domingo, 20 de marzo de 2016



¿Hasta dónde habrá de llegar Mister Obama en su bronca en contra de Venezuela?
Carlos E. Lippo


El primer día de la semana que hoy termina Barack Obama perpetró su más reciente acción injerencista en contra de Venezuela, al ofrecer a ese esperpento mediático que es la cadena CNN en Español, unas infamantes declaraciones en las cuales destacan frases como éstas (1): "Francamente, ahora mismo estamos preocupados por el estado de su economía (la de Venezuela)", diciendo más adelante, "… eso está directamente conectado con los desafíos de la gobernabilidad, y cuanto antes pueda el pueblo venezolano determinar un Gobierno que ellos confíen en que es legítimo y que pueda comenzar a implementar políticas económicas que los saquen de la espiral en el que están, mejor será para todos nosotros".

Resulta oportuno destacar la gravedad que encierra en sí mismo el hecho de que el primer mandatario de un país que oficialmente no está en guerra con el nuestro y que por más señas fue electo para su segundo mandato en 2.012 con un porcentaje de votos populares similar al que eligió a nuestro presidente en el 2.013, se permita arrojar dudas sobre su legitimidad de origen y se atreva a promover su derrocamiento con tanto desenfado. Tanto más grave resulta este hecho si se toma en consideración que tan sólo hace una semana el mismo personaje, en su condición de presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, renovó por un año la orden ejecutiva que cataloga a Venezuela como una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad de su país.

Sin embargo, considero que para poder apreciar el real impacto que podrían tener ambas acciones sobre la estabilidad y la integridad de nuestro país es conveniente intentar un pequeño análisis acerca del alcance de las mismas, así como un breve recuento histórico:

  • La declaración de emergencia nacional por “inusual y extraordinaria amenaza” es una categoría  contenida en el cuerpo legal estadounidense dedicado a Poderes Económicos de Emergencia Internacional. Luego de que un país es declarado amenaza a la Seguridad Nacional, se activan las atribuciones legales del presidente que le permiten establecer restricciones y prohibiciones comerciales y financieras e inclusive hasta de confiscación de los activos de los nacionales de dicho país que se encuentren en jurisdicción estadounidense (2); en suma, que le permiten  decretar hasta un bloqueo económico, financiero y comercial, similar al de Cuba, en contra del país objeto de la declaración. No obstante, en nuestro caso no ha sido necesario decretar formalmente un embargo financiero amparado en la orden, pues su sola emisión ha bastado para impedir que el país y PDVSA tengan acceso a los mercados internacionales para obtener dinero fresco, así como para impedir que se haya podido lograr una reestructuración de la deuda que permita aliviar su carga.

  • En años recientes Estados Unidos ha calificado como “amenaza para la Seguridad Nacional” a los siguientes países: Irán, Birmania, Sudán, Rusia, Zimbabue, Siria, Bielorrusia y Corea del Norte; e históricamente la misma legislación ha sido utilizada contra Irak (1.990), Afganistán (1.999 a 2.002), Liberia (2.001), Sierra Leona (2.004), Libia (1.986 a 2.004),  Yugoeslavia (1.992 a 2.003), Nicaragua (1.985 a 1.990), Haití (1.991 a 1.994) y Panamá (1.988), entre otros países. Siendo necesario establecer que la Ley de Emergencia Internacional de Poderes Económicos  permite al presidente sólo aplicar sanciones económicas, por lo que en aquellos escenarios en los cuales ha habido intervención militar, ha sido necesario llevar a cabo otros pasos legales y procedimientos diferentes.

  • El 26 de febrero de 2.011 Barack Obama, en una conversación telefónica sostenida con Angela Merkel, ampliamente difundida por la oficina de prensa de la Casa Blanca, aseguró que el Coronel Gadafi, líder indiscutible del valiente pueblo libio, debía abandonar su país, utilizando para ello las siguientes palabras: "… cuando el único medio que tiene un líder para mantenerse en el poder es el uso de la violencia contra su propio pueblo ha perdido la legitimidad para gobernar y debe hacer lo que es correcto para su país marchándose ahora" (3). Es un hecho comprobado que eso que Obama llamaba “su propio pueblo”, eran mercenarios extranjeros que pasando a través de la frontera con Egipto habían logrado tomar grandes sectores de Bengasi y se aprestaban a seguir rumbo a la capital Trípoli. Apenas 21 días después comenzaron los ataques navales y aéreos de los países de la OTAN que en menos de seis meses sirvieron de marco al infame asesinato del Comandante, a manos de mercenarios extranjeros, y redujeron a escombros al país más próspero e igualitario de todo el continente africano.

  • El 18 de agosto de 2.011, antes de iniciar unas vacaciones en un exclusivísimo balneario de la costa este, Obama pidió por primera vez la salida del mandatario de Siria, Bashar Al Assad, al considerar que se había convertido en un “impedimento para la transición democrática” en su país, a la sazón invadido por ejércitos mercenarios a través de todas sus fronteras terrestres. En este caso las palabras usadas fueron: “… hemos dicho consistentemente que el presidente Assad debe conducir la transición democrática o hacerse a un lado. Por el bien del pueblo sirio es tiempo de que el presidente Assad se vaya” (4). Después de más de cuatro años de heroica resistencia del pueblo sirio, el presidente Al Assad continúa en el poder, sin embargo la furia criminal de los mercenarios criados y mantenidos por el imperio ha generado más de 250.000 víctimas mortales así como la destrucción de casi toda la infraestructura física de ese hermosísimo país.

Considero que en nuestro caso particular no se trata de que Obama tenga hacia nosotros una suerte de fijación psicótica, se trata si de una explicable reacción ante el hecho de que como nunca antes el imperio se ha visto amenazado de perder el férreo control que desde hace casi un siglo ha venido detentando sobre los países de Nuestramérica, cuyo territorio llama petulantemente “su patio trasero”, gracias a la irrupción por vía de elección popular de un conjunto de gobiernos de carácter progresista de distinta naturaleza, entre los cuales destaca el nuestro, empeñado en construir el socialismo en momentos en los cuales en el norte industrializado pretendían estar acudiendo al fin de la historia, así como también gracias a la presencia en nuestra región de dos grandes potencias mundiales extra continentales, Rusia y China, que han logrado establecer estrechas vinculaciones con estos gobiernos a través de un sinnúmero de proyectos de desarrollo económico de  mediano y gran alcance y de no pocas alianzas de carácter militar.

Se trata también de que Mister Obama envalentonado por los fraudulentos triunfos electorales alcanzados por las fuerzas locales que le son incondicionales en Argentina, Bolivia y en nuestro propio país, que sus áulicos se adelantan a considerar arrogantemente como el fin de lo que han dado en llamar “el ciclo progresista latinoamericano” y en medio de la angustia que le genera el saber que sus días en la presidencia si están irremediablemente contados, tiene prisa por lograr que sus cipayos locales logren la defenestración del Presidente Maduro por vías seudo constitucionales; logren crear el clima violencia generalizada que haga posible la acción exitosa de las fuerzas paramilitares enquistadas desde hace años en nuestro país, procedentes de Colombia; o que de una vez se declaren como lo incompetentes que efectivamente son, para poder dar luz verde a las fuerzas multinacionales que bajo sus órdenes vendrían a “socorrernos” en medio de la artificiosa crisis humanitaria que han intentado promover desde la Asamblea.

No es desestimable tampoco el considerar que con este significativo aunque no inusitado apoyo a nuestra contrarrevolución Obama esté pretendiendo levantar su menguada popularidad en el seno de la fauna variopinta de Miami, disgustada por sus iniciativas de “normalización” de las relaciones con Cuba, ya que su voto es más que importante para asegurar el triunfo de su ex secretaria de estado en las elecciones primarias del partido demócrata y para poder lograr un eventual triunfo sobre el candidato neofascista republicano Donald Trump.

En cualquier caso, la respuesta inequívoca a la pregunta que sirve de título a estas notas, es que Mister Obama o su sucesor o sucesora en la presidencia del imperio, habrán de estar intentando el quebrarnos el espinazo hasta que, bajo un supuesto negado, logren su propósito o hasta que en una clamorosa acción conjunta con todos los pueblos dignos de Nuestramérica logremos derrotarlos y reducirlos al interior de sus vastas fronteras.

¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!


Caracas, marzo 20 de 2.016




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