domingo, 5 de junio de 2016



Después de derrotarlos en Washington, hay que enjuiciarlos aquí por traición a la patria   
Carlos E. Lippo



 
El miércoles de la semana que hoy termina tuvo lugar un hecho verdaderamente insólito en la mismísima capital del imperio, como lo fue la virtual defenestración del Secretario General de la OEA por parte del Consejo Permanente de dicha organización, por medio de lo que la periodista cubana Rosa Miriam Elizalde, editora del portal web Cubadebate, ha llamado eufemísticamente una “rebelión en la granja” (1).

Como es conocido por todos, el hecho real fue que el Consejo Permanente de la OEA, integrado por los representantes permanentes de los treinta y cuatro estados miembros en activo, desestimando una invocación a la aplicación a nuestro país de la Carta Democrática de la organización formulada el día anterior por el inefable Luis Almagro, acordó por decisión consensuada de todos sus miembros, con excepción del representante del Paraguay que sin embargo no se opuso, dar su apoyo pleno al proceso de diálogo del gobierno revolucionario con la oposición venezolana, que a proposición del Presidente Maduro viene promoviendo la UNASUR con la mediación de los expresidentes Leonel Fernández (República Dominicana), Martín Torrijos (Panamá) y José Luis Rodríguez Zapatero (España) (2). Resulta casi evidente que la incorporación de los Estados Unidos a este consenso se da porque en los actuales momentos, a pesar de su inmenso poder, no dispone de los 23 votos necesarios para aplicarnos el ominoso instrumento, tal como lo adelantásemos en nuestro artículo anterior (3).

Decimos que se trata de una virtual defenestración del Secretario General porque el Consejo Permanente, que jerárquicamente sólo se encuentra por debajo de la Asamblea de Cancilleres y/o de Presidentes de los estados miembros, en acto que de alguna forma lo enaltece, decide auto convocarse para tratar un tema para el cual el Secretario General le había solicitado que sesionase dentro de un par de semanas, dejando de lado su documento hecho público el día anterior y que él aspiraba a que fuese discutido y aprobado en esa sesión, con la mayoría requerida. Si todo lo anterior no le bastase al cipayo Almagro para considerarse moralmente despedido, a pesar del evidente apoyo que le viene dispensando el amo imperial, se da el caso de que el representante permanente de la Argentina quien funge de Presidente del Consejo Permanente, le negó con base legal el derecho de palabra, en la antes citada sesión extraordinaria, al funcionario que asistía a dicha instancia en su representación. Sin embargo, como corresponde a todo buen arrastrado, Almagro no sólo es que no se ha considerado despedido, sino que ha dicho que habrá de seguir insistiendo en el tema de aplicar a Venezuela la dichosa Carta Democrática.

Considero que independientemente de los antecedentes y de la forma como se desarrolló la sesión extraordinaria de este Consejo Permanente de la OEA, la naturaleza y alcance de los acuerdos alcanzados en ella representan una clamorosa victoria de la actual diplomacia venezolana, continuadora de la iniciada por el Comandante Chávez, basada en la doctrina bolivariana de la integración latinoamericana y caribeña, y es que esta pequeña escaramuza ha servido para demostrar fehacientemente que mientras se mantengan firmes con nosotros los diez países integrantes del ALBA-TCP distintos de Venezuela y de Cuba, que no vota por no ser un miembro activo, más al menos uno de los doce integrantes del acuerdo Petrocaribe, que no son miembros del ALBA, jamás podrán lograr la mayoría calificada de 2/3 (66,66 %) que haga posible la aplicación de la Carta o de cualquier otra decisión infamante en contra nuestra.    

Pero si alguien tuviese aún alguna duda sobre el hecho de que se trató de una brillante victoria revolucionaria, debería bastarle con analizar la inmensa frustración que traducen las declaraciones y mensajes de Twitter que en torno al tema han desplegado tres de los más conspicuos dirigentes de la contra: Henry Ramos, María Machado y Henrique Capriles, que paso a resumir a continuación:

  • Henry Ramos Allup, después de arremeterla contra el gobierno argentino y con ese lenguaje críptico que le caracteriza, en fastidiosa imitación de su admirado Rómulo Betancourt, escribió inicialmente en su cuenta Twitter @hramosallup: “después del cambiazo (de su amado gobierno actual argentino), opositores democráticos venezolanos que somos amplia mayoría escribiremos "micro" en vez de Macri” (4) y días más tarde, sin haberle sanado aún la herida y haciendo gala de su habitual actitud misógina, la misma que despliega a diario en contra de las rectoras del CSE, de la presidenta del TSJ y en contra cualquier otra mujer que logre destacarse con su actuación, aludió a la cancillera argentina de nombre Susana Malcorra, con este estúpido y senil trabalenguas: "Mal-corra no corra mal" (5), desde la misma cuenta Twitter.

  • María Corina Machado, después de calificar de falaz el acuerdo consensuado en el Consejo Permanente de la OEA, escribió en su cuenta “MariaCorinaYA, con su habitual terrorismo verbal: “Los países que deciden darle más tiempo a Maduro para que demuestre – otra vez- que no quiere diálogo, deben asumir que ello tiene un precio: muertos(6).

  • Henrique Capriles R., con su habitual estilo de atribuirse los logros del contrario, tal como ha sido programado por sus asesores para participar en sus fracasadas campañas presidenciales, declaró lo siguiente: “No es cierto que la resolución de la OEA es una victoria del  Gobierno. La resolución del Consejo Permanente es una victoria para quienes queremos cambio en Venezuela, para quienes queremos que en Venezuela se respete la Constitución” (¿!) (7).


Entonces, como acostumbran decir los abogados, a confesión de partes, relevo de pruebas.

Antes de abordar el tema del enjuiciamiento por traición a la patria de todos aquellos que solicitaron a Luis Almagro la aplicación de la carta de marras, entre los cuales se encuentra nada más y nada menos que la totalidad de los miembros de la fracción parlamentaria de la contra, quienes suscribieron un acuerdo en tal sentido a comienzos de año, acuerdo que fue materializado en el pasado mes de abril en ocasión de la visita a la Secretaría General de la OEA de una comisión integrada por algunos de los más connotados vendepatria del grupo (Luis Florido, Ángel Medina, Williams Dávila, Delsa Solórzano, Richard Blanco y Timoteo Zambrano, coordinador internacional de la MUD) (8), he considerado oportuno hacer una breve referencia al documento elaborado por Almagro con el propósito de invocar al Consejo Permanente la aplicación a nuestro país del documento antes citado.

Desde luego que no voy a dedicar mayor espacio a considerar el texto mismo de ese bodrio de 132 páginas; quien disponga de tiempo para leer un falaz memorial de supuestos agravios del gobierno revolucionario basado en recortes de prensa e informes de ONG´s pagadas por la USAID y la NED, puede hacerlo en el portal web de la OEA; sólo diré que Almagro además de arrastrado demuestra una escasísima capacidad literaria y una más escasa aún capacidad de análisis jurídico cuando admite en unos de sus párrafos que no existe la causa que esgrime para intentar aplicarnos la Carta (ilegitimidad del gobierno del Presidente Maduro), cuando señala: “… la Secretaría General de la OEA considera que la crisis institucional de Venezuela demanda cambios inmediatos en las acciones del Poder Ejecutivo (…) a riesgo de caer en forma inmediata en una situación de ilegitimidad (9). Una auténtica profecía autocumplida (predicción que una vez hecha es en sí misma la causa de que se haga realidad) de Almagro. ¡Entiéndase, el gobierno todavía no ha caído en ilegitimidad, pero yo (Almagro) digo que inexorablemente va a caer en ella!

Considero sí que es importante resumir las recomendaciones del documento, que constituyen a juicio mío un infamante manifiesto intervencionista e irrespetuoso de nuestra soberanía, como podrá comprobarse a partir de una rápida ojeada de este resumen de las mismas:

  • El Referéndum Revocatorio de realizarse en 2.016. De ello depende la democracia en Venezuela.
  • Solicitamos la liberación inmediata de todas las personas detenidas aún por motivos políticos.
  • Llamamos al Ejecutivo y al Legislativo a resolver conjuntamente de manera inmediata la situación de vulneración de los derechos básicos de la población en el acceso a los alimentos y servicios de salud.
  • Exhortamos al Ejecutivo y al Legislativo a trabajar conjuntamente a fin de dar cumplimiento a la obligación del estado de brindar estándares suficientes de seguridad a sus ciudadanos.
  • Exhortamos al Ejecutivo a eliminar toda forma de incumplimiento de los preceptos constitucionales y políticos respecto al equilibrio de los poderes del estado.
  • Solicitamos una nueva integración del Tribunal Supremo de Justicia, para los cual deben trabajar en forma conjunta el Ejecutivo y el Legislativo conforme a sus competencias.
  • Exhortamos para la creación de un mecanismo independiente de combate a la corrupción integrado por expertos internacionales independientes apoyados en la ONY y/o la OEA.
  • Exhortamos a incorporar a la Comisión de la Verdad el apoyo técnico y la representación del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.

Siendo evidente, a partir del análisis de todo lo anterior, que de lo que se trata es que la fracción parlamentaria de la contra ha ido a pedir el apoyo de la OEA para derrocar al gobierno nacional o al menos para imponerle en lo inmediato un conjunto de restricciones que hagan nugatorio el cabal ejercicio de su gestión, no tengo duda alguna de que procede la imputación por traición a la patria para todos ellos y algunos otros asomados que se adhirieron a dicha solicitud, según lo previsto por el artículo 129 del Código Penal vigente, que en su segundo párrafo señala textualmente: “Con la misma pena (presidio de veinte a veinte y seis años) será castigado quien solicite, gestione o impetre, en cualquier forma, la intervención de un gobierno extranjero para derrocar al gobierno venezolano”.

A pesar de que el Presidente Maduro anunció a comienzos de la semana, tan pronto como Almagro hizo público el documento, que piensa introducir una demanda por traición a la patria en contra de la directiva de la Asamblea Nacional (10), considero que las averiguaciones conducentes a la imputación por parte del Ministerio Público  deben ser abiertas de oficio, de manera perentoria, y hacerse extensivas a todas las personas presuntamente incursas en este abominable delito.

Siendo también evidente que al solicitar la intervención de la OEA la Asamblea Nacional ha incurrido en usurpación de las funciones que en materia de política internacional consagra al Presidente de la República el numeral 4 del artículo 236 de la Constitución Nacional, nos manifestamos plenamente de acuerdo con la introducción ante el TSJ, por parte del Ejecutivo Nacional, de un recurso de amparo ante tales las usurpaciones. Es fácil prever que de resultar procedente este amparo la Directiva de la Asamblea persistirá en su contumaz actitud de desacato de la respectiva sentencia, lo cual contribuirá en forma decisiva a agudizar un conflicto de poderes que sólo tendrá solución con la disolución de ese poder  abiertamente contrarrevolucionario e ilegítimo, por vías legales o supralegales, de la mano del poder popular.

Imposible concluir estas notas sin antes mencionar con real entusiasmo la presencia activa en las calles de importantes sectores del pueblo revolucionario organizado (motorizados, transportistas, jóvenes, campesinos, indígenas, etc.), durante todos los días de la semana anterior, en apoyo al gobierno revolucionario y rechazo a las amenazas intervencionistas del imperio. Esta presencia  es el mejor disuasivo contra las bastardas pretensiones de la contrarrevolución nacional y extranjera y por ello debe mantenerse en el futuro, hasta que sea posible conjurar totalmente las terribles amenazas de la actual coyuntura.

¡Sólo el Pueblo salva al Pueblo!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!


Caracas, junio 05 de 2.016
clippor@yahoo.com

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