¡Alerta, que
el Secretario General de la ONU nos está amenazando con una “intervención humanitaria”!
Carlos E.
Lippo
La
implosión de Venezuela en medio de una aguda crisis económica, que como todos
sabemos, ha sido orquestada por su propio gobierno, fue una auténtica obsesión
para el anterior jefe del Comando Sur, John Kelly, a todo lo largo del último
año de su gestión. Así lo declaró en una audiencia del senado de su país celebrada
en marzo de 2015, haciendo uso de las siguientes palabras: … Venezuela está “cerca del colapso y de implosionar” debido
a su “triste” situación económica (1).
Adicionalmente
ocurre que ese mismo infausto funcionario gringo, a finales del mes de octubre
pasado, a menos de seis semanas de la celebración de las elecciones legislativas,
señaló durante una entrevista a CNN en Español que él pensaba en Venezuela 40
segundos al día y que él oraba por el pueblo venezolano porque “estaba sufriendo terriblemente”; hipócrita
señalamiento que no podría provocar más que risa de no ser porque al término de
la misma entrevista sostuvo que otra cosa que le preocupaba de Venezuela era
que se pudiese presentar una “una crisis
humanitaria importante”, aseverando luego que de la única forma que pudiese
haber una intervención militar, se entiende que de las fuerzas bajo su mando, era
que una instancia internacional como la ONU o la FAO la solicitara (2).
El
General Kelly entregó la jefatura del Comando en enero de 2016 sin poder haber
visto satisfecha su profecía autocumplida en relación al estallido de una
crisis humanitaria en Venezuela, sin embargo su sustituto el Almirante Kurt
Tidd rápidamente ya la ha hecho suya, como puede comprobarse de la lectura del
quinto de los objetivos del documento “Venezuela
Freedom-2 Operation - Phase preceding - Executive summary. 25.2016,
February/Admiral Kurt W. Tidd, Commander U.S. Southern Command (SOUTHCOM)”,
tantas veces citado en artículos anteriores, que en uno de sus párrafos señala
de modo taxativo: “Especial interés
adquiere en las actuales circunstancias, posesionar la matriz de que Venezuela
entra en una etapa de CRISIS HUMANITARIA por falta de alimentos, agua y
medicamentos, hay que continuar con el manejo del escenario donde Venezuela
está cerca del colapso y de implosionar, demandando de la comunidad
internacional una intervención humanitaria para mantener la paz y salvar
vidas”.
Siendo
oportuno señalar que es en estricto cumplimiento de este punto del guion que la
fracción cipaya de la Asamblea Nacional declaró la crisis humanitaria en el
sector salud a finales del mes de enero (3), y que
además la dirigencia de la contra ha venido estimulando el robo de medicamentos
en instituciones públicas del sector y ha venido promoviendo el recrudecimiento
de la falsa campaña mediática en contra de los hospitales del estado.
Tomando
en consideración tan funestos antecedentes resulta más que razonable y
necesario el encender todas las alarmas a partir de unos recientes
señalamientos del Secretario General de la ONU, el coreano Ban Ki-Moon,
contenidos en unas declaraciones ofrecidas a seis de los más importantes medios
de divulgación de noticias argentinos durante una rueda de prensa celebrada el
pasado martes 09 de agosto en el “Parque
de la Memoria” de la ciudad de Buenos Aires.
El
caso es que este funcionario tarifado del imperio, que por sus más de diez años
de complicidad con las mayores tropelías de los miembros de la OTAN y del
sionismo internacional debería ser llamado más bien Yanky Moon, no tuvo el más
mínimo empacho en señalar, refiriéndose a nuestro país (4): "Estoy muy preocupado por la situación
actual, en la que las necesidades básicas no pueden ser cubiertas, como la
comida, el agua, la sanidad, la ropa, no están disponibles. Eso crea una crisis
humanitaria en Venezuela. Toda esta situación está creada por la inestabilidad
política. Y antes que nada tiene que haber estabilidad política. La
ONU está lista para ayudar, pero las potencias y los organismos regionales ya
están comprometidos."
Analizando
con el detalle que se merecen estas declaraciones del máximo funcionario de
esta organización internacional formada
por 192 países independientes, que en principio deben reunirse libremente para
trabajar juntos en favor de la paz y la seguridad de los pueblos, así como para
luchar contra la pobreza y la injusticia en el mundo, es posible extraer las
siguientes conclusiones:
- Es imperdonable el “desconocimiento” del que estaría haciendo gala el señor secretario al ignorar un muy reciente pronunciamiento de Marcelo Resende, representante en Venezuela de la FAO (Organismo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), quien el pasado 19 de julio en el marco de una reunión de trabajo del organismo que representa con funcionarios del Estado Mayor de los CLAP, de la Fundación Programa de Alimentos Estratégicos (FUNDAPROAL) y del Instituto Nacional de Nutrición, aseguró que el país no está en condición de tener que recibir ayuda humanitaria, al mismo tiempo que aplaudió “la extraordinaria acción del Gobierno Bolivariano al crear los CLAP con el Poder Popular” (5).
- Es desde todo punto de vista censurable que un funcionario de tan alta investidura haga suyos los argumentos de la contrarrevolución venezolana, como una supuesta inestabilidad política, para fundamentar su falso planteamiento de crisis humanitaria y cometer una acción injerencista de tan alto calibre.
- Es totalmente inaceptable el que nos esté amenazando con una intervención del país en la cual estarían comprometidas “las potencias mundiales” y los “organismos regionales”, en abierta y descarada coincidencia con la estrategia del Comando Sur que tantas veces hemos comentado.
Considero
que esta “ayuda humanitaria” que nos
pretenden brindar, al no haber sido solicitada ni mucho menos aceptada por el
gobierno revolucionario en representación del Estado Venezolano, tendría que
ser ejecutada con apoyo de fuerzas militares de la misma naturaleza de las que
se utilizan para ejecutar las llamadas “Misiones
Humanitarias”, “Misiones de Paz” o “Misiones
de Estabilización” de la ONU, tal como la MINUSTAH (Misión de las Naciones
Unidas para la Estabilización en Haití), iniciada en el 2004 después de la
intervención militar conjunta de Estados Unidos, Canadá, Francia y Chile que
derrocó al Presidente Jean-Bertrand Aristide, para la cual se ha desplegado un
contingente de aproximadamente 7.000 efectivos militares, provenientes de
Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Croacia, Ecuador, El
Salvador, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Guatemala, Honduras, Italia,
Jordania, Nepal, Pakistán, Paraguay, Perú, Sri Lanka y Uruguay (6).
Como
dato anecdótico pero altamente demostrativo de la actual correlación de fuerzas
en Nuestramérica vale la pena mencionar que doce de estos mismos países (Argentina,
Brasil, Paraguay y Honduras, que hasta hace poco contaban con gobiernos
progresistas; Chile, Colombia, Guatemala, Costa Rica, Perú y Canadá, siempre
prestos a arrastrarse ante el imperio; Uruguay, siempre falso e hipócrita y por
supuesto USA), formen parte de la infame lista de quince países miembros de la
OEA, que el pasado jueves 11 se reunieron, al margen de los estatutos de la
organización y físicamente fuera de sus instalaciones de Washington, para
cometer un deleznable acto injerencista en contra de nuestro país,
materializado en una resolución que fue divulgada por medio de un comunicado
del departamento de estado gringo, en la que dicen impúdicamente: "Llamamos
a las autoridades de Venezuela a que garanticen el ejercicio de los derechos
constitucionales del pueblo y que los pasos que restan para la realización del
referendo revocatorio continúen de manera clara, concreta y sin demora" (7).
Estimo
que el importante despliegue de fuerzas militares internacionales que sería
necesario implementar para poder “ayudarnos
humanitariamente”, para que pueda tener visos de legalidad tendría que ser
autorizado por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que obviamente
sería rechazada al menos por nosotros que seremos miembros no permanentes de
esa instancia hasta octubre de este año y que con toda seguridad sería
vetada por Rusia y China en su calidad
de miembros permanentes.
Ante
esta situación estimo que es más que probable que la autorización para ejecutar
la pretendida “intervención humanitaria”
nunca sea solicitada en el seno del Consejo de Seguridad, ya que no son pocas
las intervenciones militares que se han realizado sin contar al menos
inicialmente con el aval de este consejo, como en los casos de Afganistán
(2001) e Irak (2003) y de Siria, Yemen, Libia Palestina y Ucrania, entre otros (8).
Lo
que sí es seguro es que previamente a cualquier acción internacional nos tocará
presenciar un amplísimo despliegue mundial del falso prontuario que nos han
venido elaborando para caracterizarnos como una amenaza a la paz regional,
ampliamente aderezado con referencias a la estampida de opositoras gochas que
atravesó la línea fronteriza para adquirir alimentos y medicinas en Colombia en
medio del despliegue del falso corredor humanitario promovido por el gobierno
colombiano el pasado mes de julio (9) y con
la acción de los contrabandistas venezolanos que trataron de llegar a Curazao
en una embarcación artesanal, ridículamente bautizados por los medios de la
contra como “balseros” huyendo de la
supuesta hambruna que estaríamos padeciendo en Venezuela (10).
Tengo
absolutamente claro que hay que evitar a toda costa la materialización de la
amenaza del señor Yanky Moon, pues una vez que una de estas “misiones humanitarias” de la ONU se
instala en un país, es extremadamente difícil desalojarla; ejemplo de ello es
la MINUSTAH, que habiendo sido iniciada en el año 2004 aún se mantiene en ese
infortunado país, habiendo sobrevivido a terremotos, epidemias y a varios
cambios de gobierno producidos incluso por vías electorales.
Considero
que la malhadada intervención podría ser intentada próximamente en medio de un
clima de violencia de características similares al generado con las guarimbas
del año 2014 y es por ello que considero que es necesario abortar de plano
cualquier intento de la contra por reeditar esta terrible experiencia, como
parece que tienen planteado intentar a partir de lo que pomposa y ridículamente
han llamado “mega marcha” y “toma de Caracas”, anunciada para el 01 de
septiembre, con una inusual e innecesaria antelación de cinco semanas, por una
cantidad importante de los voceros de la contra: Capriles, Guevara, Torrealba y
María Machado, entre ellos, por medio de amenazantes declaraciones que todos
estamos en capacidad de recordar.
Sin
embargo, como el imperio tiene prisa por tratar de meternos en cintura,
considero que también es posible que puedan intentarla en los próximos días,
aprovechando la pública y notoria ausencia vacacional de la inmensa mayoría de
los dirigentes de la contra agrupados en
la MUD (11), hecho
que posteriormente ellos utilizarían como coartada, en el marco de su
proverbial hipocresía y falta de responsabilidad, ya que estamos totalmente seguros
de que no harían ninguna falta para generar las guarimbas que desde hace algún
tiempo son montadas casi exclusivamente con efectivos paramilitares y elementos
del lumpen delincuencial.
Ya
para finalizar debo decir que tengo plena confianza en que este tipo de
intervención sería exitosamente enfrentado por la acción efectiva de nuestra
Fuerza Armada Nacional Bolivariana, en combinación con el pueblo organizado en
armas.
¡De pie o muertos, nunca de rodillas!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(11)
https://www.ensartaos.com.ve/es/2016/08/11/cono-de-vacaciones-el-burdel-quedo-solo-hasta-el-portero-chuo-el-ultimo-que-apague-la
Caracas,
agosto 14 de 2016
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