Se está
buscando acelerar el proceso de la intervención humanitaria en Venezuela
Carlos E. Lippo
"La milicia
estadounidense ha advertido consistentemente que Siria no es Libia"
Mark Mardell, corresponsal
de la BBC en Washington.
El
grotesco e inútil bombardeo ejecutado sobre Siria por Estados Unidos, Francia y
el Reino Unido durante la madrugada del pasado sábado 14 de abril, sin
aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que a priori lo define como
ilegal por violatorio de la carta fundacional de la organización, parece haber
llenado de euforia a la contrarrevolución venezolana, especialmente a aquella
que “lucha a brazo partido” desde la
comodidad de un teclado, aquí o desde Estados Unidos España, Colombia o
cualquier otro lugar del planeta, a la que se le hace agua la boca y se frota
las manos pensando que algo similar pudiese ocurrir con Venezuela.
Sostenemos
que el bombardeo ejecutado por la coalición de los tres miembros de la OTAN,
que son a su vez miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, fue
una acción grotesca, con base en los siguientes hechos:
·
Como si fuese una gran
hazaña bélica, el bombardeo fue anunciado por la Casa Blanca, con bombos y
platillos, días antes de ser ejecutado aunque como es su costumbre,
posteriormente lo negaran; y es que el propio emperador Trump, convencido de la
derrota que experimentaría en la VIII Cumbre de las Américas en el caso de
solicitar el apoyo para una intervención militar en Venezuela, optó por no ir a
tal evento alegando que tenía que quedarse en casa para “supervisar” los bombardeos (1).
·
A menos de 24 horas de
ejecutarlo, James “perro rabioso”
Mattis, el propio jefe del Pentágono dijo ante el senado norteamericanos que
ellos no tenían ningún indicio de que el supuesto ataque con armas químicas que
se pretendía castigar, hubiese sido perpetrado por las fuerzas de Al Assad (2),
mientras los reyezuelos de las otras dos potencias agresoras, Theresa May y Emmanuel Macron, que si decían tener pruebas, se
desvivían por mostrarlas aunque nunca lo hicieron.
·
La infame acción fue
perpetrada mientras existían serias dudas expresadas por la cancillería rusa (3)
de que el supuesto ataque químico de Duma hubiese sido
perpetrado por las fuerzas de Al Assad o que simplemente éste hubiese ocurrido
y no fuese un montaje como posteriormente se demostró que lo era, por medio de
varios videos grabados por supuestas víctimas del hecho (4).
·
El alevoso ataque fue
perpetrado antes de que inspectores de la OPAQ (Organización para la
prohibición de Armas Químicas) asignados por la ONU para
investigar el caso comenzaran su trabajo (3);
siendo oportuno señalar que después de efectuada la investigación no
encontraron ninguna muestra que les
indicara la presencia de las supuestas armas químicas, ni mucho menos las
declaraciones de las supuestas víctimas, poniendo en evidencia a los
mandatarios de EE.UU., Inglaterra y Francia como los auténticos canallas que son.
·
El ominoso bombardeo que
simplemente pasará a la historia como un “falso
positivo” más, del mismo corte que la falsa denuncia de la presencia de
armas de destrucción masiva en manos de Sadam Hussein, que sirviese de pretexto
para destruir a Irak, sólo se salvó de ser rechazado en el Consejo de Seguridad
de la ONU por proposición de Rusia, debido a la infausta presencia como miembros
temporales de dos sumisos miembros de la OTAN (Polonia y Países Bajos) y uno
que está pujando por serlo (Suecia) así como de dos de los países más cipayos
del planeta (Perú y Kuwait), que sumados a los votos de los tres miembros
permanentes involucrados, hicieron posible obtener la mínima votación requerida
de ocho votos.
Nos
atrevemos a decir que fue un bombardeo totalmente inútil desde el punto de
vista de los objetivos que sus autores le asignaron, por las siguientes
razones:
·
Por haber sido exitosamente
repelido por el heroico ejército sirio, que logró derribar 71 de los 103
misiles disparados por la alianza atlántica (3),
y ello sin contar con sistemas de armas modernos como los S-300 de los que
dispone nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), pues es ahora cuando
Rusia ha hablado de la posibilidad de suministrárselos.
·
Por no haber quebrantado en
lo más más mínimo la férrea voluntad de resistir del heroico pueblo sirio, que
cuando dejaron de caer los misiles salió jubiloso a las calles a testimoniar
que seguía en pie de lucha, apoyando irrestrictamente al gobierno
revolucionario.
·
Porque en el mejor de los
casos, con tanto riesgo como el que corrieron, de precipitar al mundo en una atroz
y terminal conflagración mundial, sólo alcanzaron a darle un respiro momentáneo
a sus mercenarios, que a no dudarse pronto habrán de ser desalojados totalmente
del territorio sirio.
Decimos que la contrarrevolución está buscando acelerar una
intervención militar “humanitaria” en
nuestro país, similar a la de Siria, a causa del tratamiento absolutamente
apologético que han dado a dicho bombardeo: www.venepress.com,
www.prodavinci.com, www.runrún.es y www.panampost.com, que son sin duda alguna
sus portales web más “exquisitos”.
Una constante que se observa en todos ellos es que han
dejado de lado el asqueroso eufemismo según el cual la “intervención humanitaria” del imperio como la que ellos llevan
años solicitando, habría de ser un generoso reparto de alimentos y medicinas,
casi en medio de unos coloridos juegos florales, para pasar a justificarla como
lo que realmente es: una intervención militar con todos los
hierros.
Es así que el portal panampost.com publica una entrevista
con el abogado internacionalista Mariano de Alba (5),
quien como un novísimo descubridor del agua tibia dice que aunque dicho ataque
no ha sido legal, ya que para serlo ha debido ser aprobado previamente por el
Consejo de Seguridad o ser un caso de legítima defensa, según su criterio fue
sin embargo una acción “moralmente
correcta”. ¡Asombra verdaderamente, ver tanta “sapiencia jurídica” desbordada!
Finalmente,
este “genio” de la juridicidad
internacional remata diciendo que efectivamente
una intervención humanitaria en Venezuela podría tratarse también de una acción
“moralmente correcta”; para
seguidamente lanzar esta perla: “Lo que
por el momento priva a Estados Unidos, es un tema presupuestario y que no
quiere enfrentarse con el resto de los gobiernos de la región, que no están de
acuerdo con ninguna intervención en Venezuela”.
El
portal venepress.com pretende llegar mucho más lejos y es uno de sus más
conspicuos articulistas, quien de la mano de Michael Walzer, el filósofo y
profesor de Harvard, reputado “justificador
teórico” de las intervenciones militares gringas, inicia un artículo
diciendo lo siguiente: “Una intervención
humanitaria es una intervención militar que se justifica por sus propósitos o
intenciones humanitarias. A diferencia de la ayudas humanitarias que son
solicitadas por gobiernos que cooperan con todos los recursos disponibles para
su distribución, las intervenciones son ejecutadas contra la voluntad de los
gobiernos quienes usan todas las fuerzas a su alcance para impedirlas” (6). Para
proseguir con un farragoso discurso que convenientemente deja de lado a Walzer
cuando éste plantea cosas como que una intervención moralmente justificada
requiere de “La ausencia de intereses
personales por parte del Estado que va a encabezar la intervención, así como de
cualquier otro que pretenda unirse y participar en ella”; así como que “El objetivo de una injerencia no es, por
tanto, apoyar las aspiraciones de una comunidad que pretende emanciparse, ni
contrarrestar una intervención previa dentro de un conflicto, sino detener un
comportamiento que conmueve la conciencia de la humanidad: fundamentalmente supuestos
de masacre o esclavitud” (7). Requisitos ambos que jamás
podrían ser cumplidos por una intervención gringa en Venezuela cuyo evidente
propósito sería apoderarse de nuestros hidrocarburos y demás recursos minerales
de carácter estratégico, así como llevar al poder a los nacionales vendepatria
capaces de garantizarles semejante despojo.
Coincidiendo
con estos representantes de la contrarrevolución, que ahora escriben liberados
de todo tapujo, debo reiterar que los gringos no nos han invadido todavía porque
no teniendo el valor necesario para hacerlo solos, no han conseguido apoyo ni
siquiera entre los gobiernos más incondicionales del tristemente célebre “Grupo de Lima” y que la invasión habrá
de tomar la forma de una “intervención
humanitaria”.
El
primero de los supuestos ha recibido una nueva y siempre útil comprobación en
lo confiado por Evo Morales a Walter Martínez en una vibrante entrevista para
el programa “Dossier” (8) del
pasado 17 de abril, en relación a que en la reciente Cumbre de las Américas se
le acercó un presidente latinoamericano, acompañado de otro, para decirle que
Trump había solicitado a cuatro presidentes latinoamericanos que intervinieran
militarmente en Venezuela, en septiembre pasado, días después de que en agosto
nos amenazase con una intervención militar. El segundo de los supuestos deriva
de que sería ésta la única forma de intentar cualquier tipo de justificaciones
ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Sin
entrar a analizar el hecho de que la negativa de los gobiernos latinoamericanos
compelidos a acompañar a los gringos en esta aventura pueda ser un hecho
inmutable en el tiempo, debo decir que existe un gobierno que aparte de
quejarse lastimeramente como es su costumbre cuando es pillado en falta, no
está en posición de negarle absolutamente nada a los gringos, cual es el
gobierno burgués colombiano. Por ello es que debo reiterar por enésima vez que
la intervención militar del imperio habrá de iniciarse por la frontera
colombiana.
El
hecho de que Colombia deba ir a elecciones en el próximo mes de mayo, que a
juicio nuestro lamentablemente habrán de decidirse a favor de la ultraderecha
en una primera vuelta, nos otorga una especie de moratoria de la invasión hasta
que el nuevo gobierno se instale.
Sin
embargo, responsablemente considero necesario alertar sobre las posibles
implicaciones de la participación de la fuerza aérea colombiana conjuntamente
con la estadounidense, entre el 13 de julio y el 03 de agosto, en el ejercicio
aéreo “Red Flag” 2018 (Bandera Roja),
que es un ejercicio avanzado de entrenamiento de combate aéreo que se lleva a
cabo en la Base Aérea de Nellis (Nevada) y en la Base de Eielson (Alaska), que a
decir de la página militar colombiana http://www.webinfomil.com,
este año contempla una simulación de combate global contra las fuerzas de una
gran potencia (Rusia, China o Irán), en un hipotético teatro de operaciones en
el cual no esté disponible la señal de GPS (9).
Porque
es que la guerra avisada también mata soldados.
¡A emular el heroísmo del
glorioso hermano pueblo de Siria!
¡Hasta
la Victoria Siempre!
¡Patria
o muerte!
¡Venceremos!
(9)
http://www.webinfomil.com/2018/02/fuerza-aerea-colombiana-pospone-participacion-red-flag-2018.html
celippor@gmail.com
Caracas, abril 21 de 2018
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