¿Cómo
podríamos llamarlos?: esquiroles ó patronales
Carlos
E. Lippo
Indagando
sobre las últimas noticias relacionadas con el paro patronal (lock out) de la Cervecería
Polar acabo de leer, con no poca sorpresa, que un grupo de empleados de la
Planta de San Joaquín, la más grande y moderna de las plantas cerveceras de
Lorenzo, su niña bonita a decir de sus empleados, impidió la entrada a las
instalaciones de una comisión de la Guardia Nacional Bolivariana que fungía de
escolta a funcionarios de la Inspectoría del Trabajo y de la SUNDEE que
solicitaban entrar con el propósito de comprobar la inexistencia de insumos
aducida por Lorenzo para cerrar sus plantas y mandar a los obreros a sus casas
con salarios reducidos.
Considero
oportuno resaltar que la figura del “trabajador
suspendido”, aducida por Lorenzo para parar la producción de las plantas,
según lo declarase la directora Marisa Guinand, si bien es cierto que está
contemplada por la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las
Trabajadoras (LOT), exige que sea participada a las Inspectorías del Trabajo
correspondientes a objeto de poder comprobar la veracidad de las causales
invocadas para ello, antes de poder ser aplicada.
También
resulta oportuno señalar que el cierre patronal ilegal de cuatro de las cinco
plantas cerveceras (San Joaquín, Maracaibo, Los Cortijos y Barcelona), ha
afectado a unos 10.000 trabajadores que han sido enviados a sus casas con
sueldos incompletos y sin los beneficios contemplados en la convención
colectiva.
No
puedo negar, tal como dije al comienzo de estas notas, que me causó no poca
sorpresa tanto la absoluta falta de solidaridad de este pequeño grupo de
trabajadores de la Planta de San Joaquín con el resto de sus compañeros, como
su complicidad con el patrono en esa descarada violación de las ley que los
protege a todos, de allí que me
pusiese a pensar sobre el calificativo podría dárseles.
El
primero de los calificativos que se me vino a la mente fue el de “esquiroles”, pero como es sabido, este
término se aplica a aquellas personas que reciben una remuneración a cambio de
romper una huelga; es decir, que aceptan trabajar en una empresa cuya mayoría
de trabajadores han suspendido sus actividades por haberse declarado en huelga,
que no es nuestro caso.
Pasé
entonces a considerar el calificativo de “patronales”,
pero ocurre que ese es el nombre genérico que se da al empleador individual o a
las asociaciones de empleadores y estos trabajadores por más que se
identifiquen con Lorenzo y le jalen sus inmensas pelotas, no son empleadores y
difícilmente podrán serlo algún día, en caso de continuar a su servicio.
Se
me ocurrió entonces aplicarles el calificativo de “esquiropatros”, con la esperanza de que la no repetición de tan
aberrante conducta, en Venezuela o en cualquier otro lugar del mundo, me dispense de tener que someterlo a la consideración
de la Real Academia de la Lengua Española para una eventual inclusión en el
DRAE.
¡Mosca, la Polar está descaradamente “montada”
en un paro insurreccional!
¡La Polar, además de todo, aplica el terrorismo
laboral!
¡Como vengo diciendo desde hace cuatro
años: todos a boicotear a la Polar!
Caracas,
mayo 02 de 2.016
clippor@yahoo.com
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