domingo, 3 de abril de 2016



Un General, un Capitán y varias incógnitas que es necesario despejar pronto
Carlos E. Lippo

El general objeto de estas notas es el Mayor General Ej. Miguel Eduardo Rodríguez Torres, brillante profesional militar de la especialidad de infantería con una cantidad importante de cursos de especialización, un Doctorado en Ciencias Administrativas y Gerenciales entre ellos, en cuya biografía publicada en la Wikipedia (1), se destacan hechos como los paso a reseñar a continuación: ocupó el noveno lugar entre los 109 integrantes de su promoción y fue oficial de la Guardia de Honor Presidencial y profesor de la Escuela de Infantería; participó en la rebelión militar del 04F comandando un batallón que intentó tomar “La Casona” y a consecuencia de esta acción estuvo detenido en el DIM y posteriormente en el Cuartel San Carlos; fruto de negociaciones hechas por el Comandante Chávez, reingresa al ejército, alcanzando el primer lugar de un curso avanzado de infantería que le ordenaron tomar al reincorporarse y sirve en la frontera del Zulia entre 1.994 y 1.998; llamado por Chávez desde el mismo día del triunfo electoral de 1.998, inicia su carrera en el área de inteligencia (operaciones clandestinas) siendo miembro de la DISIP de Urdaneta Hernández hasta el año 2.000 cuando es propuesto para el curso de Estado Mayor en el que ocupó nuevamente el primer puesto; designado por Chávez asume la dirección de la DISIP a raíz del golpe de abril, con la tarea expresa de reorganizar a fondo ese cuerpo de inteligencia; al frente de ese organismo, apenas reorganizado, enfrenta exitosamente el paro sabotaje petrolero, la invasión paramilitar de la finca Daktari y las incipientes guarimbas del año 2.004; habiendo reestructurado a fondo la DISIP en el año 2.010, funda por encargo de Chávez el actual Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), cuya dirección siguió desempeñando simultáneamente aun después de ser nombrado Ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz por el Presidente Maduro en mayo de 2.013.

Es claro que siempre se ha tratado de un especialista en operaciones de especiales de inteligencia, que llegó a gozar de tanta confianza por parte de Chávez, que le reportaba directamente en todas las ocasiones en las que tuvo al frente de la DISIP y el SEBIN.

Como Ministro del Interior le tocó enfrentar hechos tan complejos como el de las guarimbas del año 2.014, así como el desvelamiento de las relaciones entre Alvaro Uribe y la violencia terrorista en el país y actividades conspirativas de tanto calado como aquella que se dio en llamar la “Fiesta Mejicana”. En pleno apogeo de las guarimbas, habiendo sido comisionado por el Presidente Maduro para adelantar un diálogo con la oposición señaló en su página web personal, según se recoge en la biografía documentada al inicio de estas notas, que las conversaciones, por parte de la oposición, solo eran una pantalla para ocultar lo que el gobierno consideraba un golpe de estado en cámara lenta.

Sale del Ministerio, con muchísima más pena que gloria, en octubre de 2.014, a causa de una tristísima operación del CICPC en la que fueron victimados, en el marco de un presunto enfrentamiento armado, cinco camaradas del “Frente 05 de Marzo”, entre ellos su líder fundador, José Odremán, cuya prueba de análisis de trazas de disparo realizada por la Unidad Criminalística del Ministerio Público resultó negativa, o sea que nunca llegó a disparar contra la comisión policial (2).

Poco tiempo después de dejar el ministerio da inicio a una campaña de críticas destempladas al gobierno revolucionario a través de su cuenta twitter @RodriguezT4F que es ampliamente replicada por el portal web “laiguana.tv” de su “carnal” Miguel Angel Pérez Pirela, críticas que se han intensificado apreciablemente después del traspiés electoral del 06 de diciembre, al cual se refirió diciendo que ese día tanto la oposición como los chavistas que no votaron se expresaron por “un cambio” (3).

A comienzos de esta semana Rodríguez Torres concede una polémica entrevista (4) al periodista Vladimir Villegas en la cual señala, entre otras cosas que, “El chavismo debe gobernar para 30 millones de venezolanos, y gobernar con todo el mundo, porque el cambio es inherente al ser humano", planteamiento que lo lleva a coincidir en lo fundamental  con una corriente mediática presente actualmente en nuestro país, magistralmente descrita por el Camarada Néstor Francia en un artículo titulado “Las vanas ilusiones de Schemel, José Vicente, Villegas y Puchi” (5), cuyos principales representantes son Oscar Schemel, José Vicente Rangel, Vladimir Villegas y Leopoldo Puchi, aunque creo que se podría añadir a éstos, figuras mediáticas tan vacilantes y nocivas para esta revolución como Miguel Angel Pérez Pirela y Mary Clen Stelling.

Este marcado cambio de rumbo de “nuestro” General no puede menos que concitar interrogantes como las que habré de plantear a continuación:

  • ¿Cómo es que un hombre tan brillante como éste, pero que lógicamente tiene que ser muy odiado por amplios sectores de la contrarrevolución a causa de su identificación con Chávez y su efectividad en combatir el accionar delictivo de la misma, puede identificarse con un supuestamente negado gobierno de unidad nacional, creyendo además que tiene chance de formar parte del mismo?

  • ¿Acaso será que basa sus aspiraciones en un presumible apoyo supranacional derivado del hecho de ser uno de los presuntos traidores a nuestra revolución, tal como lo plantea un informe publicado durante esta semana en este mismo portal (6)?

  • ¿Acaso tendría razón el inefable Nelson Bocagrande, cuando señalaba en medio de las conferencias de paz convocadas por el Camarada maduro en abril de 2.014, que ellos consideraban que el General era de los conciliadores en el chavismo, que por eso mismo se había dicho recientemente que andaba en una agenda personal y que se habría desmarcado de algunos de sus antiguos aliados, entre ellos, Diosdado Cabello (7)?

  • ¿No llama a suspicacia el que Rodríguez Torres no haya sido virulentamente atacado por los voceros del imperio ni mucho menos haya sido sancionado por el gobierno gringo, como si lo ha sido el también Mayor General Gustavo González López (8), actual Ministro de Relaciones Interiores Justicia y Paz y Director General del SEBIN, entre febrero de 2.014 y marzo de 2.015,  cargos que también él desempeño con trayectorias más o menos parecidas en lo fundamental?

Como podrá estar imaginándose el lector a estas alturas, el Capitán objeto de estas notas es el Capitán de Corbeta Leamsy Salazar Villafaña, quien últimamente ha adquirido gran notoriedad por ser un testigo protegido de la DEA y por tener una participación fundamental en la tesis del asesinato de Chávez, en opinión de analistas políticos tan serios como Eva Golinger y Nil Nikandrov y al parecer hasta de su propia señora madre.

Un artículo de Nil Nikandrov publicado en este mismo portal (9) nos permitirá abordar al conocimiento de unos interesantes datos biográficos del hasta ahora muy poco conocido oficial de marina: egresa de la academia naval ocupando el lugar número 27 entre los 55 alumnos de su clase en 1.998; a pesar de este más que modesto rendimiento académico fue designado ese mismo año como plaza del Batallón Caracas, que es una unidad elite de la FANB cuya responsabilidad es prestar seguridad al Ministro de la Defensa y al Alto Mando Militar, convirtiéndose en escolta de su suegro, el Vicealmirante Tito Manlio Rincón Bravo, último Ministro de la Defensa de la Cuarta República, quien ha tenido que tener contactos importantes en los Estados Unidos por ser un oficial graduado en la Escuela Naval de Annapolis (USA), en lugar de la escuela naval de Venezuela.

La incorporación de Salazar Villafaña a la Casa Militar de Chávez, tras su primera elección en 1.998, tendría su explicación por el hecho de que ya formaba parte del grupo de oficiales formados para el servicio de escolta de personalidades y contaba con la experticia requerida para tales tareas; luego de los acontecimientos del año 2002 y a pesar de ser el oficial que agita la bandera, mostrado en el icónico video de la recuperación del palacio presidencial, fue enviado a la base naval de Falcón pero en el año 2.006 Chávez ordenó su regreso a las antiguas obligaciones en el aparato de seguridad.

El sólo hecho de haber sido durante años uno de los edecanes más cercanos a Chávez, quien estuvo a solas con él y quien le llevaba su comida, su café y su agua, es suficiente para asignarle un rol protagónico en la hoy casi confirmada tesis de la inoculación de su cáncer; más aún cuando ocurre que su propia madre ha admitido que las labores de Leamsy en la guardia presidencial gravitaban pesadamente en él, pero que él no tenía ningún apuro en distanciarse de Chávez porque sus principales empleadores eran otros y esa gente insistía en que cumpliera estrictamente con sus obligaciones.
Con posterioridad al fallecimiento de Chávez, Salazar prestó custodia para el entonces presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello; sin embargo, algunas rarezas en el comportamiento de Salazar, inquietaron a Cabello, quien pidió al ministro de la defensa su traslada hacia otro cargo.

En algún momento durante este período Salazar se casó de nuevo con una oficial de la FANB cuyo cargo le permitía tener acceso a información secreta acerca de la adquisición de armas en el exterior. Los recién casados solicitaron permiso para viajar a la República Dominicana en su luna de miel. El permiso les fue concedido y prontamente la pareja estaba en Santo Domingo; allí desertan y vuelan hacia  España, donde un avión especial, perteneciente a la DEA, trasladó a Salazar y a su familia hacia los Estados Unidos.

Unos comentarios del general Carlos Julio Peñaloza, excomandante general del ejército en los años finales de la cuarta república y furibundo opositor residenciado en Miami, en enero de 2.015, arrojan luces sobre un posible reclutamiento temprano de Salazar por parte de organismos de la inteligencia norteamericana. Peñaloza se refiere a una más que inusual asignación de un oficial recientemente egresado, quien debería ir a foguearse en la ejecución de tareas de marinería, a una unidad de élite dedicada a la seguridad de altísimos funcionarios, absolutamente atribuible a la influencia de su suegro; se refiere también a que Salazar fue enviado durante un año a los EEUU a hacer curso de Operaciones Especiales en la Infantería de Marina yanqui "convirtiéndose en un rambo"; para finalizar agregando que: "es posible que en esta época la inteligencia americana haya hecho contacto con él al conocerse que era un hombre ligado a Chávez (10)."

La permanencia en el tiempo de un oficial de características tan desiguales y con estos antecedentes de favoritismo por parte de un jefe militar con vínculos tan estrechos con el Pentágono, en el primer anillo de seguridad de un mandatario tan expuesto a sufrir atentados por parte de agentes tanto internos como externos, es indudable que debió prender las alarmas de los organismos nacionales de inteligencia (DISIP, SEBIN y DIN); entonces es lógico que nos preguntemos:

·       ¿Quién(es) es(son) el(los) funcionario(s) de esos cuerpos de inteligencia que ha(n) dado protección al Capitán, para el desempeño de sus tareas?

·       ¿Cuáles son los  otros empleadores del Capitán Salazar que le exigían seguir permaneciendo al lado de Chávez, a pesar de lo abrumadora de la tarea, según lo admite su propia madre?

·       Siendo más que razonable pensar que esos otros empleadores fuesen agencias de inteligencia del gobierno norteamericano, ¿cuáles son esas agencias?; ¿están bajo el servicio de esas agencias quién o quienes lo han protegido?

Ya para finalizar debo decir que considero que tratar de despejar incógnitas como las aquí planteadas adquiere singular importancia en momentos en los cuales se encuentra muy activa la que hasta ahora parece ser sólo una corriente con gran presencia mediática, promovida fundamentalmente por altos exfuncionarios del gobierno revolucionario en connivencia con solapados opositores, que propone vergonzantemente entregar nuestra revolución en aras de una falsa unidad nacional, a la cual parece estar sumándose un exfuncionario de inteligencia del calibre de Miguel Eduardo Rodríguez Torres.


¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!


Caracas, abril 03 de 2.016

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