Hemos
sobrevivido a la Semana Santa aunque persiste el asedio del imperio
Carlos E. Lippo
Si se respeta y aplica la
Carta de las Naciones Unidas con transparencia y sinceridad, sin segundas
intenciones, como un punto de referencia obligatorio de justicia y no como un
instrumento para disfrazar intenciones espurias, se alcanzan resultados de paz.
Cuando, en cambio, se confunde la norma con un simple instrumento, para
utilizar cuando resulta favorable y para eludir cuando no lo es, se abre una
verdadera caja de Pandora de fuerzas incontrolables
Jorge Mario Bergoglio, el
Papa Francisco
En
nuestro anterior artículo titulado “Resistiendo
estoica y exitosamente el criminal asedio del imperio” (1), además
de hacer un resumen de las acciones de asedio del imperio durante la semana
inmediata anterior y de exponer las razones por las cuales considerábamos que
estábamos resistiéndolas exitosamente, dábamos una voz de alerta ante la
posibilidad de que el imperio intentase su anunciada intervención militar
aprovechando el asueto de la Semana Santa Católica, tal como lo ha hecho
innúmeras veces en países de religión islámica, durante la celebración del
sagrado mes del Ramadán.
En
la presente Semana Santa, según cifras aportadas por el ministro del poder
popular para el ecosocialismo y aguas, se movilizaron en búsqueda de
esparcimiento, unas 9.699.431 personas (2),
lo que representa del orden del 33 % de la población nacional; tratándose de
una cantidad muy cercana a las 10.427.700 personas que se movilizaron durante
el mismo período en el año 2017, y que en todo caso sirve para desmentir la existencia
de la supuesta crisis humanitaria en la que estaríamos sumidos según los
voceros nacionales e internacionales de la contrarrevolución, así como el
exagerado número de supuestos migrantes a causa de ella, que algunas fuentes
opositoras sitúan alegremente hasta en 4 millones de venezolanos.
Afirmo
que hemos logrado sobrevivir a la Semana Santa porque comienzo a escribir estas
líneas estando en mi casa y al comienzo de la tarde del llamado “Domingo de Resurrección”; sostengo que aún persiste el asedio del
imperio, porque aunque su alta dirección parece haberse tomado unos días de
asueto en relación a Venezuela y Latinoamérica, no han dejado de asediarnos en
lo más mínimo, sólo que de manera más sutil, valiéndose de los principales
voceros de organizaciones internacionales como la ONU y la Unión Interparlamentaria
Mundial (UIP), así como de los gobiernos de países cipayos de segundo orden
como Suiza y Panamá, que pretendiendo sancionar a algunos dirigentes de la
revolución que ejercen o han ejercido cargos de gobierno, se han sumado al
grupo de países que tratando de emular a los Estados Unidos se “masajean el ego” creyendo que sus leyes
tienen carácter extraterritorial.
En
efecto, en lo que atañe al mencionado supuesto asueto del imperio en relación a
Venezuela y Latinoamérica, debo decir que tras mi acostumbrado recorrido por
los principales navegadores de la red, sólo he podido identificar como posibles
ataques, dos casos: el primero, unas declaraciones del senador “Narco Rubio” (3), que
más que un ataque hacia nosotros constituyen un verdadero autoataque, ya que en
ellas amenaza con defenestrar al encargado de negocios, Todd Robertson, por
unas declaraciones en las cuales este halcón, trocado en cándida paloma a
juicio suyo, había señalado: “Hay varias
teorías sobre los resultados de las elecciones y al final los venezolanos van a
decidir si las elecciones tienen credibilidad o no, y nosotros vamos a esperar la
decisión de los venezolanos” (¿!); el
otro se trata de la presencia en Ecuador de dos funcionarios del Comando Sur de
los Estados Unidos, con el pretendido propósito de planear junto al pastoso gobierno
de Moreno, la forma de modificar la actual constitución y así poder reinstalar
la base militar de Manta, desmantelada por el gobierno de Rafael Correa y la
Revolución Ciudadana, tal como se desprende de unas declaraciones del
escualidísimo parlamentario Paco Moncayo, excandidato presidencial de la
llamada centroizquierda y amigo del presidente Lenin Moreno, tan patéticas como
él mismo: “… sacar la base de Manta y no
tener con qué reemplazarla fue tonto e irresponsable”, agregando
seguidamente : “… dejaron el país en la
indefensión contra amenazas tan terribles como el narcotráfico” (4).
En
lo que respecta a los ataques efectuados a través de funcionarios de organismos
internacionales podemos mencionar:
·
Un comunicado del alto
comisionado de los DDHH de la ONU, el saudita Zeid Ra'ad Al Hussein, quien
acostumbrado a atacar falsamente a Venezuela por el tema de los derechos
humanos, insta al gobierno venezolano a realizar una “investigación pronta, efectiva y exhaustiva” (5), sobre un lamentable suceso acaecido en
un centro de detención de Policarabobo; haciéndolo al día siguiente al que el
fiscal general de la república había designado ya a cuatro fiscales del
ministerio público, según lo diese a conocer a través de su cuenta Twitter,
investigación que el día de ayer había resultado en la detención, como
indiciados, de cinco funcionarios del citado cuerpo policial (6).
Siendo oportuno señalar que tan “diligente”
funcionario ni siquiera había querido darse por enterado de los terribles
ataques del ejército israelí a pacíficas manifestaciones de pobladores
palestinos en la Franja de Gaza, desde comienzos de esta semana, de tal manera
que el propio secretario general de la ONU, Antonio Guterres, debió solicitar
una investigación independiente de los hechos, que adicionalmente fueron
tratados en una sesión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la organización,
en la que se instó al gobierno israelí a cumplir sus responsabilidades en
conformidad con los derechos humanos (7).
También es oportuno señalar que el lamentable suceso ha sido provechado por la
contrarrevolución para orquestar una intensa campaña en la que han participado
desde la exfiscal general Luisa Ortega Díaz desde el sitio donde se encuentra
refugiada, pasando por todos los portales web de la contra, hasta el inefable
cardenal Urosa Savino y la propia Conferencia Episcopal, quienes en medio de
los deberes propios de la Semana Santa, lograron “sacar tiempo” para atacar al gobierno en profundidad; algo que independientemente
de la monstruosidad del hecho y de las responsabilidades que puedan tener los
custodios del centro penitenciario, arroja dudas sobre su carácter espontáneo.
·
La introducción ante la
Corte Internacional de Justicia de La Haya de una solicitud para dilucidar el
conflicto limítrofe con Venezuela, por parte del gobierno de Guyana, con el
apoyo financiero público y notorio y comunicacional de la Exxon Mobil (8);
solicitud que según el comunicado emitido oportunamente por nuestra cancillería
violenta el preámbulo del Acuerdo de Ginebra de 1966, el cual establece,
taxativamente, que la controversia debe ser “amistosamente
resuelta en forma que resulte aceptable para ambas partes”, al mismo tiempo
que vulnera su Artículo I, dado que no conduce a “soluciones satisfactorias para el arreglo práctico de la controversia”
(9). En
otro aparte dicho comunicado a la vez que insta al gobierno de Guyana a retomar
la senda del Acuerdo de Ginebra, le señala enfáticamente que recurrir al
arreglo judicial para dirimir la controversia, resulta inaceptable, estéril e
inaplicable, dado que la República Bolivariana de Venezuela no reconoce como
obligatoria la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia, y en este
sentido, ha sido siempre consecuente con su posición histórica de hacer expresa
reserva o no ser signataria de ningún instrumento jurídico internacional que
contenga cláusulas compromisorias que otorguen jurisdicción obligatoria a la
referida Corte. Sostenemos que esta
solicitud del gobierno de Guyana constituye un ataque más del imperio porque la
misma se basa en una decisión previa del secretario general de la ONU, que
excediéndose en sus competencias como “Buen Oficiante”, conferidas por las dos
partes, propuso el arreglo judicial del desacuerdo limítrofe; decisión que fue
oportunamente desestimada por Venezuela.
·
Unas groseras y extremadamente
injerencistas declaraciones del secretario general de la Unión
Interparlamentaria Internacional, el camerunés Martin Chungong, reconocida
ficha del imperio, en el marco de la última jornada de la 138 Asamblea de la
organización, en las cuales desliza frases como éstas: “… exijo
a las autoridades venezolanas que cesen el acoso y los ataques contra la
oposición, y que responsabilicen a los culpables de abusos en el pasado…” y
“…"existe una amenaza real en
Venezuela y seguiremos presionando en el interés de la democracia…" (10);
siendo oportuno y conveniente señalar que las destempladas declaraciones del
tarifado Chungong se producen a pesar de que previamente el plenario de la Asamblea
había rechazado una propuesta de la representación opositora de la AN, que
había sido considerada injerencista (11).
Considero
importante llamar la atención sobre el hecho de que los dos primeros
señalamientos constituyen una indudable demostración de que la Organización de
Naciones Unidas (ONU) se encuentra ya casi convertida en otro ministerio de
colonias del imperio.
En
el marco del mismo plan de ataque del imperio por interpuestas personas y
organizaciones es necesario reseñar:
·
Un embargo de venta de armas
(¿!), decretado por el Consejo Federal de Suiza (12),
acompañado de: una prohibición de la venta, el suministro, la exportación y el
tránsito a Venezuela de bienes que puedan utilizarse para la represión interna;
igual prohibición sobre los equipos, tecnología y software que se puedan usar
para monitorear e interceptar las comunicaciones por Internet y por teléfono; y
además unas sanciones individuales sobre los patriotas: Néstor Reverol,
Diosdado Cabello, Tibisay Lucena, Maikel Moreno, Gustavo González, Antonio
Benavides y Tarek William Saab. Sanciones
que juzgamos prácticamente ineficaces, aunque con su promulgación el
habitualmente comedido y neutral estado suizo se suma a la Unión Europea (UE)
en su actitud genuflexa ante los
dictados del imperio.
·
Unas sanciones financieras y
económicas contra más de 50 altos cargos del gobierno venezolano por ser
considerados “de alto riesgo en materia
de blanqueo de capitales, financiamiento del terrorismo y financiamiento de la
proliferación de armas de destrucción masiva“ (¿!) (13),
decretadas por el gobierno de Panamá, el primero de los gobiernos
latinoamericanos que lo hace, convirtiéndose así en el más arrastrado entre todos
los cipayos latinos del imperio. Nos
preguntamos si este gobierno entreguista que vive prácticamente de la economía
criminal, sería capaz de tomar una medida similar en contra de los bancos privados
venezolanos que tienen funcionando allá una gigantesca “lavadora” de dinero, así como contra los no pocos opositores
corruptos venezolanos que tienen años contribuyendo con el pretendido “milagro económico panameño”.
Ya
finalizando considero oportuno señalar que estas variantes en la línea de
ataque no significan en modo alguno que el imperio vaya a abandonar su habitual
actitud de asedio directo en nuestra contra, ni mucho menos que haya desistido
de lo que constituye su máxima aspiración, cual es la conformación de una
fuerza multiestatal conjunta para poder ejecutar su pretendida intervención
militar.
¡Hasta
la Victoria Siempre!
¡Patria
o muerte!
¡Venceremos!
celippor@gmail.com
Caracas, abril 01 de 2018
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