerzas del imperio y sus aliados.

Acabando de escribir estas líneas me entero de unas declaraciones del presidente Evo Morales Ayma transmitidas a través de su cuenta Twitter @evoespueblo, en las que alerta sobre que los Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos (OEA) implementan un plan para derrotar a Venezuela antes de los comicios previstos para el próximo domingo 20 de mayo, señalando textualmente: "Antes de las elecciones realizarán acciones violentas apoyados por los medios de comunicación y después de las elecciones intentarán una invasión militar con Fuerzas Armadas (FF.AA.) de países vecinos” (12).

Estas declaraciones del hermano Evo, coincidentes con los temas centrales que estamos planteando ratifican que no podemos bajar la guardia un solo momento a partir de ahora, ya que guerra avisada también mata soldados.
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o muerte!
¡Venceremos!
celippor@gmail.com
Caracas, mayo 14 de 2018

lunes, 7 de mayo de 2018


La vieja costumbre del imperio de tratar de impedir las elecciones que le serán adversas
Carlos E. Lippo
“Desde siempre EE.UU. llevó a cabo operaciones para influir en las elecciones de otros países,  
y espero que sigamos haciéndolo”
 Steven L. Hall, exagente de la CIA retirado en 2015




Es casi una verdad de Perogrullo el decir que los Estados Unidos han estado interviniendo en los procesos electorales de numerosos países a todo lo largo y ancho del planeta. Loch K. Johnson, decano en los estudios de inteligencia en los Estados Unidos, quien empezó su carrera en los años setenta investigando a la CIA como miembro del Comité Church (formalmente llamado el “Comité Selecto del Senado de EEUU para el Estudio de las Operaciones Gubernamentales Respecto a las Actividades de Inteligencia”), ha dicho que Estados Unidos se ha venido entrometiendo en los comicios de otros países "desde que la CIA fue fundada en 1947" (1). O sea, que como acostumbran decir los abogados: a confesión de partes relevo de pruebas.

Sin embargo, al igual que el ladrón que acabando de despojar a un transeúnte de sus pertenencias, grita a voz en cuello: “¡al ladrón, al ladrón!”, señalando a otro desprevenido transeúnte mientras corre en sentido contrario, el FBI, la CIA y la NSA, que son las principales agencias de seguridad del imperio,  llevan ya varios años acusando falsa e infructuosamente al gobierno de Rusia de haber interferido en sus elecciones presidenciales de 2016 en favor de Donald Trump, y como si esto fuera poca cosa, ahora están tratando de fabricar una leyenda similar en relación a las elecciones legislativas de medio término a celebrarse durante este 2018.

En la mayoría de los casos estas intervenciones se realizan para promover a candidatos que le sean afectos, al mismo tiempo que desprestigian y hasta han llegado a neutralizar a aquellos que no lo son; en otras ocasiones han llegado a promover el adelanto de una elección, cuando estiman que de esta forma garantizan el triunfo deseado. A veces han tratado de impedir la realización de unos comicios, cuando a pesar de haber invertido cuantiosas cantidades de dinero en promover sus candidatos o las políticas que estarán en juego en dicha elección, han llegado al convencimiento de que los resultados les habrán de ser adversos.

Agotaría todo el espacio que habitualmente dedico a estas notas si me pusiese a señalar el sinnúmero de intromisiones del imperio en diferentes procesos electorales a todo lo largo y ancho del planeta, en favor y/o en contra de sus candidatos preferidos. En un artículo sobre este mismo tema titulado “El imperio está empeñado en impedir las elecciones presidenciales de Venezuela” (2), dedico unos párrafos a describir  la forma como el imperio se venido inmiscuyendo en los procesos electorales de nuestro país, no sólo mediante la escogencia y el financiamiento de candidatos sino mediante el despliegue de acciones militares y hasta de acciones terroristas tendientes a modificar los resultados que presumen le habrán de ser adversos o ya lo han sido.

Como ejemplo típico de que el imperio ha jugado también a adelantar elecciones, tenemos el caso de unas elecciones legislativas de Serbia, que deberían ser celebradas a finales del año 2001 y fueron adelantadas para diciembre de 2000, por presión del imperio, para poder capitalizar políticamente en favor de la oposición golpista, la defenestración del presidente Slobodan Milosevic ocurrida en octubre de ese año por acciones de la CIA (3); siendo necesario apuntar que Milosevic había sido electo legal y legítimamente en las elecciones del 21 de septiembre de 1997, en las cuales obtuvo también la mayoría parlamentaria, derrotando además el boicot electoral que intentaron los partidos pro yanquis (Demócrata y Demócrata de Serbia), con el evidente apoyo del imperio.

Ocurre que los gringos también tienen experiencia en eso de evitar la celebración de elecciones, como aquellas que debiendo celebrarse en 1955 para intentar la unificación del Vietnam, a la sazón dividido en Vietnam del Norte (nacionalista) y Vietnam del Sur (pro yanqui), fueron bloqueadas al dar por descontado que serían ganadas por los vietnamitas del norte (4); bloqueo al que siguió el envío de tropas a territorio de Vietnam del Sur y ataques a instalaciones del Vietnam del Norte, generando luego del falso positivo del golfo de Tonkin aquella terrible guerra de la que salieron derrotados veinte años después.

Pero ocurre sin embargo, que los gringos no son infalibles en eso de impedir la celebración de elecciones cuyos resultados vislumbran que le habrán de ser adversos, tal como ocurrió con la elección de los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), clamoroso y relevante triunfo de la revolución bolivariana celebrado el 30 de julio de 2017, poniendo fin a aquella orgía de terror que entre abril y julio de ese mismo año causase un poco más de 140 víctimas mortales y más de un millar de heridos más o menos graves, a manos de mercenarios de la contrarrevolución financiados por el imperio, que paradójicamente decían tener entre una de sus más explícitas consignas, la exigencia del adelanto de las elecciones presidenciales que debían celebrarse en este 2018.  

Desde que el imperio sabotease la firma, por parte de la representación de la contrarrevolución, del documento titulado "Acuerdo de convivencia democrática por Venezuela en Santo Domingo", una de cuyas cláusulas contemplaba la celebración de elecciones presidenciales anticipadas con fecha 22 de abril de 2018, la mayoría de los partidos agrupados en la llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), pasaron inexplicablemente a oponerse a ellas en abierta contradicción con la que venía siendo una de sus exigencias centrales desde hacía más de 16 meses. Digo que inexplicablemente por lo que tal decisión representa desde el punto de vista de una elemental lógica política, porque todos sabemos que al oponerse sólo estaban obedeciendo la orden impartida directamente a Julio Borges, desde Colombia, por el entonces secretario de estado Rex Tillerson (5).

A partir de este evento el imperio, a través de múltiples voceros, ha declarado su oposición a que se realicen las presidenciales adelantadas, como si sus deseos fuesen órdenes para nosotros, así como su decisión de no reconocer los resultados cualesquiera que ellos fuesen; lo mismo se aprestaron a hacer genuflexamente los 12 gobiernos cipayos del inefable Grupo de Lima y más tarde la Unión Europea así como la OEA de Luis Almagro, aunque inexplicablemente éste último se retractase de tal posición como se desprende de una declaración que hiciese desde Praga (6), para luego volver a contradecirse  avalando una decisión del espurio Tribunal Supremo de Justicia en el exilio, que intenta inhabilitar a Maduro para participar en tales comicios (7).

Es oportuno recordar que no sería ésta la primera vez que el imperio presiona a sus cipayos para que lo secunden en alguna de sus acciones injerencistas sobre procesos electorales; así lo demuestra el apoyo brindado por Carlos Andrés Pérez, a comienzos de su segundo mandato, a las candidaturas de Violeta Barrios de Chamorro en Nicaragua y Jaime Paz en Bolivia (8); apoyo que al serles prestado por medio del manejo ilegal por parte de Pérez de una partida presupuestaria secreta de 250 millones de bolívares (USA $ 17,24 millones), supuso su enjuiciamiento y posterior salida del cargo antes del término de su mandato.

Regresando al tema de las presidenciales adelantadas, debo decir que con el propósito de propiciar la participación de la mayor cantidad posible de organizaciones opositoras, la Asamblea Nacional Constituyente solicitó al Consejo Nacional Electoral una nueva fecha para la celebración de las mismas, habiéndose escogido el 20 de mayo. La convocatoria para esta nueva fecha fue aceptada por algunos de los partidos de la MUD, que acordaron postular como candidato a Henri Falcón, exgobernador del estado Lara, derrotado en las elecciones del mes de octubre pasado; también fue aceptada por otras organizaciones y candidatos independientes, en número de tres, y con todos ellos el Frente de la Patria, que postula al presidente Maduro celebró un acuerdo de amplias garantías electorales (9). A la fecha actual la oposición mantiene en competencia a cuatro candidatos: Henri Falcón (postulado por Avanzada Progresista, Mas y COPEI); Reinaldo Quijada (Unidad Política Popular 89, UPP89); Luis Alejandro Ratti (por iniciativa propia); Javier Bertucci (Esperanza para el Cambio); y Francisco Visconti Osorio (Frente Amplio Nacional Bolivariano).
A medida que ha avanzado la campaña electoral la posición pública tanto de la extinta MUD, como del nuevo engendro llamado a sustituirla, conocido como el “Frente Amplio Venezuela Libre”, integrado por casi los mismos partidos más algunas organizaciones de la sociedad civil opositora junto a individualidades de lo que han dado en llamar “el chavismo disidente”, ha sido llamar a la abstención, aunque soterradamente se habla de llamar votar, principalmente en el seno de Acción Democrática (AD) y Un Nuevo Tiempo (UNT), por lo que estimo que es más que probable que sectores no desestimables de la contrarrevolución terminen por votar solapada y vergonzantemente.

No resulta fácil saber lo que hará en definitiva un grupo tan variopinto y bipolar, en el verdadero sentido patológico del término, como nuestra contrarrevolución, profundamente golpeado por las tres últimas derrotas electorales que ha experimentado desde el mes de julio del pasado año, cuando lo único constante en ella es su odio a todo lo que pueda parecer chavismo y su obediencia ciega a los dictados de Washington.

Es evidente que si tuvieran suficiente apoyo de su base social, fuertemente escarmentada por los “daños colaterales” de  su última serie de acciones terroristas abril-julio de 2017, se lanzarían de lleno a impedir por la fuerza la celebración del evento comicial, tal como intentasen hacer con las elecciones para miembros de la constituyente; dinero no les falta para acometer semejante aventura pues el imperio está siendo más que generoso en esta oportunidad. El reciente descubrimiento de un centro de formación paramilitar, dirigido por un terrorista convicto y confeso de las guarimbas de 2014, quien además dio la pista para que se descubriese un importante alijo de armas automáticas y municiones de alto calibre en una quinta de la urbanización Las Mercedes, sirve para dar fe de lo anterior.

Mientras tanto se debaten entre incendiarios llamados a la “protesta pacífica”, como la huelga general convocada por María Corina Machado para el lunes 14 de mayo o una gran jornada nacional de protesta convocada por el partido terrorista “Voluntad Popular”, a través de Juan Andrés Mejía y Sergio Sánchez para el miércoles 16, y un extremadamente anodino programa de protestas anunciado por el Frente Amplio Venezuela Libre, que en teoría contempla acciones tan variadas como: una rueda de prensa el día de hoy; unas visitas a las principales representaciones diplomáticas acreditadas en Venezuela, “en solicitud de fortalecer la solidaridad con la lucha del pueblo venezolano por unas elecciones legítimas”, el 14 de mayo; un acto político que han llamado “Venezuela unida no se rinde, por tu dignidad y el cambio”, en las principales ciudades del país, el miércoles 16; una oración ecuménica el sábado 19; concentraciones en las iglesias portando la bandera nacional el día de las elecciones y la tapa del frasco, un “gran cacerolazo nacional” en el momento que se anuncie los “resultados” (10).

El único tipo de acciones en el que la contrarrevolución viene siendo constante en estos días previos a las elecciones es en sus ataques de naturaleza terrorista, como lo demuestra: una brutal especulación ejecutada por la totalidad del sector comercial privado que, utilizando como marcador de sus precios el dólar ilegal, cercano ya a la tasa de un millón de bolívares por dólar (11) sin ninguna justificación económica, se mantiene como el mejor aliado del imperio en una guerra económica que sólo está siendo resistida por el inmenso grado de conciencia política que  ha alcanzado el pueblo chavista; así como el sabotaje de líneas eléctricas perpetrado en complicidad con elementos del lumpen delincuencial, tal como el corte de dos líneas eléctricas que dejó sin servicio por casi 24 horas a densos sectores del suroeste caraqueño, en la noche del día 03 de mayo, previa a una visita del presidente Maduro en campaña a uno de esos sectores (11); con el agravante de que algunos de los implicados en esta acción de sabotaje confesaron a las autoridades que se trataba también de ejecutar un atentado contra la vida del presidente-candidato.

Siendo harto conocida nuestra posición de abogar por la realización de unas elecciones con un formato diferente al de la “democracia burguesa”, por razones más que obvias, queremos reiterar nuestro llamado a votar por el presidente Maduro el próximo domingo 20, pero al mismo tiempo llamamos a mantenernos en estado de alerta máxima ante cualquier intento desestabilizador de alto impacto que pudiera ser perpetrado por el imperio, bien sea por sus propias fuerzas o valiéndose de sus vergonzantes tutelados de la contrarrevolución, en los escasos días que restan para la realización del evento comicial.
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o muerte!
¡Venceremos!
celippor@gmail.com
Caracas, mayo 07 de 2018